jueves, 15 de noviembre de 2018

CRISPACIÓN

Crispación es la palabra de moda ¡menuda moda! Yo no recuerdo una crispación política tan grande en España desde que ETA, GRAPO, El Búnker, servicios secretos extranjeros y algunos más se confabularon para acabar con Adolfo Suárez. Fue en aquel caldo de cultivo cuando Felipe González, al que algunos siguen considerando un gran estadista, llamó en el Parlamento al pobre Suárez "tahúr del Misisipi". Aquello no podía acabar bien, y acabó en el golpe de Estado de 1.981, el de verdad, el que apeó al presidente Suárez del poder, no la fantasmada de la "tejerada" ¿Cuando ha vuelto la crispación política a nuestro país? yo se lo voy a decir: la crispación política volvió cuando los de Podemos y sus confluencias obtuvieron nada menos que 72 diputados. Una cosa era tener a los socialistas para mantener el paripé y otra muy distinta tener a estos "piojosos", "perroflautas" y al "coletas". Desde lo de "tahur del Misisipi" yo nunca había escuchado insultos así. Esa bilis y esa espuma que le empezó a salir por la boca a la derecha contra Podemos se trasladó enseguida contra el PSOE (este no es nuestro PSOE, se dijo el fascio) y contra Pedro Sánchez, que quería pactar con el diablo, con Podemos. Entre todos, como contra Suárez, le montaron un golpe a Sánchez, pero esta vez les salió mal, los militantes socialistas, del partido más antiguo de España, que habían visto lo que le había pasado a toda la socialdemocracia europea, no tragaron, fueron muy inteligentes. La crispación subió entonces de nivel. Podemos no apareció porque un día Julio Anguita y Pablo Iglesias se reunieron y así lo decidieron, Podemos apareció como un instrumento de la indignación del 15-M. "Entonces nos dijeron que protestáramos menos y que nos presentáramos a las elecciones, pues bien, aquí estamos", les espetó Iglesias en el Congreso de los Diputados. La derecha no lo lleva, cuando Podemos exigía ministros y tampoco cuando no los ha exigido pero corta bacalao, y la crispación es única y exclusivamente suya, de los mismos que acabaron con Adolfo Suárez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario