lunes, 26 de abril de 2021

LAS AMENAZAS

 


¿Recuerda usted que, tras la moción de censura que apeó a Rajoy del poder (el PP acababa de ser condenado por la Justicia como “organización criminal”), se dijo que el nuevo Gobierno era un gobierno ilegítimo? Pues bien, aunque luego vendrían varias elecciones generales y una nueva mayoría pudo formar, también democráticamente, el primer gobierno de coalición en este país, se siguió diciendo lo mismo. Desde el minuto uno, no lo olvidemos, antes de la llegada de la pandemia, la derecha y la ultraderecha, esa ultraderecha que hasta hace poco tiempo estaba agazapada en el PP, empezaron a insultar en las redes sociales, en la calle y en todos los foros donde se lo permitían al Gobierno y a sus ministros/tras. Llegó la pandemia del coronavirus y se subieron al caballo de los muertos y de la crisis económica asociada a ella para insultar, con los insultos más groseros, a los miembros del Ejecutivo. Los muertos eran culpa de Sánchez y de Iglesias y que hubiera que cerrar bares y comercios también, como si en el resto del mundo no hubiera muertos y no se hubieran tomado medidas, en algunos países incluso mucho más restrictivas que en España. Como ahora no pueden decir que este es un gobierno ilegítimo, dicen que es un gobierno amoral. Pues, deben ser amorales todos los gobiernos del mundo empezando por el de Brasil, acabando por el de India y pasando por el de los los EE UU, países donde los muertos los han tenido que enterrar en fosas comunes y donde la gente más pobre no ha tenido posibilidad de ingresar en las UCI para que les salvaran la vida. Pero, como las patrañas repartidas a los cuatro vientos y los acosos que sufría Pablo Iglesias y su familia, con niños muy pequeños, incluso en las vacaciones que habían ido a disfrutar a Asturias y que tuvieron que suspender, no eran suficiente, como con el embuste de quién era el responsable de la gestión de las residencias de ancianos, donde hubo muchos muertos porque, por ejemplo, el gobierno de la Comunidad Autónoma de Madrid dio la orden de no derivarlos a los hospitales, tampoco tenían bastante, como, en fin, con tanta bilis contra el Gobierno “socialcomunista” se podían ahogar en sus propios fluidos, los “demócratas de toda la vida", mientras clamaban ¡libertad! pasaron a una segunda fase: Vox presentó una moción de censura con dos objetivos, uno, hostigar con una opa hostil al PP y, otro, exigir en el Congreso de los Diputados un gobierno de “salvación nacional”, al margen de las urnas y de la mayoría parlamentaria, solo faltó que Abascal nos dijera quién era el nuevo “elefante blanco”. A continuación, militares de alta graduación enviaban cartas al Rey pidiendo su intervención para dar un golpe de Estado y a uno de esos militares (“son de los nuestros”, dijo el líder de Vox entonces) se le interceptó un mensaje donde decía que “habría que matar a 26 millones de hijos de puta, niños incluidos”. Algunos cándidos manifestaron esos días que se trataba de acciones sin importancia y de excesos verbales ¿es que ya nos hemos olvidado de nuestra Historia? La siguiente fase ya ha sido la de las amenazas de muerte: Pablo Iglesias, el ministro de Interior, Grande-Marlaska, y la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, recibieron sobres con balas de fusil y con notas amenazantes. Lo último es que también a la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Moroto, le han enviado un sobre amenazándola de muerte con una navaja manchada de sangre dentro. Empezaron por los comunistas, siguieron con los socialistas ¿quiénes serán los próximos? Citando a Bertolt Brecht: “ahora vienen a por mí, pero es demasiado tarde”. Los nazis llamaron ratas a los judíos, para luego exterminarlos, y la ultraderecha ha llamado rata a Pablo Iglesias, parece que con la misma intención. Afortunadamente esta no es la España de los años 30 y los fascistas no tienen a los “reputados demócratas” Hitler y Mussolini de aliados para echarles una mano, como en Guernica, de cuyo bombardeo criminal se cumplen ahora 84 años, ni siquiera tienen un Chamberlain para un comité de no intervención. Estamos en la UE y en el siglo XXI, su tiempo ya pasó, pero aún no se han dado por enterados. Eso sí, todavía pueden hacer mucho daño si no se les impide subir más escalones hacia la locura y si siguen gozando de impunidad.

1 comentario:

  1. Lo que ha pasado es el tiempo del comunismo...ustedes ya no engañan a nadie,se darán cuenta el 4 de mayo..en Moncloa saben bien que Madrid será la tumba del socialcomunista que ahora impera...si que pasamos y aún no nos hemos ido,ni nos iremos

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