domingo, 30 de agosto de 2020

TAMBORES DE GUERRA

 


Crecen gravemente las tensiones entre Grecia y Turquía, en teoría por el control de las aguas del Mediterráneo Oriental, pero son tantos los condicionantes de este conflicto que vamos a intentar analizarlos para saber de qué estamos hablando: Los conflictos entre los turcos y los griegos, como todos sabemos, vienen de muy antiguo, pero no nos vamos a remontar a la Batalla de las Termópilas, porque entonces no existían las potencias mundiales que hoy están moviendo los hilos sin esconderse siquiera tras las bambalinas. En efecto, quien piense que el colonialismo y el imperialismo se han terminado, que ya son cosas del pasado, está en un tremendo error. Y recordemos que el imperialismo y el colonialismo fueron la causa de la mayor parte de las guerras que hemos visto en el siglo pasado y en algunos siglos anteriores. El imperio Otomano desapareció, pero no han desaparecido otras potencias imperiales, como Francia y Reino Unido, que siguen manteniendo neocolonias en varias partes del mundo. No está de más volver la vista atrás, hasta la Primera Guerra Mundial, y recordar que la mayor derrota aliada, en particular británica, fue en la Batalla de Galípoli, en Los Dardanelos, donde casi medio millón de británicos murieron a manos de los turcos, lo que provocó la caída en desgracia de Winston Churchill, entonces primer lord del Almirantazgo y patrocinador de la ocurrencia. Fueron los británicos, que no olvidan nunca, los que promovieron la guerra entre Grecia y Turquía entre 1919 y 1922, ayudados por Francia, compañera de correrías. Se trataba de arrebatar a Turquía amplios e importantes territorios patrios, entre ellos la ciudad de Estambul (antigua Constantinopla) y tomar el control de ambas orillas del Bósforo. Tuvieron la mala suerte de toparse con Mustafá Kemal Atatürk, el general que salvó a Turquía de perder su independencia y todavía hoy el indiscutible héroe nacional. Los griegos y sus padrinos perdieron de forma estrepitosa aquella guerra. Tampoco podemos olvidar que, tras la Primera Guerra mundial, los británicos se apropiaron de Chipre, que pertenecía al Imperio Otomano. Un golpe de estado contra el gobierno de Makarios, patrocinado por británicos y griegos con el objetivo de anexionar Chipre a Grecia, provocó la “Operación Atila”, es decir, la intervención militar de Turquía en el Norte de la isla, el 20 de julio de 1974, para defender los intereses de la población turco chipriota y evitar la anexión de la isla por parte de Grecia. El golpe de estado fallido patrocinado por potencias extranjeras contra Erdogán, la situación en Libia, donde Turquía apoya al Gobierno y Francia al mariscal rebelde, Halifa Hafter, y todo lo que ha sucedido en Siria, donde Turquía dejó de servir los intereses occidentales para ayudar a Rusia y a Damasco a aplastar a los hihadistas, configuran las múltiples caras del poliedro que es este conflicto. Aunque Grecia y Turquía son aliados de la OTAN, como Reino Unido y Francia, en Occidente tienen ya muy claro que Erdogán se ha pasado al “lado oscuro” y quieren acabar con él como sea. Pero ¡cuidado! Turquía puede que tenga cubriéndole las espaldas a los primos de Zumosol ¿Habrá acuerdos secretos entre Rusia y Turquía sobre Libia? ¿Será esa la razón de que Francia, la misma que azuzó a la OTAN para intervenir en Libia, esté azuzando ahora el conflicto greco-turco? Atentos.

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