La Organización Mundial de la Salud
ha lanzado la voz de alarma: Un nuevo peligro acecha a la Humanidad, una
amenaza viral extremadamente peligrosa que se propaga de múltiples formas y que
está creciendo exponencialmente, el virus Zika.
El nombre del virus se debe a que
fue aislado por primera vez en 1.947 en un mono macaco del Bosque de Zika
(Uganda), posteriormente, en 1.968, lo fue por primera vez en humanos. El Zika
es otra mas de las muchas enfermedades tropicales y no tiene un solo origen,
pues se conocen varias cepas diferenciadas, asiáticas, africanas y americanas.
Como el Dengue, la Malaria, la Tripanosomiasis (enfermedad del sueño), etc, el
virus Zika lo transmite principalmente un mosquito, pero, al contrario de otras
enfermedades que solo son trasmitidas por un tipo de insecto (la enfermedad del
sueño la transmiten unos pocos tipos de mosca Tsé-Tsé) el virus Zika puede ser
transmitido por casi toda la familia de mosquitos del género Aedes, y lo pueden
hacer tanto en actividad diurna como nocturna. Por si esta particularidad no
fuera ya lo suficientemente peligrosa, ya está demostrado que hay otras vías de
contagio, como la sexual. En 2.009 se descubrió que un biólogo norteamericano
que había viajado a Senegal, y que fue picado en varias ocasiones, transmitió
el virus a su esposa a su regreso a los EE UU.
Los síntomas que provocan la
infección por el virus Zika son parecidos al Dengue, dolores leves de cabeza, fiebre, erupciones
cutáneas, dolores articulares y malestar general, que suelen ir remitiendo por
sí solos al cabo de varios días. El periodo de incubación es de unos 10 días,
desde que el virus entra en el torrente sanguíneo hasta que se experimentan los
primeros síntomas. Son muy raros los casos de muerte por la infección del virus
Zira, salvo que la persona afectada ya tuviera otras patologías importantes.
La alarma ha saltado porque a las
ya muy conocidas cepas virales africanas y asiáticas, se ha unido la americana,
una nueva cepa que, como sucedió con el Dengue, es mucho mas agresiva y que
parece tuvo su origen en la Polinesia Francesa. La OMS de la salud y varios
Gobiernos Iberoamericanos ya están convencidos que los miles de casos que se
están produciendo de microencefalitis en recién nacidos, sobre todo en Brasil,
están relacionados con el virus Zika. Todavía no se sabe si son algunas
particularidades ambientales o una mutación lo que ha permitido al virus
producir unos efectos que nunca se habían observado ni en humanos ni en monos
en Asia y en África.
Como ocurrió con el Ébola, la
noticia ha llegado a los informativos de los Estados desarrollados no tanto por
los estragos que ya está causando en los países de Sudamérica, ni por la alarma
lanzada por la OMS, sino porque, como hemos apuntado, se sabe que la enfermedad
puede ser trasmitida por otras vías distintas a los mosquitos que solo viven en
los trópicos y que puede llegar en forma de epidemia a Europa y Norteamérica.
De momento, no existe una vacuna
contra el virus Zika y lo mas urgente es extremar las precauciones para limitar
al máximo su transmisión, pero sin caer en graves errores provocados por el
pánico, como está sucediendo en algunos países de América que están recurriendo
a fumigaciones histéricas que pueden causar mucho daño.
Las enseñanzas de la crisis del Ébola
son ahora valiosas, desde las medidas de férreo control de las personas
infectadas hasta el filtro sanitario de los viajeros que proceden de lugares de
alto riesgo, pasando por extremar las precauciones en las relaciones sexuales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario