lunes, 3 de junio de 2019

EL HOLOCAUSTO DE LAS ABEJAS

La desgraciada muerte de un camionero asturiano de 32 años al que picó una avispa velutina en San Tirso de Abres no es, ni mucho menos, la primera en España causada por esta especie invasora, ya hay decenas. Solo en julio del año pasado hubo, en solo una semana, tres fallecimientos en Galicia por picaduras de la avispa asiática. Este insecto, bastante mayor que una abeja, no solo inocula más veneno, también este es más letal y no solo para personas alérgicas, también para sectores poblacionales de riesgo, como pueden ser enfermos coronarios o personas sanas, como ancianos y niños. Como en otros casos de especies invasoras, las Administraciones no se están tomando suficientemente en serio este asunto, que no solo es preocupante por el riesgo que entrañan las picaduras de estas avispas asesinas, sobre todo porque puede suponer la puntilla para las ya diezmadas poblaciones de abejas, insectos imprescindibles para la vida que las avispas velutinas matan a millares. La gravedad del asunto de la desaparición acelerada de las abejas afecta ya profundamente a las relaciones internacionales.  Las impactantes actas relativas a la reunión del presidente Putin con el entonces Secretario de Estado norteamericano, John Kerry, revelaban la extrema indignación de los dirigentes rusos con la continuada protección del presidente Obama hacia los gigantes mundiales de la biogenética, Syngenta y Monsanto, frente a la inminente apocalipsis de las abejas, que, según el Kremlin, con "toda seguridad" puede provocar una guerra mundial. Según dichas actas, publicadas en el Kremlin por el Ministerio de Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Federación Rusa (MNRE), Putin estaba tan indignado por la negativa de Obama a discutir sobre este grave asunto, que durante 3 horas incluso rechazó reunirse con Kerry, quien había viajado a Moscú en misión diplomática, cediendo después a fin de no provocar una ruptura aún mayor entre ambas nacionesEn el centro de la disputa entre Rusia y los EEUU, según el informe del MNRE, se encuentra la “indiscutible evidencia” de que un tipo de insecticidas neuro-activos relacionados con la nicotina, y conocidos con el nombre de neonicotinoides, están destruyendo la población de abejas de nuestro planeta, y que, de no controlarse, podrían destruir nuestra capacidad mundial para cultivar suficientes alimentos para alimentar su población. La situación se ha vuelto tan grave que la Comisión Europea al completo votó una prohibición cautelar de 2 años (empezó el 1 de diciembre de 2013) para pesticidas “mata abejas”, siguiendo el ejemplo de Suiza, Francia, Italia, Rusia, Eslovenia o Ucrania, países que habían prohibido anteriormente la utilización en el continente de estos peligrosos organismos genéticamente alterados. Dos de los más temidos neonicotinoides que ahora han sido prohibidos son el Actara y el Cruiser, fabricados por el gigante suizo de las semillas y pesticidas biotecnológicos, Syngenta AG, quien da empleo a más de 26.000 personas en cerca de 90 países y que ocupa el tercer puesto del ranquin mundial de ventas en el mercado comercial de semillas para la agricultura. Es importante tener en cuenta que Syngenta, junto a otros gigantes de la biotecnología como Monsanto, Bayer, Down y DuPont, controlan actualmente cerca del 100% del mercado mundial de pesticidas, plantas y semillas genéticamente modificadas. En España se siguen utilizando de forma legal o encubierta pesticidas "mata abejas" prohibidos en otros países de la UE, pesticidas que también afectan directa y gravemente a la salud de las personas.
FOTOS: 1- Agricultores usando pesticidas. 2- Avispa asiática o velutina.

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