Como si se tratara de dos Tyrannosaurus
Rex que regresan del final del Cretácico, Felipe González y José María Aznar
han entrado en la campaña electoral a por una presa, que no es otra que Unidos
Podemos. Su tiempo ha pasado, los dinosaurios ya no dominan la Tierra, pero hay
un par de ellos que se resisten a la extinción. También hay gente que no cree
en la evolución de las especies y en que hace 65 millones de años un gran
meteorito cayó en la Península de Yucatán (México) provocando una hecatombe
global y un invierno que duró mucho tiempo. Tuvieron que ser un padre y un hijo,
paleontólogos norteamericanos de una familia de científicos de origen asturiano,
“Los Álvarez”, los que demostraran que en los estratos de rocas de aquella
época remota, en cualquier parte de la Tierra, se encuentra una fina línea de
iridio, un mineral muy escaso en este planeta, que formó el polvo, al
asentarse, que levantó el impacto del meteorito exterminador. Los dinosaurios
desaparecieron, pero emergió una pléyade de pequeños animales que habían vivido
aterrorizados por aquellos monstruos y que solo se atrevían a salir de sus
madrigueras de noche, los mamíferos, que guardaban en su vientre y en su cabeza
sus crías y sus ideas bien calientes.
Felipe y Aznar, esos impresentables
a los que algunos califican de “grandes estadistas”, solo piensan en su modus
vivendi y en las próximas elecciones. Un gran estadista piensa en las próximas
generaciones. A nosotros, los españoles, no hace falta que ningún científico
nos cuente lo que sucedió en España en los últimos años, lo sabemos muy bien
porque lo hemos padecido en nuestras carnes. Y son precisamente los dos
dinosaurios terópodos que arrasaron el país y convirtieron nuestra democracia en una pantomima los que
vienen a darnos consejos. Vuelve el señor X de las GAL (sí, el de la cal viva
con la que querían enterrar al empresario secuestrado, Segundo Marey) el de “OTAN,
de entrada no”, pero sí, el de los bombardeos sobre Kósovo sin mandato del
Consejo de Seguridad de la ONU, el de los contratos basura y las políticas de
Boyer y Solchaga, el que ponía la mano en el fuego por Mariano Rubio (ahora
también dice que la pone por Cháves y Griñán) el de Roldan y el dinero de los
huérfanos de la Guardia Civil que se llevó Paesa por entregarlo, el que llamó
en el Congeso de los Diputados, que tome buena nota Pedro Sánchez, “tahúr del
Mississippi” al presidente Adolfo Suárez. También regresa el de la foto de las
Azores, el que llevó a nuestro país a una guerra en Irak porque “había armas de
destrucción masiva” el que mintió el 11M queriendo echar las culpas a ETA de
los atentados yihadistas cuando las Fuerzas de Seguridad del Estado le decían
lo contrario, el rey de la burbuja inmobiliaria y el que instauró las “mordidas”
y la financiación ilegal en el PP a cambio de contratos públicos y
recalificaciones. Regresan, en fin, como dos Tyrannosaurus Rex, los que
privatizaron las empresas públicas rentables, las que eran de todos, a cambio
de “puertas giratorias” (Aznar en ENDESA: 200.000 euros anuales, González en
Gas Natural: 126.000 euros anuales). Vienen al servicio de los poderes económicos
y fácticos para decirnos lo que nos conviene. Los que regresan del Cretácico, un tiempo pasado que seguimos amortizando hoy, no tienen los grandes
dientes de aquellos terribles carnívoros, pero tienen su misma mirada y su misma
cara, el espejo de su negra alma. Pero, la Tierra ya
pertenece a los mamíferos.
Un excelente artículo: Me he permitido colgarlo en la web que administro (Unidad Cívica por la República) indicando el autor y la fuente (Blog). Sale mañana, si hay algún inconveniente sería retirado. Saludos, félix Arana Roza, web UCR: http://www.unidadcivicaporlarepublica.es/
ResponderEliminarAutorizado y gracias.
ResponderEliminar