Como en los peores momentos de la
crisis del 2.008, el precio del petróleo está bajo mínimos, con cotizaciones
por debajo de los 35 dólares por barril. Varias son las razones que han llevado
a que la oferta de crudo sea muy superior a la demanda y, en consecuencia, el
precio haya caído hasta cotas inimaginables hace muy poco tiempo, cuando el que
firmaba suministros a largo plazo a cien dólares el barril pensaba que había
hecho un gran negocio. El estado de la economía mundial es muy delicado, sobre
todo por su excesivo apalancamiento, es decir, se ha fiado el crecimiento al
crédito, a la Deuda, y cuando esta alcanza magnitudes estratosféricas y surge
el miedo la inversión se contrae. La economía china ya no es la locomotora que
salvaba los trastos, y va a ser imposible que se cumplan las previsiones de
crecimiento que se establecieron en el último congreso del PCCh. Eso ya está
teniendo consecuencias de todo tipo en el mercado mundial. La crisis que
provocó el derrumbe del tinglado financiero-inmobiliario estuvo relacionada,
sobre todo, con el endeudamiento de los particulares, que, en un momento dado,
no pudieron pagar sus créditos hipotecarios, pero la crisis era mucho mas
profunda, era también una crisis de sobreproducción y de endeudamiento público,
y esa sigue ahí, en todo su apogeo. Por eso ni en pleno invierno sube la
demanda de crudo.
Algunos se frotaron las manos
cuando a raíz de la intervención rusa en Ucrania empezaron a caer los precios
del petróleo, era una forma mas de castigar a Putin y, de paso, a regímenes como el
venezolano y el de Irán, que, acabadas las sanciones internacionales, empezaba e
introducir crudo en los mercados abiertos. Pero, no eran los EE UU los que
tenían la batuta en la mano, los norteamericanos y sus aliados estaban bailando
al son que les tocaba Arabia Saudí, la mano que mece la cuna. En efecto, tras
varias reuniones de la OPEP para intentar llegar a un acuerdo que baje la
producción y haga subir los precios, Arabia Saudí los ha saboteado todos, no
solo se ha negado a bajar la producción, incluso la ha aumentado hasta producir
mas de 13 millones de barriles diarios, lo nunca visto.
¿Porqué Arabia Saudí está
actuando de esta forma? El reino feudal árabe era, desde hacía mucho tiempo, el
líder mundial en producción de petróleo, pero las ingentes inversiones
estatales rusas y las privadas norteamericanas para la extracción por el
procedimiento de fractura hidráulica (Fracking) habían logrado que estos países
se le acercaran peligrosamente, de hecho EE UU ya estaba produciendo 12
millones de barriles diarios, lo que permitía su autoabastecimiento, y Rusia 11
millones de barriles. Eso no solo ponía en riesgo las exportaciones saudíes,
sobre todo quitaba influencia política a un régimen impresentable que podría
llegar a tener serias dificultades de supervivencia.
Merced a las maniobras especulativas
de Arabia Saudí son muchos los que lo están pasando mal, también los inversores
privados y las compañías petrolíferas norteamericanas, que han hecho ingentes
inversiones en la extracción por fractura hidráulica, que no es rentable con
precios inferiores a los 75 dólares por barril. Los supuestos beneficios que el
ahorro de la factura energética tiene para algunos países, como España, no
compensan, ni de lejos, los efectos perniciosos de unos precios del crudo tan
bajos, que van desde la caída de las exportaciones a los países productores
hasta el peligro de quiebra explosiva por el fuerte apalancamiento financiero de
las petroleras.
Arabia Saudí es la principal
responsable de la preocupante situación geoestratégica que vive Oriente Medio y
también lo es del derrumbe de los precios del petróleo y de sus graves
consecuencias. Va siendo hora de que alguien la meta en cintura.
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