lunes, 15 de junio de 2020

¿NACIONALIZAR O NO NACIONALIZAR?


Esta es una disyuntiva a la que la crisis económica asociada al coronavirus va a abocar a algunas empresas, pero, no se trata tanto de una disyuntiva ideológica, como lo pudo ser en otros tiempos, como de una decisión que implique la continuidad, la supervivencia de las empresas, o el cierre y todos los trabajadores a la puñetera calle. Si la derecha y la ultraderecha españolas no hacen otra cosa que decir que tenemos un Gobierno que quiere cambiar el régimen a espaldas de los españoles e implantar el comunismo en España (sí, es delirante, pero lo dicen) pues imagínese usted lo que dirían si, por ejemplo, el Gobierno de España se planteara nacionalizar alguna empresa, me refiero a alguna empresa de carácter estratégico y donde peligraran cientos o miles de empleos. Sin embargo, debemos recordar que España nunca tuvo tantas empresas de carácter público como durante el régimen franquista, todos recordamos al INI (Instituto Nacional de Industria) la mayor corporación industrial de este país durante muchos años. Fueron Felipe González, y, sobre todo, José María Aznar, los que privatizaron las grandes empresas españolas de carácter estratégico y otras muchas, la mayoría rentables, a cambio de las “puertas giratorias” ¿Se acuerda usted de Josep Piqué, el que fuera ministro de Industria, Portavoz del Gobierno y luego ministro de Asuntos Exteriores en los Gobiernos de Aznar?  pues bien, hay una frase paradigmática de Piqué cuando siendo ministro de Industria privatizó las principales compañías eléctricas de este país: “Con la privatización de las Eléctricas habrá más competitividad y bajará el recibo de la luz” No hay persona peor que un comunista reconvertido y Josep Piqué militó durante años en el PSUC (el partido catalán hermano del PCE) y en Bandera Roja, una organización comunista de tendencia maoísta. Paradojas de la vida, exactamente en estas mismas organizaciones comunistas militó Federico Jíménez Losantos ¿Será el Gobierno de Trump un gobierno comunista? pues en los EE UU, el país que pasa por ser el líder mundial del liberalismo, se están nacionalizando empresas, no es la primera vez que se hace en este país en los últimos años, ya se nacionalizaron bancos tras la crisis financiero-inmobiliaria de 2.008, ahora el procedimiento es cambiar ayudas por acciones, los estadounidenses, con su dinero, prefieran hacerse marxistas que convertirse en las hermanitas de la caridad para los milmillonarios. En otros países, como en Gran Bretaña y España, también el Estado se hizo cargo de bancos y cajas de ahorros, pero para sanearlos con dinero público y luego privatizarlos a precios de saldo. Centrémonos en el problema más cercano y más urgente, Alcoa: La multinacional norteamericana del aluminio logró hacerse con la empresa pública española, Inespal, en 1998 y lo hizo imponiéndose a otros grupos que en su día se interesaron y analizaron el folleto de venta de la que entonces era una perita en dulce y que planteó el Gobierno de José María Aznar a través de la SEPI (Sociedad Española de Participaciones Industriales). Alcoa se hizo con Inespal en unas condiciones muy ventajosas, pagó 410 millones de dólares por una compañía que en los dos ejercicios anteriores había dado beneficios, tras haber afrontado, además, un importante proceso de modernización, pero se le descontaron 200 millones de dólares de deudas generadas por los procesos de modernización y por inversiones más otros cien millones tras una serie de reclamaciones. Alcoa consiguió en el mismo acuerdo un precio especial para la electricidad durante 15 años, un precio pactado por megawatio, y si luego el precio de la energía subía o se disparaba era igual, el SEPI se hacía cargo. La disyuntiva entre nacionalizar o no nacionalizar va a estar ahí y podemos meternos a marxistas o a hermanitas de la caridad. Les apuesto una mariscada del Cantábrico a que los comunistas reconvertidos, y sus camaradas derechistas y ultraderechistas de ahora (a los que les gustaba el INI) nos exigirán que nos metamos a hermanitas de la caridad. Eso sí, también podemos hacer ambas cosas.

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