¿Porqué está subiendo el precio del
oro cuando cae el de las demás materias primas? La pregunta no es fácil de responder,
uno, porque no hay una razón única para ello y, otro, porque es precisamente el
precio de este preciado metal el que mas está sujeto a causas psicológicas.
Con el oro pasa algo muy parecido
a los llamados comúnmente “cementerios nucleares”, en general, la gente no
tiene una perspectiva muy clara de la realidad. Erróneamente se tiende a creer
que el precio del oro está mayormente influido por la confianza o el miedo de
los inversores en la coyuntura económica, pero esto solo ocurre en
circunstancias muy excepcionales, porque la mayor parte del oro que circula en
el mundo se destina, no a refugio del dinero, sino a la industria. También la
gente suele creer que en los “cementerios nucleares” se almacenan los residuos
de las centrales atomoeléctricas e incluso de la industria bélica nuclear,
cuando, siendo eso cierto, la mayor parte son materiales radiactivos de
ambulatorios y hospitales.
Pero, cuando el precio de todas
las materias primas han caído en picado, incluido el del oro, y solo este
remonta claramente, iniciando una escalada, es que algo grave está pasando en
la economía mundial, algo lo suficientemente importante para que los inversores
cambien acciones y papel moneda por oro, cuya liquidez es mucho menor, pero
cuyo valor es auténtico.
Hay asuntos a los que en
situaciones normales no se presta demasiada atención. Siempre me gusta poner
este ejemplo: Muchos recordarán que en los billetes de las antiguas pesetas ponía
literalmente “el Banco de España pagará al portador….” y así era, usted podía
cambiar aquel papel moneda por dinero en metálico, es decir, por monedas
(también se cae en el error de llamar dinero en metálico al papel moneda), pero
eso no está escrito en los billetes de euros que, como sucede con otras monedas,
solo valen la confianza que usted les quiera dar. El papel moneda, en teoría,
es un pagaré, porque resulta mas práctico portar un recibo de papel que 1.000
maravedíes o 100 gallinas y dos vacas para hacer transacciones. El problema
surge cuando los bancos centrales o la Reserva Federal han puesto la máquina de
hacer dinero a trabajar a destajo para comprar Deuda Pública, porque entonces
el papel moneda que hay en circulación no está respaldado por valor, es como
los “mortadelos” con los que jugaban los niños. En Argentina, saben mucho de
estas cosas. Pues bien, cuando los Estados, los inversores y los intermediarios
financieros bien informados tienen indicios de que algo muy gordo se puede
estar cociendo, siempre acaban comprando oro.
El precio del oro alcanzó su
récord histórico el 6 de septiembre de 2.011, en pleno azote de la crisis
financiero-inmobiliaria, llegando a 1.923,20 dólares la onza. Pero luego, según
los inversores fueron ganando confianza y según caía la actividad industrial, bajó hasta los 1.051,60 dólares a finales de noviembre de 2.015. Pero, si el
día 4 de enero de este año había subido a 1.063 dólares la onza, el 4 de
febrero ya estaba a 1.150 dólares, es decir, el precio se ha incrementado un
7,91% en solo un mes, justo lo contrario que todos los demás valores.
¿Qué está sucediendo en la
economía mundial? Varias cosas, pero todas tienen su origen en el problema
primigenio, la sobreproducción por la falta de planificación, patología
sistémica que ha agravado la globalización.
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