miércoles, 20 de enero de 2021

LA MALDAD Y EL COVID

 


Es en situaciones extremas cuando el ser humano saca lo mejor y lo peor de sí mismo y esta pandemia no iba a ser la excepción. Mientras hay gente que lo está dando todo, y más, como los profesionales sanitarios y los que atienden a los ancianos en las residencias, otros exhiben su maldad sin pudor alguno. No me refiero a los irresponsables, o a los que se equivocan, me refiero a los que, a sabiendas de que sus acciones, u omisiones, cuestan vidas, muchas vidas, no les importa lo más mínimo con tal de obtener votos o de salvarse. Así, lo mismo puedes decir “que no cuenten conmigo para hundir la hostelería y el comercio”, mientras se te llenan los hospitales y las UCI, querer que las elecciones se celebren el 14 de febrero en Cataluña, con la tercera ola de la pandemia disparada, o colarte por delante de esos héroes que he citado, los que están en la primera línea del frente, para ponerte la vacuna, como han hechos algunos alcaldes y consejero en algunas autonomías. Esto no va tanto de ideologías, como de la condición de cada uno. Así que, como es de justicia, lo mismo que doy cera a Ayuso, al PSC, al consejero del PP en Murcia, o a esos alcaldes caraduras del PSOE, pues también tengo que aplaudir al presidente de Castilla-León, Alfonso Fernández Mañueco (PP) que, cuando ha tenido que elegir entre salvar vidas o bordear la Ley, con las consecuencias que eso puede tener, aunque no las va a tener, no ha dudado ni un momento. Pero, entre los malos los hay aficionados y los hay profesionales, en el mundo de la maldad también hay clases. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado la voz de alarma con lo que está sucediendo en los países más pobres, que no pueden pagar los precios de las vacunas. Si piensa usted que en África no hay muertos de Covid, porque no llegan noticias de la pandemia, ya que en muchos países la infraestructura sanitaria y las administraciones públicas son casi inexistentes, está muy equivocado: en África el coronavirus ha matado ya a centenares de miles, quizá millones, de personas. Hacer negocio con la sanidad no es decente, pero hacer negocio y especular a costa de la vida y muerte de las personas es muchísimo peor, eso es obsceno ¿Cómo es posible que Israel tenga ya a toda su población vacunada ¿será porque tiene una sanidad mejor que la nuestra? Israel también es un país que, con menos de nueve millones de habitantes, puede que tenga el sexto ejército más poderoso del planeta, bombas atómicas incluidas. No es que los israelíes sean más listos ni más eficientes, aunque algunos dicen que sí, es que los judíos tienen mucho dinero. Israel ha vacunado ya a toda su población porque ha pagado cada vacuna a Pfizer a 47 dólares, cuando la UE la paga a 14 dólares. La maldad se puede intentar relativizar, como se intenta relativizar la verdad y la mentira, se puede decir que los que querían fusilar a 26 millones de españoles son “unos pobres jubilatas”, se puede decir que “el melillero” "tuvo una infancia difícil", etc, así se podría disculpar hasta a Hitler, porque tuvo un padre muy severo y porque estaba muy disgustado después de que no le admitieran (no aprobó el examen de ingreso) en la Academia de Bellas Artes de Viena. Pero, yo creo que a los malos hay que tenerlos bien identificados, sin coartadas y sin disculpas, también en esta pandemia, así hacen menos daño.

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