martes, 9 de abril de 2019

LA ENCUESTA DEL CIS


Lo importante de las encuestas, para que estas sean fiables, es que estén hechas de forma profesional y que luego su análisis sea lo más aséptico posible, algo mucho más difícil, porque todos estamos mediatizados por la subjetividad, pero, vamos a intentar no ser demasiado parciales:
Lo que nos interesa de la última en cuesta del CIS es, sobre todo, la estimación del voto de cara a las próximas Elecciones Generales del día 28. La encuesta está hecha de forma muy poco profesional, porque no son serias horquillas de hasta 16 escaños y porcentajes de indecisos por encima del 30%. Hay preguntas adicionales que nos pueden indicar de forma bastante fiable cual va a ser finalmente la decisión de esos indecisos o al menos averiguar en qué espectro político se mueven. Pero, seamos serios, quitando algo de cocina que quizá exagere el voto socialista y minimice demasiado el voto al PP ¿no son esos los resultados de la encuesta que esperaba la gente mínimamente informada? sin que esto quiera decir, naturalmente, que estos resultados, los que muchos sospechábamos, vayan a ser los definitivos. Lo bueno de la encuesta del CIS sobre la estimación del voto es que, al contrario que otras preguntas y respuestas, esta tiene prueba del nueve la noche del 28 de abril. Las encuestas electorales no son las Tablas de la Ley y muchas veces se equivocan, pero sirven para observar las tendencias. En este sentido, tendremos que esperar a otras encuestas privadas para ver si el muestreo de la del CIS es correcto. Pero, a mí me gusta más adivinar el pasado que el futuro, siempre acierto. Parece una perogrullada, pero le aseguro que no lo es en absoluto y que si muchos fueran capaces de hacer un análisis correcto del pasado se equivocarían menos en el futuro. Algunos no han hecho ese análisis, no han analizado correctamente lo que les ha pasado en elecciones anteriores, no han analizado correctamente lo que ha pasado en los últimos años en varios países de Europa, y no han analizado, en fin, en que se han equivocado. Así les va.
Entre las variables que baraja la encuesta del CIS no se encuentra ningún “Cisne Negro”, como es lógico, un acontecimiento imprevisible, a veces con resultados dramáticos, que puede hacer saltar por los aires cualquier estimación del voto, como sucedió, con el 11-M, en las elecciones que llevaron a Zapatero a la Moncloa, pero tampoco se supone que pueda haber un cambio drástico en la intención del voto porque un candidato sea capaz de darle la vuelta a las encuestas. El 26 de septiembre de 1.960 hubo un debate electoral en los EE UU entre el candidato demócrata, John F. Kennedy y el republicano, Richard Nixon, un debate televisado que cambió la Historia. Nixon no quiso maquillarse, vistió un traje gris y fue con ojeras por haber dormido poco la noche anterior, pero JFK cuidó su imagen a conciencia, tomó el sol para lucir moreno y eligió muy acertadamente los colores del traje. Al final Kennedy espetaría la famosa pregunta a los estadounidenses: “¿Comprarían ustedes un coche de segunda mano a este hombre?”. JFK dio vuelta a todas las encuestas que daban como ganador a Nixon. Esto viene a cuento de que debemos ser conscientes de que los debates electorales, y a veces las elecciones, no las ganan ni los programas ni los candidatos, ni siquiera un candidato como Kennedy, las ganan, en gran medida, los buenos asesores electorales y en España hay partidos que, o los tienen malos, o piensan que no los necesitan. Para algunos será una labor titánica y casi imposible dar vuelco a los resultados que vaticinan las encuestas, pero, no dude usted que se puede.
Sin duda el PSOE es el que está haciendo una campaña más inteligente, entre otras cosas, porque tienen a un muy buen asesor, y el PP la más desastrosa, porque Casado y su padrino, Aznar, piensan que lo saben todo. Los de Unidos Podemos son sus peores enemigos y ya están viendo adonde conduce explotar sus bobadas en vez de sus fortalezas y Ciudadanos bajará como el suflé en favor de socialistas y populares. Vox no será una sorpresa, ya es una realidad, porque Casado, asilvestrándose, ha hecho todo lo posible por potenciarlo. Pero, ojo, los votos ultraderechistas no saldrán todos los PP, pescarán en nichos insospechados, hasta de jóvenes poco politizados (no es lo mismo haber vivido en una dictadura a que te la cuenten) que antes votaron a Podemos. Esto seguirá así si las circunstancias y los condicionantes no cambian, claro.

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