Se acercan las elecciones y
proliferan las encuestas de empresas especializadas que publican los medios de
comunicación. Si bien es cierto que esos sondeos algunas veces no se ajustan a
los resultados finales en las urnas, como vimos en las pasadas elecciones del
20 de diciembre, donde, por ejemplo, Podemos obtuvo mas escaños que los
vaticinados y Ciudadanos menos, si sirven para medir la intención del voto, su
evolución y el sentir de los entrevistados, que no siempre coincide con lo que
votan, pero que influye en la opinión pública dominante, que es determinante
para el desarrollo de los acontecimientos.
La encuesta que el domingo 5 de
junio publica el diario “El País”, efectuada por Metroscopia, arroja unos
resultados que a buen seguro estarán analizando los gabinetes electorales de
los cuatro principales partidos. El PP, al que favorece una previsible
abstención, se consolida en primer lugar, con el 28,5% de los votos, le sigue
la coalición Unidos Podemos, que sube hasta el segundo lugar con un 25,6%, el
PSOE se desploma al tercer lugar con un 20,2% y Ciudadanos cierra la fila con
el 16,6%. Para mí lo mas importante no son los porcentajes que avanza la
encuesta y el sorprendente, por su contundencia, avance de Unidos Podemos, que
no solo arrebata al PSOE la hegemonía de la izquierda, incluso amenaza muy de
cerca al PP, sino las dudas de los indecisos, que son muchos, y la imagen que de
los distintos dirigentes tienen los electores. Son los españoles que votaron a
Ciudadanos los que mas dudan. En el variopinto magma electoral del partido de
Albert Rivera podemos encontrarnos desde gente que antes había votado al PSOE
como al PP. Ciudadanos era un partido con una ideología poco conocida por el
electorado, salvo su enfrentamiento con los nacionalistas catalanes, y con un líder
joven, poco quemado y de verbo fácil, pero su pacto con el PSOE ha disgustado a
sus votantes de derechas y su tragicómico viaje a Venezuela y las cosas que
pactó con Pedro Sánchez, incluido que los trabajadores se paguen su propio
despido, a los de izquierda. Es muy probable que, aunque todavía no lo arrojan
totalmente las encuestas, muchos votos de derechas que fueron a Ciudadanos regresen
al PP, pero, y esto sí sería una sorpresa, los que Albert Rivera había arrebatado
al PSOE pueden ir a Unidos Podemos.
No nos engañemos, vivimos en un
país donde la gente no lee los programas políticos y no tiene ni idea sobre
lo que pactan los partidos, estoy seguro, por ejemplo, que he sido de los pocos
que leyó las 66 páginas del acuerdo que firmaron el PSOE y Ciudadanos y que
conoce las cosas desagradables que venían al final, en el apartado sobre medidas
económicas, por eso es muy importante la imagen que proyectan los líderes, que
es decisiva para que los ciudadanos den su confianza a un partido u otro. En
este sentido, el PP está hipotecado por la imagen de Rajoy, el que decía a
Bárcenas que resistiera, pero, Pedro Sánchez tampoco exhala credibilidad en lo
que dice ni en como lo dice y eso lastra mucho mas al líder socialista que los
procesamientos de Chávez y Griñán. Pablo Iglesias y Albert Rivera, uno por su
imagen prepotente y el otro por su ambigüedad, tampoco salen bien parados. Sin
embargo, la coalición Unidos Podemos tiene suerte, porque cuenta entre sus
filas con el líder mejor valorado en todas las encuestas, incluidas las del
CIS, que no es otro que Alberto Garzón, que siendo en sus ideas mucho mas de
izquierda que los líderes de Podemos, proyecta una imagen mas moderada y una
dialéctica muy contundente sin perder nunca las formas. Lo mismo pasa con
Errejón o con Echenique, que caen mejor a la gente que Monedero. Es muy
importante explotar el filón de la buena imagen, que no está, en absoluto,
reñido con lo sustancial, el programa.
Los que tomen buena nota de esto tendrán mucho ganado.
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