Siempre hay septiembre, señor
Rufián, lo sabe todo el mundo, lo sabían los niños de “Verano azul”, lo sabían
todos los compositores que han dedicado canciones a este mes, más que a ningún
otro, y lo sabían los estudiantes que no habían aprobado en junio. Algunos
conspicuos y líderes de la oposición han criticado que el presidente del
Gobierno haya estado unos días de vacaciones, lo han criticado desde la playa.
Sin embargo, unos días de retiro vienen muy bien para reflexionar y para
preparar tu estrategia ¿O no se retiró Jesucristo al desierto 40 días y
cuarenta noches precisamente para eso? Pues bien, el martes 25 de agosto, tras
el consejo de ministros, el presidente Sánchez sorprendió a todo el mundo con
su declaración: “Habrá cogobernanza, nada de mando único, si alguna autonomía
quiere el Estado de Alarma que lo pida, contará con los votos de los diputados
de las formaciones políticas del Gobierno”. Cayó la bomba. Si la oposición
pensaba, en la segunda ola, hacer la misma grosera utilización política de la
pandemia y subirse otra vez al caballo de los muertos para criticar a Sánchez,
para desestabilizar al Gobierno o incluso para proponer un golpe de estado,
como vimos en la primera ola, que pierdan toda esperanza. El presidente Sánchez
ya no va a ser su muñeco del pim, pam, pum. Tras la comparecencia de Sánchez
los que han quedado fuera de juego también han quedado con el culo al aire ¿Se
acuerda usted de los que decían que el estado de Alarma era un instrumento
dictatorial para convertir a España en un Estado Bolivariano? ¿Se acuerda usted
cuando Casado decía que había leyes y normas con las que se podían limitar
derechos y libertades fundamentales sin el Estado de Alarma? ¿Se acuerda usted
de los que decían que el Gobierno de España quería quitarles sus competencias y
eliminar su autonomía? Pues los que decían todo eso, ahora, como por encanto,
dicen exactamente todo lo contrario. Ahora la ultraderecha, la que llamaba “asesino”
y “enterrador” a Sánchez, lo llama “cobarde”, ahora Casado dice que “modificando”
leyes y normas se podría bordear el Estado de Alarma y ahora Qim Torra está
aterrorizado por si tiene que llamar al Ejército. Si no fuera por el drama en
que estamos inmensos, todo va a ser muy divertido. Algunos presidentes, y presidentas,
de las CC AA y, en general, los que criticaron todo, repito, todo, lo que hacía
o no hacía el Gobierno Central se van a cocer ahora en su propia salsa. Vamos a
ver lo bien que gestionan ellos y ellas con todas las competencias de Sanidad y
Educación a su cargo, lo que decían que querían. Llama poderosamente la
atención que ante el ofrecimiento del presidente Sánchez de 2.000 militares
para hacer labores de rastreadores cuando escribo estas líneas ninguna comunidad
autónoma ha pedido ninguno. Están sobraos, lo han hecho maravillosamente bien y
todos quieren sacar pecho ¿hasta cuándo les durará la alegría? Atentos.
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