Mas de cien incendios están asolando Asturias, desde ayer sábado 19 de diciembre, la mayor parte en al zona occidental, fuegos que, a pesar
de las ligeras lluvias de esta noche y de que el viento ha amainado, siguen en
activo. Decenas de miles de hectáreas de monte están siendo completamente
arrasadas, miles de animales abrasados y muchos vecinos han tenido que ser
evacuados, algunos incluso han perdido sus hogares. Esta hecatombe solo se
puede calificar de acto terrorista, pues los fuegos han sido provocados, contra
el patrimonio de todos, contra la vida de las personas y los animales y contra
Asturias. Pido desde aquí la dimisión inmediata de la consejera de Infraestructuras,
Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Belén Fernández, por su
incompetencia en la prevención de que algo así podía ocurrir, por las inusuales
condiciones atmosféricas que padecemos desde hace meses, por mentir
reiteradamente a los asturianos sobre las causas de la contaminación en nuestra
región y por su apoyo tácito a los pirómanos, que son exactamente los mismos
que quieren eliminar los últimos lobos que nos quedan, asunto donde el Gobierno
del Principado colabora.
En los debates televisados que
hemos visto en la campaña electoral el grave problema medioambiental y la
necesidad de cambiar la Ley y el Código Penal para que los crímenes ecológicos
y medioambientales sean severamente castigados ha sido soslayado. Solo una
formación política, que a pesar de tener 11 diputados ha sido injustamente excluida,
ha hablado de ello en sus mítines. Ha sido esa misma formación política la que
estando en el Gobierno del Principado estableció protocolos de actuación y de
prevención para desastres medioambientales, como graves accidentes y fugas en
industrias peligrosas, como bien saben Bomberos de Asturias. Solo Francisco Javier
García Valledor se tomó el asunto de la prevención en serio.
Habrá tiempo para pedir todas las
cabezas de los irresponsables en bandeja de plata, incluidos los que no creen
en el cambio climático provocado por el hombre y los que creyendo no hacen nada
al respecto, y para exigir la búsqueda, detención y castigo ejemplar de los
criminales, pues de un crimen contra Asturias se trata. Hoy solo toca apoyar a
los directamente afectados, a las brigadas contra incendios y los bomberos que
trabajan in situ, a los soldados y oficiales de la Unidad Militar de
Emergencia y a los pilotos que, con sus helicópteros Kamov y sus hidroaviones Canadair,
se juegan la vida por lo que es de todos.
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