El Ejército Árabe Sirio está
preparando una gran ofensiva cuyo objetivo es cortar las líneas de
abastecimiento de los yihadistas del Estado Islámico, del Frente Al Nusra y las
decenas de grupos terroristas que operan en Siria. La ofensiva se va a
desarrollar en varias etapas y no tendrá un solo vector de ataque, pues en ella
se piensan recuperar algunas zonas pobladas y también objetivos con gran valor
estratégico para finalizar en una pinza. Aunque los grupos terroristas ocupan
amplias zonas del país, desde los aledaños de la capital hasta una amplia
franja cerca de la frontera con Israel, la ofensiva se va a desarrollar en el
Nordeste del país, hasta cerca de la frontera con Turquía, de donde no han
cesado de llegar tropas de refresco y todo tipo de armamento para los
yihadistas, desde misiles antitanque Tow, de fabricación norteamericana, hasta
una importante remesa de armas que Abu Dhabi, el emirato árabe que ha tomado el
relevo en la financiación de los asesinos que hasta ahora lideraban Arabia
Saudí y Qatar, ha comprado a Bulgaria. Las acciones preliminares de la gran
ofensiva (se han liberado varias aldeas y tomado puntos estratégicos) buscan
arrinconar en una gigantesca bolsa al Nordeste del país al grueso de los
terroristas, que tendrán dos opciones, sucumbir ante las fuerzas combinadas del
ejército sirio, sus aliados y la aviación rusa, que les atacarán por el Oeste y
por el Sur, o huir hacia Turquía. Los milicianos peshmergas kurdos deberán
aguantar el tapón para impedir que los mercenarios yihadistas maniobren hacia
Irak y se dirijan hacia Mosul para unirse a las fuerzas terroristas que tienen
en esa ciudad iraquí su capital.
Si los regímenes feudales árabes
y algunos países de la OTAN están colaborando con los yihadistas, aunque a la
opinión pública le dicen todo lo contrario, Rusia está desplegando en Siria
todo su poder. El presidente Vladimir Putin está empeñado en acabar con el
Estado Islámico a toda costa y esas son las órdenes que ha dado a sus
generales. Rusia no solo ha utilizado sus aviones SU-24, SU-25 y SU-34 en apoyo
del Gobierno sirio, también bombarderos estratégicos y misiles de crucero
lanzados desde buques en el Mar Caspio. Pero, si esas armas son las que mas
llaman la atención y las que salen en los informativos, Rusia también está
empleando o cediendo al EAS otras que son tanto o mas eficaces, como varios
modelos de helicópteros de ataque, sofisticados carros de combate (como el
T-90) vehículos blindados para transporte de infantería, cañones, lanzaderas de cohetes múltiples, etc. Entre todo el abanico armamentístico que Rusia ha
desplegado en Siria hay dos tipos de armas que destacan por su avanzada
tecnología: los sistemas antiaéreos S-400, que son capaces de interceptar
cualquier tipo de avión o misil a centenares de kilómetros y a cualquier altura
(una batería se ha instalado a solo 32 kilómetros de la frontera turca,
controlando profundamente el espacio aéreo turco para impedir que otro avión ruso
pueda ser derribado) y robots de última generación, armados con misiles y
ametralladoras de gran calibre. Estos robots, dirigidos por control remoto,
pueden penetrar sigilosamente tras las líneas enemigas y abrir fuego por
sorpresa, causando el pánico y descubriendo sus posiciones. También se están
usando en las luchas callejeras y como avanzadilla de las unidades blindadas al
entrar en zonas habitadas donde los carros de combate son muy vulnerables. Los
robots rusos van equipados también con miras electroópticas y detectores
térmicos por infrarrojos.
Miles de toneladas de armamento,
municiones y vituallas de todo tipo están llegando estos días desde Rusia para
la ofensiva final. Unas llegan en buques a través del Bósforo y otras en
grandes aviones de transporte. Algunos dicen que la gran ofensiva será a
primeros de marzo, pero, yo creo que será antes.
FOTO: uno de los modelos de
robots rusos como los que operan en Siria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario