¿De verdad había alguien, en su
sano juicio, que pensara que imprimir billones de papel monera en dinero fiat,
es decir, dinero sin respaldo de valor, e introducirlos en el mercado no iba a
traer desagradables consecuencias? A pesar de lo que estamos viviendo, la
economía occidental, en verdad, murió en 2008, con la explosión de la burbuja
financiero-inmobiliaria, pero, no la habíamos enterrado. Volvamos la vista 13
años atrás y veamos lo que sucedió entonces: Tras el derrumbe de la gigantesca
estafa piramidal que los bancos y los constructores, con la bendición de los
Estados, habían perpetrado a los ciudadanos, el sistema financiero colapsó y
para evitar su quiebra, y su desaparición, los bancos centrales imprimieron
ingentes cantidades de papel moneda para entregárselo gentilmente a los bancos, a veces
hasta a intereses negativos, y a los Estados para que estos, a su vez, sanearan
a los bancos, nacionalizándolos y luego privatizándolos de nuevo, con pérdidas
milmillonarias de dinero público y endosando todo eso a la Deuda que tendrían que pagar los ciudadanos. Salvaron a los bancos, sí, pero no salvaron
la economía que ya estaba en una situación muy delicada cuando llegó la
pandemia del coronavirus, porque si bien había crecimiento económico, los
déficits y las Deudas de los Estados no paraban de crecer. Pues bien, la
pandemia mundial está provocando que los bancos centrales occidentales hayan vuelto
a las andadas, si logramos taponar el agujero en 2008 para que no se hundiera
el barco por qué no lo vamos a poder hacer ahora usando el mismo método, se han
dicho, así que se han dedicado a imprimir papel monera sin respaldo de valor en
cantidades astronómicas, más que nunca en la Historia, para repartirlo a los
Estados y éstos, a su vez a los ciudadanos y a las empresas. “La impresión de dinero es mayor que la
velocidad a la que el sistema colapsa”, ha dicho Max Keiser, el periodista,
cineasta y excorredor de bolsa estadounidense, que se ha hecho rico con el
Bitcoin, en su portal económico. Si la moda viene de París, lo que le va a
pasar a la economía viene de los EE UU, así que vamos a fijarnos en lo que ya
está sucediendo allí. El Gobierno de los EE UU ha enviados cheques con dinero
de mentira a todos los ciudadanos que ganan menos de 100.000 dólares al año y
ha repartido billones de dinero fiat entre las empresas y los bancos, una buena
parte de ese dinero ha ido a engrosar los ahorros y una parte gigantesca, no a
inversiones industriales, sino a la especulación en bolsa, que, en plena
pandemia, ha subido más que nunca. Cuando, gracias a la vacunación, la economía
real se ha empezado a poner en marcha el precio de la vivienda, tanto de compra
como de alquiler, se ha disparado, hasta el precio de los coches de segunda
mano se han disparado, dos indicativos claros de la amenaza de la hiperinflación.
Sin embargo, esa hiperinflación no ha tenido reflejo en los salarios, que ni
siquiera tienen inflación, y la brutal pérdida de poder adquisitivo de los
trabajadores, sobre todo de los que menos ganan, es exactamente lo mismo que
provocó la explosión de la burbuja financiero-inmobiliaria en 2008, una bomba
de relojería que, otra vez, si no se controla tampoco ahora la hiperinflación,
estallará. Cuando salgamos de la pandemia y todo ese dinero de mentira se
empiece a gastar se disparará la inflación, salvo que suban brutalmente los
tipos de interés, es, decir, el precio del dinero, y se abrase a los ciudadanos
a impuestos, pero, esto solo aceleraría el colapso de la economía y la explosión
de la burbuja de la Deuda. El asunto tiene hasta guasa: ¿Quién va a querer un recorte brutal del dinero que
le han dado a cambio de nada? En estos momentos en los EE UU hay 15,47 billones
de dólares en créditos bancarios, dinero de las máquinas de hacer billetes de la Reserva Federal, con los que se está especulando en los
mercados financieros. Da miedo. Que suba el gasto no quiere decir,
necesariamente, que suba la producción y el valor de los productos
manufacturados, que tienen un alto componente del valor, de la plusvalía, que
le da el trabajo. La hiperinflación es un monstruo que se alimenta solo, porque
cuando los precios suben sin parar la gente tiende a conservar las mercancías y
los bienes, disminuyendo la oferta y aumentando todavía más los precios. Las
fechorías siempre acaban pasando factura, el problema es cuando esa factura la
tienen que pagar los que no han provocado las fechorías, y la hiperinflación de
la irritación es muy, muy peligrosa.
No sabemos el fecto de esta medida aplicada a nivel mundial como se esta haciendo..imprimir billetes sin ningun valor puede conducirnos a un desastre economico del que nunca saldremos,ud y yo seguro que no..mire,estamos rodeados de irresponsables por todas partes..España por un lado,la UE por otro,con su plan de desindustrializacion generalizada..hemos visto lo que ocurre cuando no tenemos industria propia en el caso de las vacuna..la vieja Europa agoniza..lo mejor que podriamos hacer es salir de la UE ,crear nuestra moneda y devaluar lo que hiciese falta..entrar en la UE por la parte de atras ha sido un error cuyas consecuenncias seguiremos pagando sine die..siento ser pesimista,pero creo que no hay solucion al problema que se avecina..y por cierto,el gobierno socialcomunista puede decir "a pagaaaaaar" todo lo que quiera..si no hay con que pagar van a rascar poco, y lo saben
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