jueves, 3 de diciembre de 2009

ZAPATERO Y LA PSEUDOIZQUIERDA


Tengo que reconocer que me equivoqué en mi valoración del plan de Zapatero para una Ley de Economía Sostenible. Después de escuchar al Presidente en el Parlamento, las críticas que hacíamos en nuestro escrito "Economía Insostenible", se quedan muy cortas. Zapatero no dijo que estamos en una situación gravísima, con una tasa de paro en torno a los 4.400.000 personas, una deuda pública de 200.000 millones de euros, un PIB que lleva ya muchos meses cayendo en picado, una tasa de inflación negativa mantenida, es decir, en plena deflación, por eso denunciábamos las alegrías del Gobierno, que sigue, o mejor dicho, seguía actuando como si no pasara nada. En efecto, ahora sí que nos anuncian medidas contundentes para paliar la crisis que ellos y sus aliados "neocon" han creado. Zapatero se ha despachado a gusto poniendo en cuestión la jubilación a los 65 años, aunque siguen tapando bocas, como han hecho todos estos años, con prejubilaciones que les permitan cerrar empresas sin un estallido social (Naval Gijón y Juliana son dos buenos ejemplos). Pero no solo pretenden aumentar la edad de jubilación, también abaratar el despido, el Presidente del Gobierno y Secretario General del PSOE lo ha dicho sin ambages. Con estas y otras medidas similares esperan que mejore la economía, las mismas recetas que las de la derecha mas rancia. Que no se esconda IU, otra rama de la pseudoizquierda, que apoya al Gobierno en Madrid, en algunas comunidades autónomas, como Asturias, y en centenares de ayuntamiento repartidos por la geografía española. Que den la cara los sindicatos, que callan a cambio de las subvenciones y el dinero para formación que se reparten sin control alguno. Marcelino Camacho y Nicolás redondo nunca nos harían esto. Todos ellos han traicionado la confianza de millones de trabajadores, de millones de ciudadanos que, tarde o temprano, les pasarán factura. En vez de meter tijera a los Reinos de Taifas en que se han convertido las CC AA, en vez de luchar, de verdad, contra el fraude fiscal, para que sean los mas pudientes los que mas paguen, en vez tomar iniciativas para que aflore el dinero que está debajo de los ladrillos, en vez de hacerse con el control financiero indispensable para la inversión productiva, en vez de, en definitiva, trabajar por una salida de la crisis progresista y de izquierda, se echan en brazos del Gobernador del Banco de España (que estos días está radiante de satisfacción), de las recetas derechistas de la OCDE y de las pretensiones de la patronal, de la CEOE.
Ahora, que nadie se llame a engaño, ya no hay inocentes, todo el mundo es responsable de lo que suceda en los próximos meses en este país, los intelectuales, los que hacen las editoriales, los cargos públicos, los ciudadanos todos. Se ha roto la baraja y no hemos sido nosotros.

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