Crecen gravemente las tensiones
entre Grecia y Turquía, en teoría por el control de las aguas del Mediterráneo
Oriental, pero son tantos los condicionantes de este conflicto que vamos a intentar
analizarlos para saber de qué estamos hablando: Los conflictos entre los turcos
y los griegos, como todos sabemos, vienen de muy antiguo, pero no nos vamos a
remontar a la Batalla de las Termópilas, porque entonces no existían las
potencias mundiales que hoy están moviendo los hilos sin esconderse siquiera
tras las bambalinas. En efecto, quien piense que el colonialismo y el imperialismo
se han terminado, que ya son cosas del pasado, está en un tremendo error. Y
recordemos que el imperialismo y el colonialismo fueron la causa de la mayor
parte de las guerras que hemos visto en el siglo pasado y en algunos siglos
anteriores. El imperio Otomano desapareció, pero no han desaparecido otras
potencias imperiales, como Francia y Reino Unido, que siguen manteniendo
neocolonias en varias partes del mundo. No está de más volver la vista atrás,
hasta la Primera Guerra Mundial, y recordar que la mayor derrota aliada, en
particular británica, fue en la Batalla de Galípoli, en Los Dardanelos, donde casi
medio millón de británicos murieron a manos de los turcos, lo que provocó la
caída en desgracia de Winston Churchill, entonces primer lord del Almirantazgo
y patrocinador de la ocurrencia. Fueron los británicos, que no olvidan nunca, los
que promovieron la guerra entre Grecia y Turquía entre 1919 y 1922, ayudados
por Francia, compañera de correrías. Se trataba de arrebatar a Turquía amplios
e importantes territorios patrios, entre ellos la ciudad de Estambul (antigua
Constantinopla) y tomar el control de ambas orillas del Bósforo. Tuvieron la
mala suerte de toparse con Mustafá Kemal Atatürk, el general que salvó a
Turquía de perder su independencia y todavía hoy el indiscutible héroe
nacional. Los griegos y sus padrinos perdieron de forma estrepitosa aquella
guerra. Tampoco podemos olvidar que, tras la Primera Guerra mundial, los
británicos se apropiaron de Chipre, que pertenecía al Imperio Otomano. Un golpe
de estado contra el gobierno de Makarios, patrocinado por británicos y griegos
con el objetivo de anexionar Chipre a Grecia, provocó la “Operación Atila”, es
decir, la intervención militar de Turquía en el Norte de la isla, el 20 de
julio de 1974, para defender los intereses de la población turco chipriota y
evitar la anexión de la isla por parte de Grecia. El golpe de estado fallido
patrocinado por potencias extranjeras contra Erdogán, la situación en Libia,
donde Turquía apoya al Gobierno y Francia al mariscal rebelde, Halifa Hafter, y
todo lo que ha sucedido en Siria, donde Turquía dejó de servir los intereses
occidentales para ayudar a Rusia y a Damasco a aplastar a los hihadistas,
configuran las múltiples caras del poliedro que es este conflicto. Aunque
Grecia y Turquía son aliados de la OTAN, como Reino Unido y Francia, en
Occidente tienen ya muy claro que Erdogán se ha pasado al “lado oscuro” y
quieren acabar con él como sea. Pero ¡cuidado!
Turquía puede que tenga cubriéndole las espaldas a los primos de Zumosol ¿Habrá
acuerdos secretos entre Rusia y Turquía sobre Libia? ¿Será esa la razón de que Francia,
la misma que azuzó a la OTAN para intervenir en Libia, esté azuzando ahora el
conflicto greco-turco? Atentos.
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