miércoles, 18 de septiembre de 2024

LA REGRESO A LA CENSURA

 


Un gran periodista, ya fallecido, me habló de la censura durante el franquismo. Primero había una censura férrea, sin eufemismos, pero el 19 de marzo de 1966 el Boletín Oficial del Estado publicó la Ley de Prensa e Imprenta, auspiciada por Manuel Fraga y rubricada por el Jefe del Estado, Francisco Franco. Al parecer, se trataba de una mayor apertura y una mayor libertad, pero que, mediante su artículo segundo, permitía secuestrar revistas y cerrar periódicos. Había revistas, como "La Codorniz", que eran secuestradas una semana sí y a la otra también y periódicos, como el diario "Madrid" (que, además, era falangista) que se cerraban para que no incordiaran. Por aquel entonces no había Internet ni redes sociales, así que los "subversivos", especialmente los comunistas, emitían desde Rumanía con su Radio España Independiente (La Pirenaica) y daban a la manivela de las multicopistas (que llamaban "vietnamitas") y arrojaban octavillas de madrugada jugándose su puesto de trabajo, el físico y a veces terminando en prisión. Aquellos héroes no luchaban por el asalto al Palacio de Invierno, lo hacían por la democracia y la libertad. Pues bien, sus herederos políticos, en el Gobierno de Sánchez, se ciscan ahora en su memoria apoyando una nueva ley de "Regeneración Democrática", la llaman, que no se diferencia nada más que en los eufemismos y en los detalles de la ley de Manuel Fraga de 1966. Su intención es la misma: controlar los medios de comunicación y establecer la censura, ahora también en las redes sociales. Multas y sanciones de infarto para extender el miedo, listas negras y blancas de medios de comunicación, control de la financiación y reparto interesado de la publicidad y de las ayudas públicas solo a los medios afines. Si esto no es censura, que venga Dios y lo vea. Estamos a pocos centímetros de una dictadura, así que, por favor, no me hablen ustedes de Venezuela.

Parafraseando a Bertolt Brecht: primero fueron a por los medios rusos, pero, como yo no era ruso, no me importó. Ahora vienen a por mí, pero es demasiado tarde. La censura que se ha empezado a establecer en Europa avanza a pasos agigantados. Por supuesto que no es solo cosa del gobierno de Sánchez, también de la Comisión Europea y del parlamento de Estrasburgo. Esto esgrimirán como cuartada los sátrapas nacionales, exactamente los que dicen que, si no tienen mayoría, gobernarán sin el Parlamento. Pero, digámoslo mientras podamos ¿Tiene la Comisión Europea y el parlamento de Estrasburgo, es decir, los mismos de los contratos con tachones de las vacunas, los que han llevado a Europa a la guerra teledirigidos por la anglosfera de uno y otro lado del Atlántico, los que han hundido nuestra industria (desde las fábricas de automóviles a la siderurgia) los, en fin, comprados por el Catargate y el Marruecosgate, alguna autoridad moral para decirnos lo que son bulos y lo que no, si los que más mienten son esos corruptos?

Todos debemos recordar que fue precisamente tras saltar a los periódicos el escándalo de las andanzas de Begoña Gómez y tras los cinco días de "reflexión", cuando Sánchez nos anunció las medidas de "regeneración democrática", yo creo que entonces la gente no entendió bien lo que el presidente del Gobierno quería decir con aquellas palabras. Era una amenaza. Pues bien, aquí lo tienen, ha vuelto la censura, habrá que desempolvar las "vietnamitas" y preparar los paquetes de folios para las octavillas.

jueves, 12 de septiembre de 2024

AHORA QUE PAGUE CAYETANA

 


Fue encantador escuchar a Cayetana Álvarez de Toledo y Peralta-Ramos, marquesa de Casa Fuerte, en el Congreso de los Diputados el miércoles 11 de septiembre. Ese día era el aniversario del 11-S, pero en el parlamento español se discutía otra cosa, si se reconocía, o no, a Edmundo González, como presidente de Venezuela. Con ese maravilloso acento platense (Cayetana, además de la española, tiene nacionalidad argentina y francesa) y con esa dialéctica intimidante para los cobardes (empezando por los de su propio partido) nos deleitó hablando sobre democracia y sobre lo dictador perverso que es Nicolás Maduro. Exactamente la misma señora que se declara admiradora de Milei (que ha enviado el oro de Argentina a Londres y acaba de llamar "héroes" a los legisladores que han apoyado su veto al aumento de las pensiones) la misma mujer que no ha dicho ni mú sobre la dictadura de Arabia Saudí (país con el que España mantiene importantes intercambios comerciales en petróleo y armas) la misma rubia del frasco que no nos ha dicho tampoco nada de la "democracia" de Abu Dabi (donde reside el rey emérito), en fin, la misma aristócrata a la que le gusta enviar armas y dinero a Ucrania, cuyo presidente acabó su mandato en mayo pasado sin convocar elecciones y usurpa el mandato constitucional de la Jefatura del Estado que corresponde ahora al presidente de la Rada Suprema (parlamento), se metió groseramente en los asuntos internos de otro Estado, contraviniendo la carta fundacional de la ONU. Pero, Venezuela no es un Estado del mundo cualquiera, pertenece a la comunidad hispana, esa que los que siguen, no como niños, sino como ratoncillos, al anglosionismo, como si fuera el flautista de Hamelín, tienen tan olvidada. La ultraderecha española, no es fascista, le falta el componente social, es ultraliberal y ultracatólica, como bien sabía Julio Anguita, pero, además, ha perdido completamente el sentido de Estado y la visión que de la Hispanidad, tenía el franquismo. Es necesario recordar ahora que el régimen del general Franco, siempre mantuvo, por ejemplo, excelentes relaciones con Cuba, al margen de los regímenes políticos, hasta el punto de forzar el bloqueo a la isla. El exponente más claro fue el ataque que sufrió el carguero español "Sierra Aránzazu", el 13 de septiembre de 1964 (nadie se va a acordar de este aniversario) de más de 3.000 toneladas, que, en su cuarto viaje a la isla caribeña, fue objeto de un ataque por patrulleras de EE UU, donde fallecieron el capitán, el segundo oficial y el tercer maquinista, y otros miembros de la tripulación resultaron heridos. Pues bien, esa ultraderecha desnortada, que admira a Milei, le encantan los crímenes de Netanyahu y sigue las directrices de EE UU como perrillos falderos (eso sí, no son los únicos) está ya instalada en el PP, y Dña. Cayetana es una de las diáfanas muestras.

Con los votos de PP, Vox, CC y PNV (riámonos ahora de la patraña de la "mayoría progresista") el Congreso de los Diputados ha reconocido como presidente de Venezuela a Edmundo González. Antes el Gobierno de España y la Comisión Europea había reconocido a Guaidó como "presidente encargado", porque España y la mayor parte de los países de la UE y sus instituciones, no tienen política exterior, solo siguen las órdenes de EE UU, aunque sus economías se vean gravemente afectadas, como hemos visto en Alemania. Guaidó acabó en la "gusanera" de Miami, y Edmundo González ha acabado en España, como antes Lilian Tintori y su esposo, que llegaron con las maletas llenas de dólares. Pero, las fechorías de los políticos no importan demasiado si sus consecuencias no afectan a los bolsillos de los ciudadanos y a las cajas de las empresas. No es el caso. El parlamento de Venezuela  ha amenazado ahora con romper relaciones diplomáticas y comerciales con España ¿Sabe usted cuántas empresas españolas operan en Venezuela y tienen importantes intereses en hidrocarburos, banca, telefonía, militar, etc? Si la amenaza de Venezuela se sustancia ¿Quién va a pagar las pérdidas de esas empresas? ¿Las pagará Cayetana?

viernes, 6 de septiembre de 2024

DICEN QUE LA MODA VIENE DE PARÍS


Emmanuel Macron, el actual presidente de Francia, es un judío que fue alto empleado de la Banca Rothschild, también judía, y su padrino político es el barón de Rothschild, también judío. Macron se afilió al Partido Socialista Francés y, no se sabe muy bien como, llegó a asesor del entonces presidente socialista François Hollande, de ahí pasó a ser ministro de Economía en el gabinete socialista. Cuando Hollande cayó en desgracia, entre otros asuntos, por sus correrías sexuales, Macron abandonó el PSF, del que era militante, y fundó primero un partido ¡En Marcha! para posteriormente dimitir como ministro y dejar a Hollande en la estacada. Siempre con el apoyo de Rothschild, se presentó a las presidenciales y ganó a la candidata ultraderechista Marine le Pen, mientras el PSF quedaba reducido a la mínima expresión en Francia. Merced a una pésima gestión de sus gobiernos y de su propia dirección política, Macron logró el hito de pasar de ser el político mejor valorado, cuando era ministro de Economía, al presidente peor valorado en Francia desde la Segunda Guerra Mundial. En el interior, el desastre de la gestión con la inmigración y, en el exterior, todo lo que ha pasado en África, de donde han echado a los franceses a gorrazos, sobresalen entre las múltiples fechorías de Emmanuel. Tras varias remodelaciones, el último primer ministro que nombró Macron antes de las elecciones fue el joven Gabriel Attal, también judío. 

Como era lógico, en las elecciones legislativas francesas el partido Juntos por la República, de Macron y Attal, no ganó, pero tampoco ganó Reagrupación Nacional, el partido de Marine le Pen; para sorpresa de casi todos el triunfador fue el Nuevo Frente Nacional, una amalgama de movimientos y partidos políticos, que se parece mucho, en sus chorradas y en su organización, a Podemos. En Francia, como en otros países de Europa, decían que había que había que hacer frente común contra la ultraderecha y el que más se hartó de repetirlo fue el propio Macron. Marine le Pen también decía que no quería saber nada de Macron, que estaba en contra de sus políticas migratorias, de enviar armas a Ucrania, etc. Pero, hete aquí que el presidente tenía que nombrar un primer ministro, un jefe del Ejecutivo que tiene que contar con mayoría para poder gobernar. Recordemos que Sánchez tampoco ganó las elecciones, pero en las democracias parlamentarias así son las cosas. Si Macron propone a su pupilo, Attal, como primer ministro no lo votaría ni el Nuevo Frente Popular ni Reagrupación Nacional. Proponer a Marine le Pen, después de todo lo que Macron ha dicho de ella, sería demasiado grosero, y el presidente, del que sabemos a quien sirve, tampoco va a proponer a un "comunista", aunque proponer a Mélenchon, que ganó las elecciones, y luego pactar para que Juntos por la República le facilitara la mayoría parlamentaria a cambio de algunas cesiones, sería lo más higiénico y lo más democrático. Pero no. Tras "conversaciones" con Marine le Pen, de cuya formación necesitan los votos, el presidente ha propuesto como primer ministro a Michel Barnier, un tipo de derechas de la formación, Los Republicanos, que han quedado los últimos en las elecciones. Todo era un paripé. Ahora la ultraderechista que decía estar en contra de enviar armar a Ucrania pacta con el judío que se acaba de entrevistar con el otro judío, que no convoca elecciones presidenciales en Ucrania, y ha salido con el encargo de convencer a los demás líderes europeos de autorizar ataques en la profundidad de Rusia. Mi conclusión es que esto es un golpe de Estado institucional y que está claro quien manda en Francia, que no son los electores franceses ¿Y en Europa? Sus conclusiones sáquelas usted mismo, pero recuerde que dicen que la moda viene de París.