Al contrario que la cartomancia,
la astrología y, en fin, la videncia, que son patrañas, la futurología es una
ciencia, aunque no exacta, como las matemáticas, porque está sujeta a muchos
condicionantes y muchas variables. El Principio de Incertidumbre de Heisenberg,
una de las leyes de la Mecánica Cuántica, también nos dice que no podemos saber
la posición exacta de una partícula y su momento al mismo tiempo, pero, junto
con la Teoría de la Relatividad, de Einstein, nos sirven para explicar sino el
porqué, si al menos el cómo del Universo.
Lo primero que hay que dejar a un
lado al hacer una proyección de los acontecimientos es la subjetividad y los
propios deseos, algo que no es, ni mucho menos, fácil, y los segundo usar la
experiencia de sucesos pasados y echar mano de los datos. Las cifras, aunque se
pueden manipular, son mucho mas frías que las emociones. Cuando hacemos una
previsión electoral no podemos prever acontecimientos aleatorios y sucesos
casuales. Todos hacemos ejercicios de futurología todos los días, y los hacemos
bastante bien, pero, las horas que calculamos nos va a llevar un viaje en coche
puedan ser muchas mas si tenemos una avería con la que no contamos. Nadie pronosticó
que José Luis Rodríguez Zapatero iba a ganar las elecciones generales el
domingo 14 de marzo de 2.004 porque, además de que las encuestas no le daban
ninguna posibilidad, nadie pudo adivinar
que unos pocos días antes, el 11 de marzo, unas comandos yihadistas iban a
hacer una masacre en el metro de Madrid y que eso decidiría los comicios, al
asociar, inevitablemente, los ciudadanos los atentados con la intervención
española en la Guerra de Irak y la foto de las Azores. Dicho esto, entremos en
harina:
Yo creo que antes de hacer una
predicción de lo que podría suceder en unos nuevos comicios conviene analizar
lo que pasó en los que se celebraron el 20 de diciembre. Lo mas llamativo ha
sido la aparición en escena de dos nuevas formaciones políticas, Podemos y
Ciudadanos, pero lo mas significativo es el reparto de los sufragios. ¿Adónde
han ido a parar los votos que han perdido PP, PSOE e IU? pues echando la cuenta
de la vieja nos sale que principalmente los del PP han ido a Ciudadanos y los
del PSOE e IU han ido a Podemos. Pero, unas nuevas elecciones introducirían
factores también nuevos, como que, por primera vez en España, tendríamos algo
así como una segunda vuelta y una de las características de las segundas
vueltas es la concentración del voto. Es muy probable, y en esto discrepo con
muchos analistas, que la mayor parte de los votos de Ciudadanos volvieran al PP, por la
concentración del voto y porque muchos electores de derechas no han podido
digerir el acuerdo entre Albert Rivera y Pedro Sánchez. También es mas que
probable que Podemos obtuviera bastantes mas escaños, sobre todo si lograra
construir una plataforma electoral conjunta con IU. El casi un millón de votos
que obtuvo la candidatura que lideraba Alberto Garzón valieron solo dos
diputados, pero sumados a los votos de Podemos son al menos 12. Podemos también podría pescar
algunos votos socialistas, porque algunas cosas que Pedro Sánchez ha firmado
con Ciudadanos en materia laboral son tan derechistas que forzosamente pasarían
alguna factura.
Uno de los factores que algunos
barajan como influyente en unas nuevas elecciones es un posible desgaste de
Podemos, bien por no aceptar el acuerdo PSOE-Ciudadanos, bien por su escenografía y su discurso. Yo creo que se equivocan, porque la mayor parte de
la gente que ha votado a Podemos no lo ha hecho porque desearan un acuerdo transversal o se hayan vuelto comunistas
y quieran asaltar el Palacio de Invierno, sino porque han utilizado la
formación de Pablo Iglesias como instrumento para descargar su ira. Uno de los
mayores errores de Carl Marx fue suponer que la primera revolución socialista
tendría lugar en Gran Bretaña, porque la industrialización y la proletarización
allí eran brutales. Se equivocó, porque no fueron los trabajadores
concienciados de la necesidad de la lucha de clases los primeros en tomar las barricadas, sino
los campesinos-siervos rusos, cuyas condiciones de vida eran aún peores. Las
revoluciones no las hacen las ideas, las hacen los estómagos. Por eso a los
parados españoles y a los jóvenes sin futuro les da exactamente igual la
ideología de Podemos, son los que meten caña al poder establecido y con eso les
basta.
Sin contar con variables como lo
que puede suceder en el congreso del PSOE, que se celebrará antes de unas
hipotéticas nuevas elecciones, y suponiendo que Podemos logre un acuerdo
electoral con IU, mis previsiones son que las elecciones las ganaría el PP, que
obtendría bastantes mas escaños pero sin llegar a la mayoría absoluta, seguido de Podemos, que arrebataría el liderazgo de la izquierda al PSOE, que quedaría
en tercer lugar, y por Ciudadanos, que sería el cuarto, pero sufriría una
debacle. La distribución del voto cambiaría con respecto a los partidos, pero
no ideológicamente, es decir, el conjunto de la izquierda seguiría teniendo un
millón de votos mas que el conjunto de la derecha y las dificultades para formar
Gobierno serían muy parecidas, todo se resumiría, como ahora, a si el PSOE va a
Gobernar con la izquierda o con la derecha.
¿Qué pasará si hay nuevas elecciones? Pues no lo sé, ni creo que lo sepa nadie. De hecho, las encuestas que se han publicado en estos días arrojan previsiones distintas, cuando no opuestas.
ResponderEliminarEl problema de las encuestas es que a veces utilizan una muestra pequeña y, por tanto, tienen un amplio margen de error. Además, en muchos casos el trabajo de campo se hace con bastante antelación a la fecha de publicación de los resultados y las encuestas, en consecuencia, no recogen los últimos movimientos que se producen en el ámbito político.
De todos modos, yo soy de la opinión de que los resultados van a ser bastante aproximados a los que resultaron el 20 de diciembre. No me creo los datos que publicaba ayer un diario digital, que otorgaba a C’s en torno a lo 60 diputados, que decían que el PP mejoraba sus resultados, que Podemos podía perder tres diputados y que el PSOE perdía alrededor de 10 o 12 escaños.
Yo creo que el partido más expuesto, durante el mes que duró el intento de investidura de Sánchez, ha sido el partido naranja. Si es cierto que la mayor parte de su electorado pertenece al caladero tradicional de la derecha y del centro-derecha, habría más motivos para pensar que su acercamiento al PSOE le haría perder bastantes apoyos, aunque sólo sea porque esos votos conservadores podrían haber servido para la investidura de un socialista.
En cuanto al PSOE, el fracaso en el intento de investidura de Sánchez podría contrarrestar el “bonus” resultante de la alta exposición mediática que ese proceso le brindó a su líder. Además, el baile de la yenca (así lo calificaba usted hoy mismo en los foros de El Comercio) que ha puesto en práctica Sánchez puede llevar a sus potenciales votantes a un sentimiento de confusión, que no es el mejor estado para elegir al papeleta del PSOE en el acto de la votación.
Podemos, también puede ser un incógnita en unos eventuales comicios generales. Un posible acuerdo preelectoral con IU (que tampoco va a resultar demasiado fácil, salvo que la formación rojiverde se baje hasta los tobillos los pantalones) podría servir para que obtuviese diez o doce escaños más. Ahora bien, para ello debería mantener sus alianzas territoriales en algunas comunidades autónomas (Cataluña, Galicia, Valencia, etc.) y a lo mejor eso no resulta muy probable, puesto que Podemos también está padeciendo tensiones territoriales en su organización. En cualquier caso, un ascenso de Podemos, iría siempre en detrimento de los votos al PSOE.
Por último, en lo que respecta al PP, pues considero que no se va a mover demasiado su voto. Es probable que pueda compensar un previsible descenso por los casos de corrupción que asolan al partido con el regreso de algunos electores desencantados por las estrategia postelectoral de Rivera, pero no me parece que vaya a mejorar mucho sus resultados de diciembre.
Ahora bien, en política nunca se pueden hacer previsiones categóricas. A fecha de hoy, aunque parezca muy probable la convocatoria de nuevas elecciones, ni siquiera pueda descartarse, in extremis, una acuerdo de última hora.