viernes, 21 de agosto de 2020

LA VUELTA AL COLE

 

No habrá vuelta a la normalidad, ni siquiera vuelta a la “nueva normalidad”, ya nada va a ser normal, asumámoslo. A mí me desconciertan algunas opiniones de personas que dicen, sin cortarse un pelo, que no habrá un nuevo confinamiento de la población, que España no se lo podría permitir. Lo dicen como si encerrar a toda la población, como hicieron casi todos los países del mundo, fuera una opción; no fue una opción, fue una obligación, no hubo más remedio, porque los hospitales y las UCIs estaban a rebosar. Nadie quiere volver a un escenario como aquel y es cierto que España no se podría permitir económicamente, socialmente y políticamente volver a encerrar en sus casas a toda la población, pero, podría, esperemos que no, otra vez ser una obligación, salvo que lo que se prefiera es la opción de dejar morir a la gente, claro, esa sí sería una opción, una tremenda opción que espero que nadie, ningún “experto”, se esté planteando. La vuelta a los colegios es muy importante por razones que a ninguno se nos escapan: A pesar del esfuerzo que se ha hecho por la educación a distancia, nuestros niños han perdido medio curso. Tampoco se debe condenar a toda una generación a un lastre educativo y social, pues las actividades extraescolares también fueron suspendidas, un lastre para toda su vida. Los colegios se han convertido también en guarderías, pues muchos padres no podrían trabajar si los niños no están en el colegio (la conciliación, es cierto, es otro asunto pendiente). Pero, las aulas, es evidente, pueden ser un foco de contagio enorme si no se hacen las cosas bien. La mayoría de los niños son asintomáticos, así que medidas como la toma de temperatura (que, además, se pueden confundir con otras infecciones, como la gripe) no serían eficaces. Tampoco se me escapa que mantener la disciplina de la distancia y de las normas con niños pequeños no es nada fácil. Por todo eso es necesario un protocolo de actuación claro, que todo el mundo sepa cómo actuar y qué tiene que hacer antes las contingencias, test masivos periódicos, para profesores y alumnos, distancias de seguridad entre los pupitres, contratación de más profesores, etc. Sobre los educadores va a recaer ahora mucha responsabilidad, y tendrán que asumirla. Plantearse huelgas, como se está haciendo en Madrid, es muy poco responsable y muy poco ético en esta coyuntura, pero, los profesores necesitarán instrumentos para poder desarrollar su trabajo en el entorno de una nueva era, que no normalidad, y hay que proporcionárselos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario