EL LABORATORIO ARGENTINO

 

A mucha gente le ha extrañado que un tipo como Milei haya ganado las elecciones en Argentina, pero es que esa gente no conoce la situación económica y social de ese país, los que tenemos familiares allí sí la conocemos bastante bien. Los argentinos han tenido que escoger entre susto o muerte, y han escogido muerte, porque ya estaban hartos de los sustos del peronismo. Con una inflación de casi un 143% en octubre, la vida se ha hecho muy complicada para la mayoría de los argentinos, la clase media ha sido laminada y más de la mitad de la población son pobres. Sin embargo, no sería justo echar toda la culpa a los peronistas, yo creo que la culpa es colectiva y no solo de los políticos. Debemos recordar, por ejemplo, que cuando la dictadura militar del general Galtieri inició la operación militar sobre Malvinas, y ya ha llovido desde entonces, la situación económica de Argentina ya era muy mala, y la inflación superaba el 91% interanual. Un país enorme, pero casi despoblado, porque una gran parte de su población, de casi 46 millones de habitantes se concentra en unas pocas ciudades: Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Mar del Plata, etc. Solo la Ciudad de Buenos aires tiene 16,7 millones de habitantes. De poco sirve que un país tenga grandes recursos y riquezas naturales si luego hay millones de personas viviendo de las subvenciones. A una situación parecida a la que ha llegado Argentina podrían llegar otros países. Para mí, de seguir el camino por el que vamos, no sería una sorpresa que España, a pesar del paraguas de la UE, pudiera acabar en una situación similar ¿No hay cada vez más una despoblación del campo, no hay cada vez más gente viviendo de las subvenciones pública, no tenemos una Deuda que aumenta sin parar a un ritmo de vértigo? Pues bien, singularidades aparte, aquí también tenemos a nuestros Milei, los que han ido estos días a llamar hijoputas a los policías en Ferraz y a rezar el rosario y dar vivas a Cristo Rey y al Cid campeador. Se han apresurado a felicitar al histriónico personaje de la motosierra. Cuando el dinero del BCE deje de fluir, nadie puede descartar que lo que ha pasado en Argentina pueda pasar aquí.

Milei no es un fascista, le falta el componente social, es un ultraliberal a las órdenes de EE UU (país donde hará su primer viaje) y del sionismo (en vez de la bandera de Argentina exhibe la de Israel, cuando ese país está asesinando a miles de palestinos, la mitad niños), así que de patriota nada. Venderá Argentina privatizando sus riquezas (petróleo y gas) y será un instrumento de EE UU en el Cono Sur contra otros países con regímenes contestatarios y que han apostado por un mundo multipolar. Milei no podrá usar esa motosierra que le hizo famoso durante la campaña electoral porque al día siguiente habría, no una revolución (no hay mimbres para eso en Argentina) sino un golpe de Estado. Como España, Argentina tiene experiencia en golpes de Estado. Los argentinos se han arrojado al precipicio y saben que no hay una colchoneta al fondo para amortiguar la caída, pero tenían muchas ganas de vengarse de los peronistas, de sus políticas, de sus corruptelas, de los poderes regionales y de su discurso engañabobos. Nadie podrá robar a los argentinos el regusto de la venganza. Yo seguí de madrugada (hora española) el debate entre Milei y Massa. Las chorradas de Milei no me sorprendieron, porque ya tenía referencias del personaje, pero sí me sorprendió el discurso, el relato, de Massa: se parecía como un huevo a otro al discurso de la pseudoizquierda española.

Argentina va a ser un laboratorio para que algunos ensayen las recetas más antisociales y más antipúblicas en un mundo se les cae a pedazos, pero también puede servir de vacuna. Yo tengo la corazonada (quizá sea más un deseo que una corazonada) de que tanto el payaso argentino como el ucraniano van a acabar mal. Veremos.