Sabedores los socialistas de que
los resultados electorales en los grandes centros urbanos de Asturias no les
van a ser muy favorables, centran todos sus esfuerzos en las Cuencas Mineras y
en el voto emigrante, ya sabe usted, el de esos que pagan sus impuestos en, por
ejemplo, Argentina o Uruguay, votan allí, no han venido nunca a Asturias y no
tienen ni idea de la problemática de nuestra región, pero que tienen un
ancestro, quizá su abuelo, que nació en nuestra tierra. Por eso el Ejecutivo
que preside Javier Fernández, de forma grosera, destina fondos públicos a
comprar votos en Iberoamérica y la FSA y sus conspicuos patean las Cuencas casi
con el mismo frenesí con el que Pedro Sánchez, que siente la misma amenaza, va
de puerta en puerta a pedir el voto a los jubilados a los que Zapatero congeló
las pensiones.
Los socialistas asturianos no van
a Sama, La Felguera, Mieres, etc, a explicar como fue posible que José Angel Fernández
Villa, el secretario general del SOMA-UGT, se llevara el dinero crudo en
Mitsubishi al mismo tiempo que imponía presidentes, tampoco dicen nada a la
gente de en que se han gastado cifras astronómicas de dinero de los Fondos Mineros cuyo destino
debía ser la creación de un tejido industrial alternativo al cierre de la
minería del carbón. Fernández y los suyos han ido a las Cuencas Mineras a decir
que ellos son los únicos que quieren que sobreviva el muerto.
No hay peor cosa que vivir fuera
de la realidad, en el mundo de Yupi, y cualquiera que esté mínimamente
informado debe saber que la minería del carbón en Asturias no tiene ningún
futuro. Cuando el general Franco creó HUNOSA la iniciativa privada ya había
abandonado la mayor parte de las explotaciones de hulla. Aquella operación solo
estaba justificada por el aislamiento internacional de España, la dificultad
para comprar materias primas en el exterior y el temor del régimen a que se
pudiera reproducir en Asturias una situación revolucionaria como la de 1.934.
Francisco Franco sabía mucho de aquello, porque fue el encargado por el
Gobierno de la República de aplastar la revolución. La minería asturiana ha
estado viviendo de las subvenciones y del delito. Todos los asturianos saben,
por ejemplo, como en la Mina de la Camocha entraban por una puerta los camiones
cargados con carbón importado descargado en El Musel y salían por la otra como
si fuera carbón autóctono para cobrar las subvenciones. Pero, hay una larga
lista de actuaciones delictivas relacionadas con el carbón mientras el Gobierno
regional y la, hasta hace poco, leal oposición miraban hacia otra parte.
Bruselas puso como fecha de
caducidad el 2.018 a la minería no rentable, es decir, faltan, como quien dice,
cuatro días para el cierre definitivo de las minas asturianas, cuyas rampas
inclinadas, a gran profundidad, no pueden competir con el carbón australiano
obtenido a cielo abierto. Tampoco podrán sobrevivir mucho tiempo las cinco centrales
electrotérmicas que queman carbón en Asturias y que han logrado el hito de
convertir a esta región en la que tiene la atmósfera mas contaminada de España.
La Asamblea Nacional Popular China aprobó para el próximo plan quinquenal que se
cierren todas las minas de carbón y todas las centrales eléctricas que queman
hulla. Estamos hablando de uno de los países que mas reservas de carbón posee.
La era del carbón se ha
terminado. Las patrañas que nos contaron de que podría sobrevivir con la
creación de nuevas tecnologías, como el almacenamiento subterráneo de CO2, eran
eso, patrañas. Se equivocarían los asturianos de las Cuencas Mineras si
confiaran su futuro a los que los han traído hasta aquí, a los que los han engañado y
encima van a pedirles el voto. Son
otros los que defienden Asturias y les han dicho la verdad desde el principio.
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