sábado, 11 de enero de 2020

TRAGEDIA EN TEHERAN

Tras el asesinato por misiles disparados desde un dron estadounidense del general iraí, Qassen Solimaini, otro drama sacudió a la opinión pública, el del avión ucraniano que se estrelló a los pocos minutos de despegar del aeropuerto de la capital iraní, suceso en el que murieron 176 personas. Podía ser una casualidad que ambas cosas relacionadas con Irán sucedieran en tan breve espacio de tiempo, pero, finalmente, ha sido una causalidad, porque no ha sido un accidente, sino que las autoridades iraníes han tenido que reconocer finalmente que el avión fue derribado por uno de sus misiles al interpretar, erróneamente, claro, los operadores de una de sus baterías antiaéreas que un objetivo hostil se dirigía hacia una de sus bases secretas. El misil habría sido disparado por una batería antiaérea Tor-M1, una batería de corto y mediano alcance, de origen soviético, posteriormente modernizada por Rusia y de la que irán dispone de 29 sistemas. Rocordemos que Irán también dispone de varios sistemas antiaéreos de fabricación rusa S-300 mucho más sofisticados y de mayor alcalce, y algunos otros de fabricación propia,  entre ellos uno derivado del S-300 pero con algunas características mejoradas similares a los S-400 que ha vendido Rusia a Turquía. A falta de más datos y del avance de las investigaciones, todo parece indicar que se trata de un error fatal, un error que no es la primera vez que se comete, pues hay varios casos históricos protagonizados por varios países donde el factor humano, pues los sistemas de armas, de momento, hacen lo que les ordenan los humanos, interviene para liarla parda. Recordemos algunos casos: En 1968 un avión Caravelle, de Air France, fue derribado por un misil francés o italiano durante unas maniobras militares (95 muertos). En 1973 un avión de pasajeros libio, en concreto un Boeing 727, fue derribado por un caza israelí sobre el Desierto del Sinaí (108 muertos). En 1980 un Dc-9 de la compañía Itavia fue derribado por un misil cerca de Sicilia durante unas maniobras de la OTAN. El 31 de agosto de 1983 se produjo la catástrofe aérea más mediática de todas: Todavía existe una gran controversia por lo que sucedió, en verdad, con el vuelo 007, de Korean Air, que fue derribado por cazas soviéticos el 1 de septiembre de 1.983. Mientras los EE UU mantienen que un error de la tripulación desvió el aparato 500 kilómetros de su ruta, otros, incluidos muchos pilotos y las autoridades soviéticas y ahora rusas, mantienen que el avión de pasajeros fue utilizado como pantalla, sin saberlo su comandante, para cubrir las actividades de espionaje de un RC-135 estadounidense que operaba en las inmediaciones, para obtener información de las bases soviéticas en la isla de Sajalin, en el Océano Pacífico. El vuelo del Jumbo Boeing 747-200,  de Korean Air, con 240 pasajeros y 29 tripulantes a bordo, había partido de Nueva York y tenía como destino el aeropuerto internacional de Gimpo, en Corea del Sur. Había hecho una escala técnica en Alaska para repostar combustible y desde allí se dirigía hacia Corea del Sur en vuelo automático. La defensa aérea soviética, que vigilaba las actividades del RC-135 USA, recibió la orden de interceptar un eco radárico que había penetrado su espacio aéreo restringido y que no respondía a las llamadas de advertencia. En 1988 un Airbús A-300 iraní fue derribado por dos misiles lanzados desde el crucero estadounidense USS Vincennes (290 muertos). En 2001 baterías ucranianas abren fuego por error contra un avión de pasajeros ruso (78 muertos). No incluyo los aviones que han sido objeto de atentados. Es solo una muestra de los dramas que los errores humanos pueden causar con los sistemas de armas y no voy a entrar en los detalles de una historia donde el protagonista, el ruso Stanislav Petrov, salvó al mundo al identificar correctamente una falsa alarma de ataque con misiles nucleares.
Los iraníes la han cagado, como antes la han cagado otros, pero se han equivocado todavía más al apresurarse a decir que el derribo del avión ucraniano había sido un accidente y que la teoría de un misil se debía a una "guerra psicológica".

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