miércoles, 26 de agosto de 2020

EL SEPTIEMBRE DE SÁNCHEZ

 


Siempre hay septiembre, señor Rufián, lo sabe todo el mundo, lo sabían los niños de “Verano azul”, lo sabían todos los compositores que han dedicado canciones a este mes, más que a ningún otro, y lo sabían los estudiantes que no habían aprobado en junio. Algunos conspicuos y líderes de la oposición han criticado que el presidente del Gobierno haya estado unos días de vacaciones, lo han criticado desde la playa. Sin embargo, unos días de retiro vienen muy bien para reflexionar y para preparar tu estrategia ¿O no se retiró Jesucristo al desierto 40 días y cuarenta noches precisamente para eso? Pues bien, el martes 25 de agosto, tras el consejo de ministros, el presidente Sánchez sorprendió a todo el mundo con su declaración: “Habrá cogobernanza, nada de mando único, si alguna autonomía quiere el Estado de Alarma que lo pida, contará con los votos de los diputados de las formaciones políticas del Gobierno”. Cayó la bomba. Si la oposición pensaba, en la segunda ola, hacer la misma grosera utilización política de la pandemia y subirse otra vez al caballo de los muertos para criticar a Sánchez, para desestabilizar al Gobierno o incluso para proponer un golpe de estado, como vimos en la primera ola, que pierdan toda esperanza. El presidente Sánchez ya no va a ser su muñeco del pim, pam, pum. Tras la comparecencia de Sánchez los que han quedado fuera de juego también han quedado con el culo al aire ¿Se acuerda usted de los que decían que el estado de Alarma era un instrumento dictatorial para convertir a España en un Estado Bolivariano? ¿Se acuerda usted cuando Casado decía que había leyes y normas con las que se podían limitar derechos y libertades fundamentales sin el Estado de Alarma? ¿Se acuerda usted de los que decían que el Gobierno de España quería quitarles sus competencias y eliminar su autonomía? Pues los que decían todo eso, ahora, como por encanto, dicen exactamente todo lo contrario. Ahora la ultraderecha, la que llamaba “asesino” y “enterrador” a Sánchez, lo llama “cobarde”, ahora Casado dice que “modificando” leyes y normas se podría bordear el Estado de Alarma y ahora Qim Torra está aterrorizado por si tiene que llamar al Ejército. Si no fuera por el drama en que estamos inmensos, todo va a ser muy divertido. Algunos presidentes, y presidentas, de las CC AA y, en general, los que criticaron todo, repito, todo, lo que hacía o no hacía el Gobierno Central se van a cocer ahora en su propia salsa. Vamos a ver lo bien que gestionan ellos y ellas con todas las competencias de Sanidad y Educación a su cargo, lo que decían que querían. Llama poderosamente la atención que ante el ofrecimiento del presidente Sánchez de 2.000 militares para hacer labores de rastreadores cuando escribo estas líneas ninguna comunidad autónoma ha pedido ninguno. Están sobraos, lo han hecho maravillosamente bien y todos quieren sacar pecho ¿hasta cuándo les durará la alegría? Atentos.

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