Según las encuestas del CIS, la
corrupción, junto con el paro, son las principales preocupaciones de los
españoles. Yo creo que, siendo estos problemas muy importantes, todavía tenemos
otros mas graves, pero, la opinión de la gente está muy mediatizada por los
medios de comunicación, por la situación económica de las familias y por la opinión
colectiva y no va a ir contracorriente. Seguramente si yo dijera que el
calentamiento global, el tabaquismo, que mata a 60.000 personas al año en nuestro
país, o el peligro de desmembración del Estado, por ejemplo, quizá sean, verdaderamente, los
problemas mas importantes que tenemos me correrían a gorrazos.
La corrupción en España, la
segunda preocupación de los españoles después del desempleo que afecta a unos
cinco millones de personas, está generalizada y creció exponencialmente en los
años del pelotazo urbanístico a la sombra del poder político. El dinero de las “mordidas”
sirvió para que se enriquecieran muchos sinvergüenzas y para que los partidos
se financiaran ilegalmente. Pero, seamos serios y digamos la verdad, la
corrupción afecta a toda la sociedad y son muchos los españoles que, sin ser
políticos, manejan dinero negro y se mueven en la economía sumergida. Muchos
ciudadanos se tiran al cuello de los políticos corruptos que todos los días
aparecen en los medios de comunicación empapelados por los jueces, pero luego
los votan y son los primeros en que, si pueden, defraudan a Hacienda. Si no
somos conscientes de que tenemos una cierta cultura de la corrupción y que la
impunidad que permitimos está en el trasfondo del problema no habremos
entendido nada.
La hipocresía que hay tras la
cínica irritación por los casos de corrupción es monumental. En las campañas
electorales las distintas formaciones políticas hablan de su voluntad de acabar
con la corrupción en España y desde la tribuna del Congreso de los Diputados
unos y otros se tiran los trastos a la cabeza sacando a relucir los procesos
judiciales donde están implicados y poniendo a funcionar el ventilador de la
mierda. Pero hay tres cosas que a mí me llaman poderosamente la atención: nadie
habla de cambiar la Ley y el Código Penal para crujir a los corruptos, nadie
habla de acabar, de verdad, con la economía sumergida y el fraude fiscal y,
sobre todo, nadie habla de los corruptores, agentes imprescindibles para que
exista la corrupción. Esos no salen en los telediarios ni en los periódicos,
aunque tienen nombres y apellidos, a veces aparece alguna empresa, pero nunca
las personas de sus consejos de administración, su consejero delegado o su presidente.
Esos siempre se van de rositas.
Son las empresas, las grandes
corporaciones y la banca las que están verdaderamente detrás de la corrupción y
sobre ellas habría que poner principalmente el foco informativo y descargar la
espada de la Ley. Sin corruptores se acabarían una buena parte de los corruptos.
La corrupción no solo afecta a
las arcas del Estado, afecta sobre todo a la democracia, porque el capital no
solo compra a los políticos para obtener contratos públicos o recalificaciones
de terrenos, los compra, sobre todo, para que coman de su mano y hagan las políticas
que les interesa. Las “puertas giratorias” o que los bancos perdonen deudas
millonarias de préstamos para campañas electorales a algunos partidos
políticos tienen mas peligro para la democracia que las groseras “mordidas” en
dinero negro.
Esa corrupción que ejerce el
capital sobre los medios de comunicación, sobre los partidos políticos y sobre
las instituciones es la dictadura que gobierna una buena parte del mundo,
incluida la UE y los EE UU, son los lobbys, y no los ciudadanos, los que tienen el
poder y la soberanía.
En términos generales sstoy bastante de acuerdo con su comentario, pero hay una cosa con la que no puedo estar más en desacuerdo, porque, de llevarse a efecto, se agravaría lo que los españoles, según el CIS, consideran el mayor problema nacional, el desempleo.
ResponderEliminarHabla usted de corruptores y engloba bajo ese epígrafe a empresas, a la banca, a las grandes corporaciones, para añadir a continuación que mientras no se acabe con los corruptores no se acabará con el problema. Pues bien. Ya me dirá usted qué ocurriría si acabasemos con la banca y con las empresas. Yo creo que el país se iría a la mierda por la vía rápida.
Lo que se debería de hacer, efectivamente, es modificar el Código Penal, endurecidno las penas por corrupción, agilizar los procedimientos judiciales, arbitrar medidas para que los que roban devuelvan lo robado, generalizar los pagos a través de tarjetas de crédito, acabar con los aforamientos, reformar las normas de financiación de los partidos políticos, sindicatos, organizaciones empresariales, etc. Pero acabar con el sistema financiero y con las empresas..., ¿no le parece que se le ha ido un poco la mano?
Seguramente no me he explicado bien. Para nada quiero decir que se acabe con las empresas y los bancos, eso sería de locos, solo con las corruptelas que promueven algunas empresas y algunos bancos.
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