Dicen que un día le preguntaron a
Alfred Hitchcock, maestro de ese género cinematográfico, que era el suspense, y
que el gran director respondió diciendo: “una pareja está sentada en un sofá
conversando tranquilamente y bajo el sofá hay una bomba de relojería a punto de
estallar, nosotros lo sabemos, pero ellos no”. Lo que está sucediendo ahora en
España me recuerda mucho a aquellas palabras de Hitchcock. Los españoles se han
divertido la pasada Semana Santa y en Andalucía ya la empalman con la Feria de
Abril, todos son risas y divertimento, mientras las agujas del reloj conectado
al explosivo avanzan inexorablemente.
Yo creo que lo peor de los
políticos no son sus errores, aunque estos puedan ser muy graves y tener
consecuencias desastrosas, lo peor son sus mentiras, que, además, es un
bastardo argumento dialéctico del que suelen echar mano para esconder sus
errores. Nos han contado que ETA ha sido derrotada y la gente se lo ha creído,
por eso el problema del terrorismo ya no aparece como una de las principales
preocupaciones de los españoles en las encuestas del CIS. Llevamos ya algunos
años sin atentados y sin muertos, es cierto y hay que felicitarse por ello,
pero, ¿no es cierto también que ETA no ha entregado las armas y que su brazo
político, que ahora llaman Bildu, está en las instituciones y tiene mas poder
que nunca? Los terroristas y sus seguidores nos han recordado en el pasado
Aberri Eguna que siguen ahí y que sus objetivos no han cambiado. La puesta en
libertad de Arnaldo Otegui les ha devuelto su líder. Otegui no era un preso
político, como alguna izquierda desnortada manifestó, sino alguien que estaba
en la cárcel por intentar reorganizar Batasuna, eso sí, no se entiende que
estuviera preso mientras Bildu, que no es mas que otra franquicia de ETA, está
en los Ayuntamientos y en los Parlamentos.
Han pasado las elecciones
generales y todavía no se ha formado un nuevo Gobierno y es mas que probable
que tengamos que ir a unos nuevos comicios, pero, aunque no lo perece, existe
un Gobierno en funciones, un Ejecutivo que puede estar todavía varios meses
llevando, es un decir, las riendas del país, pero que ni aparece por el
Congreso de los Diputados para responder a preguntas ni hace las cosas que
debería haber hecho hace mucho tiempo. El Gobierno del PP ha mentido a los
españoles diciendo que pararían el proceso independentista catalán. El “proceso
de desconexión” sigue adelante sin que nadie lo pare y todos los días vemos las
afrentas al Estado y a sus instituciones en Cataluña. No se eche la culpa a los
de Podemos o a los errores de Zapatero de lo que está sucediendo allí, unos no
gobiernan España y el otro hace ya mas de cuatro años que tiene un retiro
dorado como consejero de Estado. Es el Gobierno del PP, que todavía gobierna
España con mayoría absoluta, en que ha dejado hacer y es el pusilánime Rajoy el
que ha dejado pudrirse el asunto, como si el transcurrir del tiempo lo fuera a
solucionar. A los independentistas vascos y a esa ETA que, en verdad, nunca ha
sido derrotada, las exitosas andanzas secesionistas del Gobierno catalán, igual
que los efectos de una conocida bebida energética y estimulante, les han dado
alas.
No es el paro, ni los problemas
económicos de muchas familias españolas nuestro principal problema, eso puede
ser reversible, sino la amenaza real de desintegración de España, la nación
que, con mas de 500 años, es la mas vieja de Europa. Pero, nos seguirán
mintiendo y nos dirán que no hay ninguna bomba de relojería bajo el sofá, hasta
que explote.
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