La uve es la letra más manida del
abecedario, ahora casi ya no se habla de ninguna otra. Winston Churchill, el
que fuera primer ministro británico, se adueñó de ella para arengar y dar moral
a sus tropas, hasta hubo una famosa serie de televisión con ese nombre, en la
que una guapa, aunque mala y, en verdad, reptiliana, alienígena, Diana (hay que
pronunciar el nombre en inglés) se comía ratones vivos. Pero, con la llegada
de la crisis económica asociada al coronavirus, ahora tenemos a la uve hasta en
la sopa y resulta que la vigesimotercera letra del abecedario la hay de todas
las formas, la última que hemos conocido es la que han vaticinada las ministras
de Hacienda y de Economía, Maria Jesús Montero y Nadia Calviño, para el futuro
económico de España, una “uve asimétrica”. Si hacer previsiones económicas
siempre ha sido un ejercicio de futurología, hacer previsiones económicas cuando
todavía no sabemos cómo va a evolucionar la pandemia o si remitirá, pero
volverá en otoño, se acerca más a la videncia. Pero, Bruselas necesita conocer
el esbozo de los Presupuestos de los Estados para el año que viene, aunque sean
de economía-ficción, para poder decir a la directora del BCE, Cristine Lagarde,
la cantidad de papel moneda de mentira que va a tener que imprimir para que el
tinglado no se venga abajo. Mientras estas cosas suceden y mucha gente tiene el
dilema de echar la culpa al coronavirus o a Pedro Sánchez de sus desdichas, he
visto una foto tremenda en la prensa digital internacional: una cola enorme de
gente en Barcelona, pero no en las oficinas de empleo, sino en un local de
Cáritas. El perfil de las personas que hacen cola para recibir alimentos es
inequívoco, los extranjeros son mayoría. Lo mismo está pasando en otros locales
que utiliza Cáritas en Madrid y en otras ciudades de España. El Gobierno está
muy preocupado porque hay cientos de miles de extranjeros indocumentados, quizá
millones, que se han quedado sin las actividades que realizaban en la economía
sumergida (no voy a entrar en los detalles) y que servían para complementar sus
salarios sociales (ahora el Gobierno se va a tener que preocupar más de los españoles, que son los que votan) Porque, lo que se ha llamado una renta básica o un salario
social básico, en realidad ya existía, de hecho las CC AA ya destinaban una
buena parte de sus Presupuestos a este apartado y hay algunos grupos
poblacionales completos, como los extranjeros indocumentados, los gitanos, etc,
que ya disfrutaban de ellos. Salvo en los casos de fraude, como unidades
familiares que no figuran como tales en ninguna parte y que cobran un salario
social cada miembro, es evidente que con salarios sociales de menos de 500
euros, aunque también tengas otras ayudas (alquiler, electricidad, muebles,
etc) es difícil vivir en una ciudad como Madrid o Barcelona sin otros ingresos.
Es decir, si alguien piensa que el
coronavirus es el culpable de la crisis económica que vamos a padecer se
equivoca completamente, el Covid 19 lo único que ha hecho ha sido concentrar en
el tiempo las consecuencias de las políticas erróneas que se han estado
realizando en Occidente en las últimas décadas, sea hinchar imprudentemente la
burbuja de la Deuda, sean unas políticas de inmigración muy imprudentes, sea una total ausencia de planificación económica. En los EE UU
en unas pocas semanas se han apuntado al paro casi 30 millones de personas,
pero unos 12 millones de indocumentados se han quedado en la calle y aquello no
es Europa, se han quedado en la calle sin seguro médico y sin salarios sociales
de ningún tipo. Así que yo soy bastante pesimista, es decir, un optimista bien
informado, sobre cómo va a ser la uve esa de la que nos hablan, porque no
parece que nadie piense corregir los errores del pasado, al contrario, piensan
empecinarse en ellos. Más bien creo que puede ser una “uvedoble asimétrica”,
donde el último trazo sea hacia abajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario