Después de los altercados que
sucedieron en Cataluña, que todo el mundo vio por TV, el exilio de Juan Carlos,
que finalmente ha acabado como su abuelo, Alfonso XIII, es otro duro golpe para
el prestigio de España como nación, si es que le quedaba alguno. Pero, que no cierra, ni de lejos, el problema, pues se debe aclarar todo el
asunto y Felipe VI debe pedir a todas las fuerzas políticas que modifiquen la
Constitución para eliminar de ella la inviolabilidad del rey, ahora la suya.
La izquierda gobernante ha demostrado estar a la altura de las circunstancias, cerrando
filas con el jefe del Estado, pero buscando con él una salida a este escándalo,
mientras la derecha y la ultraderecha otra vez vuelven a quedar fuera de juego
después de haber apoyado al rey emérito incondicionalmente en esta trama de faldas
y de corrupción que comprende, no solo recibir comisiones, también no pagar los
impuestos que corresponden e implicar a los servicios secretos y a los que se
mueven en las cloacas en las correrías reales, con el dinero de todos los
españoles, por supuesto. Ya ha llegado la hora de hablar de todo lo que
sucedió, en verdad, en el golpe de Estado de 1981, porque hay mucha gente que
está muy equivocada al respecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario