España es uno de los países desarrollados
con mayor fracaso escolar, son varias las causas, desde planes de estudio
ridículos y que cambian cada dos por tres, hasta la incapacidad de padres y
profesores para motivar a los niños y jóvenes en el estudio. Si es una lástima
que un niño torpe no logre tener una mínima base académica, mucho peor es que
niños superdotados se aburran en clase y dediquen sus capacidades a darle con
el dedo al teléfono móvil o a matar monstruos alienígenas en la videoconsola.
El desastre en la escuela no es
una singularidad en España, al contrario, el desastre se ha extendido como una mancha de
aceite que ya impregna, pringosa, todas las actividades sociales. Si los niños
ya no saben nada de Historia o de Geografía, los adultos han olvidado lo que es
el honor, la lealtad, los principios y la palabra dada. Esos valores han pasado
de moda.
Estos días hemos asistido al
debate de investidura en el Congreso de los Diputados y casi todos los
políticos que salieron al estrado me recordaron a esos niños desnortados que
van camino de sacar la carrera, máster incluido, de imbéciles. No estaban
haciendo los deberes, sino jugando a la videoconsola. Lo que nos contaban poco
o nada tenía que ver con los verdaderos problemas que tiene España y los
españoles; al final todo se redujo a quien era mas “tapón” si Rajoy o Pedro Sánchez.
Durante la campaña electoral se
habló de los problemas que, según las encuestas del CIS, mas preocupan a los
españoles, que se resumen en el paro y en, general, en la situación económica,
pero, cuando ya se está hablando de programas de Gobierno y de pactos esas
prioridades pasan a segundo o tercer término. El mundo virtual donde están inmersos
nuestros políticos es como el mundo de esos niños que van camino del fracaso, unos
se dedican a eliminar marcianos y otros a hacer triples saltos mortales con
tirabuzón dialécticos y piruetas inverosímiles, mientras dejan los deberes para
otro día.
Vivimos en un universo social de
la estupidez y los que dirigen las sociedades y los Gobiernos forman parte de
él con agrado, participan de las mentiras y difunden las patrañas para consumo
del Pueblo. Han extendido la idea de que los Estados, y, por consiguiente, los
ciudadanos, ya no pintan nada, que son otros, diga lo que diga la Constitución,
los que dirigen los destinos del mundo y no se puede ir contra corriente, que
nos gobiernan desde Bruselas y desde las instituciones financieras
internacionales y que el poder financiero y las grandes corporaciones son las
que, en verdad, tienen, la sartén por el mango, pero no nos han dicho que es
porque nos dejamos y porque ellos, los que nos dirigen, son los capataces de
esos amos. Una prueba evidente de que los Estados pueden ejercer su poder es el
acuerdo que el primer ministro británico, Cameron, ha arrancado a la Unión
Europea.
En España hay problemas muy
importantes que no salen en las encuestas del CIS, porque los entrevistados
están tan mediatizados por los medios de información y por los discursos de los
políticos que ni siquiera son conscientes de ellos. ¿Cómo es posible, por
ejemplo, que nunca salga a relucir el problema gitano, toda una etnia, mas de 800.000
personas, que viven de los subsidios en una sociedad paralela, con sus propias
leyes e, incluso, con su propia religión? ¿cómo es posible que tampoco se hable de la
prostitución, una actividad de las mafias que mueve cantidades astronómicas de
dinero y que explota en España a mas de 400.000 mujeres? ¿como es posible, en
fin, que nadie haya dicho estos días en el Parlamento como piensa cuadrar el déficit
y pagar la astronómica Deuda que ya ha llegado al 100% del PIB?
Entre los folios donde llevaban escritos
sus discursos, nuestros políticos tenían escondido el mando de la videoconsola.
No hay comentarios:
Publicar un comentario