Pedro Sánchez introdujo en su
discurso del miércoles 6 de marzo en el Congreso de los Diputados algo que la gente bien informada ya sabía: que el Gobierno de España va
a dar ayudas económicas, léase salarios sociales, entre otras, a los cientos de
miles de prostitutas indocumentadas que hay en nuestro país, aunque las
palabras que usó no fueran exactamente éstas. Lo que no nos explicó el
presidente es si estas ayudas económicas son para sacar a esas mujeres de la prostitución
(que creo que no) y cómo piensa el Ejecutivo controlar que los proxenetas y las
mafias de la trata no les arrebaten a las meretrices ese dinero, como les
arrebataban el dinero que ganaban en su comercio carnal. Me llamó poderosamente
la atención que ningún grupo parlamentario, ni siquiera la más hostil
oposición, interpelaran al presidente Sánchez sobre este asunto, yo no sé si
porque llevaban sus discursos escritos, si porque no tienen capacidad de reacción
o porque están a favor de la prostitución y de las ayudas a las putas, o todo ello
junto.
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