Los estados mayores de los
partidos de la izquierda están analizando los resultados de las pasadas
elecciones generales del domingo 26 de junio para ver que es lo que ha sucedido
y porqué. Los números hablan por sí solos: si en las elecciones del 20 de
diciembre la suma de los votos del PSOE, Podemos e IU fue de 11.643.131 y la del
PP y Ciudadanos de 10.715.976, es decir, la izquierda sacó una ventaja a la
derecha de nada menos que 927.155 votos, en las elecciones del 26 de junio PSOE
e Unidos Podemos sumaron 10.474.443 votos y PP mas Ciudadanos 11.029.954, que
son 555.511 votos mas que los partidos de izquierda. Pero, lo mas llamativo de
todo es que ha sido la coalición electoral Unidos Podemos la que mas votos ha
perdido, 1.062.704, es decir, un poco mas de la diferencia que la izquierda
había sacado a la derecha el 20 de diciembre. Han sido los votantes de Podemos
los que han preferido quedarse en la playa o en su casa y han puesto en bandeja
el triunfo al PP. Y digo los de Podemos, porque, en contra de lo que dicen
algunos analistas, estoy completamente seguro que el disciplinado y
concienciado votante de IU ha ido mayoritariamente a votar. A pesar de que los
resultados en número de votos para Unidos Podemos son francamente malos si los
comparamos con los de las elecciones de diciembre, han mantenido los 71
diputados que tenían, mientras el PSOE perdió 5, volviendo a marcar el peor
resultado desde la Transición. Que la formación política de Pablo Iglesias no
haya sufrido una auténtica debacle también en escaños debe agradecerlo a IU, a
su generosidad y altura de miras.
Mientras que la derecha ha
movilizado como nunca a su electorado, al que le ha importado mucho menos la
corrupción, las subidas de impuestos y los recortes del PP que el miedo a
Unidos Podemos, la izquierda ha hecho una campaña de autodestrucción. Mientras
unos discutían quien sería presidente o vicepresidente, otros, con Felipe González
a la cabeza, decían sin ambages que nunca gobernarían con los “populistas” y el
de la coleta. Es como si los soldados de un ejército de pelearan entre sí
mientras el enemigo avanza sobre ellos. Nadie sabe que pensaba hacer la
izquierda en el primer consejo de ministros de su hipotético Gobierno, pero si
de sus bobadas y sus disputas.
La izquierda se ha ganado la
derrota a pulso, pero, seamos justos, la culpa no es solo de los partidos y de
sus líderes, es también de los que no han ido a votar y no les ha importado que
vuelva a gobernar Rajoy.
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