Se dice que la gente que vive en
un mundo irreal, como el de Alicia en el País de las Maravillas, pero frecuentemente
sin la malvada reina de corazones, vive en otra galaxia, es decir, no son conscientes
del mundo material, donde no solo hay
gente malvada, como la citada monarca del cuento de Lewis Carroll,
también sucesos y problemas reales.
Yo recuerdo que cuando Anguita
era coordinador general de IU y manifestó ante las cámaras de televisión que el
“señor X” de los GAL era nada menos que el entonces presidente del Gobierno,
Felipe González, ante la imposibilidad de desmontar la acusación de D. Julio,
se dijo que el hombre vivía en otra galaxia. No era cierto, evidentemente,
pero, no se ha vuelto a decir eso de ningún político en España, ni siendo
verdad ni siendo mentira.
En este país, como en todos los
demás, hay algunos ciudadanos que viven en un mundo que se han fabricado a la
medida de sus ilusiones, ese que se ha dado en llamar “mundo de Yupi”, que
poco o nada tiene que ver con la realidad, pero cuando son los políticos o el
Gobierno los que habitan al otro lado del espejo, tenemos un serio problema.
Los que nos gobiernan no son conscientes de lo que pasa en nuestro mundo, el de
la gente de a pie, viven subidos a una higuera. Si es importante que el
presidente del Gobierno sepa lo que cuesta un café en la calle, lo es muchísimo
mas que conozca las necesidades de los españoles y los graves problemas de España,
que sea plenamente consciente de ellos y que actúe en consecuencia.
Los que desde que estalló la
crisis han vivido en otra galaxia y quieren convencer al que cobra uno de los
salarios mas miserables de la Unión Europea y al que obligan a trabajar muchas
mas horas que las legales que la economía se recupera y que ya se ve la luz al
final del túnel, son los mismos que tampoco tienen las suficientes luces para
percibir otras realidades.
La España real tiene muchos problemas,
pero ninguno tan grave como la amenaza secesionista catalana, a la que pueden
seguir otras iniciativas similares en otras CC AA. Nuestros políticos no han
querido ver lo que se avecinaba y ya tenía fecha marcada en el calendario.
Durante la campaña electoral de las generales el asunto quedó en
hibernación para los medios de comunicación, pero la masa seguía fraguando y el
conflicto creciendo. Ahora ha llegado a su apogeo. Los que viven lejos de la Vía
Láctea, Gobierno y la mayor parte de la oposición, nos dicen que se actuará
cuando el Gobierno de la Generalitat y los independentistas se salgan de la
Ley. Son los únicos que no se han enterado aún que esa gente ya se ha pasado la Ley
por la entrepierna muchas veces.
A lo largo de mi vida he tenido
la desgracia de estar metido en varios sucesos dramáticos, algunos colectivos,
como el descarrilamiento de un tren, el incendio en un hotel y un incidente
aéreo, por eso sé de primera mano, no solo por los relatos y las películas, el
comportamiento humano en esas situaciones límite. Huir de la realidad es un
recurso psicológico cuando no se quiere afrontar la verdad, pero la
paralización de los miembros y la histeria colectiva es lo que pasa cuando el
pánico y el miedo se apoderan de nosotros, se lo aseguro.
No cogen el toro por los cuernos
porque viven en otra galaxia y ya tienen paralizados brazos y piernas, solo
falta la histeria colectiva.
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