miércoles, 12 de agosto de 2020

LA CAUSA CONTRA PODEMOS

 

Llueve sobre mojado, pero, no por delitos de financiación ilegal de Podemos, sino por las denuncias falsas contra esta formación política a la que mucha gente ¿alguien se atreve a llevarme la contraria en esto? odia y no sabe qué hacer para cargársela. Hasta catorce veces Podemos ha sido denunciado por financiación irregular, nunca se ha encontrado ninguna prueba incriminatoria y todas esas denuncias han sido desestimadas por el Tribunal Supremo. Entre los denunciantes sobresalía el pseudosindicato ultraderechista “Manos Limpias”, que, como todos sabemos, las tenía muy sucias. Es muy habitual que cuando no se puede acabar con alguien políticamente se intente hacerlo judicialmente, eso lo hemos visto es España y en otros países. Es algo legítimo en un estado de derecho, lo que no es legítimo son las denuncias falsas, los montajes y las conspiraciones y el asunto que tratamos se parece mucho a eso. Llama la atención que la denuncia de Podemos contra José Manuel Calvente por acoso sexual no fuera ni admitida a trámite por falta de pruebas, porque hay gente en este país que ha sido condenada a decenas de años de cárcel por delitos de carácter sexual sin prueba alguna, solo con el testimonio de una mujer. También llama la atención que el abogado denunciante, José Manuel Calvente, no denunció a Podemos hasta que no fue expulsado del partido. Vuelve a llamar la atención que se admita a trámite una denuncia solo con el testimonio de “sospechas” de Calvente y que el juez, sobre esa base, inicie una investigación prospectiva y haga un llamamiento a todo el que pueda aportar algún documento incriminatorio, porque Calvente no ha aportado ninguno, a que lo presente. El colmo de lo que llama la atención es que el juez interrogue al denunciante por videoconferencia y que solo se aporte a la causa la grabación de los primeros 41 minutos y 52 segundos, y las restantes dos horas y 40 minutos hayan desaparecido como por encanto. Es algo parecido al borrado del disco duro de Bárcenas, pero no en la sede del PP, sino en sede judicial. Pero ¿quién es el juez que hace este tipo de cosas? pues el juez Juan José Escalonilla, del Juzgado de Instrucción 42 de Madrid, para que nos situemos, es el mismo juez que en 2018 archivó un caso abierto por comentarios incitadores al odio y amenazas de muerte contra Manuela Carmena en un chat de la Policía Municipal de Madrid. En el chat se decían cosas como que Adolf Hitler “hacía las cosas bien” que la exalcaldesa era “una hija de la gran puta, roja de mierda, mal parida” o que lo terrible era “que ella no estuviera en el despacho de Atocha cuando mataron a sus compañeros”. Escalonilla concluyó “la inexistencia de indicios racionales de que los hechos objeto de denuncia sean constitutivos de delito tipificado en el artículo 510.1 del Código Penal, ni de delito de amenazas” y que no había odio porque los comentarios no se referían a ningún colectivo, grupo o persona determinada. Maravilloso. Pues bien, el juez Escalonilla ha admitido a Vox como acusación popular en la causa de malversación de Podemos. Lo ha hecho sin pedir al partido de Abascal la fianza habitual que se hace en estos casos para limitar en número de miembros de la acusación. Esta fianza viene determinada en el artículo 2180 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. A mí esto no me parece una causa judicial por la posible financiación irregular de Podemos, a mí me parece una causa política contra el partido morado. Pero, si se puede iniciar una causa judicial contra una formación política sin aportar ninguna prueba para que luego la Justicia haga una investigación prospectiva, estamos abriendo una espita que no va a agradar nada a otros, a otros que sí se han financiado irregularmente y a los que los bancos les han perdonado créditos, no sabemos a cambio de qué. Los de Podemos, entonces, tendrán que presentar unas cuantas denuncias en el mismo juzgado para que las lleve el mismo juez con los mismos criterios. En esto se basa la Justicia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario