Mucha gente ya empieza a estar
más preocupada por la crisis económica asociada a la crisis sanitaria del
coronavirus que por el peligro que representa el bicho para su salud; es algo
entendible, porque hay sectores productivos enteros cuya actividad se ha
paralizado por completo y las ayudas de los Estados no van a ser suficientes
para mitigar el impacto que va a provocar en la microeconomía, en la vida de
las personas, la falta de ingresos cuando al mismo tiempo hay que sostener
gastos, algunos básicos, como la alimentación y la vivienda. A mí lo que más me
llama la atención es la prisa que los ciudadanos, que los Gobiernos, que la
sociedad entera, tienen por volver a la situación anterior ¿De verdad pensamos
que la crisis económica que vamos a padecer está solamente asociada al
coronavirus o ya teníamos indicios, ya teníamos algunos datos, que apuntaban a
una grave crisis económica y el coronavirus solo ha sido el detonante, solo la
ha acelerado, solo ha comprimido en el tiempo lo que se nos avecinaba? Yo creo
que, aunque no hubiera aparecido esta pandemia, el mundo estaba abocado igualmente
a una grave crisis, no solo económica. Cinco son, a mi entender, las causas
principales de una crisis de causas poliédricas que era inevitable: la
sobreproducción industrial, el endeudamiento excesivo de los Estados, el
despilfarro de materias primas, el acoso inmisericorde al medio ambiente y la
ausencia total de planificación económica estatal. Quien piense que la solución
a la crisis económica asociada a la crisis sanitaria del coronavirus es volver
a lo que teníamos antes, a la situación anterior, se va a equivocar.
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