
D. Juan Carlos, eso sí, nos ha dicho
que piensa seguir ejerciendo su cargo, a pesar de las evidentes dificultades
físicas y de que el mismo nos ha recordado en varias ocasiones que el Príncipe Felipe
es el heredero mejor preparado que hemos tenido nunca. Los ejemplos de Holanda
y Bélgica, donde sus reyes se han retirado cuando el dictado de la Naturaleza
lo aconsejaba, no parecen ser aplicables aquí. El empecinamiento en no abdicar
tendría una explicación si el Rey estuviera decidido a llevar la batuta ante
previsibles acontecimientos que lo aconsejaran, como ocurrió en el 23 F, pero
mucho me temo que pudieran ser los asuntos judiciales del Caso Nóos, que todavía
no se sabe hasta donde pueden salpicar y a los que la Casa Real apremia su
cierre, la verdadera razón de no plantearse una jubilación que llevaría aparejada
la perdida de una inmunidad jurídica de la que solo el Rey goza.
D. Juan Carlos se ha dirigido a
la cúpula militar haciendo un llamamiento a optimizar los escasos recursos que
dan los Presupuestos a los Ejércitos en esta época de crisis. Pero, los
recortes de los últimos años han sido tan grandes y el Plan Estratégico tan
desastroso que hace ya bastante tiempo que nuestras FF AA han perdido la capacidad
de cumplir con el mandato constitucional.
Mientras se desmantela una parte importantísima
de la Armada (portaaviones "Príncipe de Asturias" y todo el Grupo Alfa) fundamental para mantener nuestra
presencia en el eje Estrecho-Canarias, nuestra modesta flota submarina está casi
inactiva desde el grave accidente del S-74 “Tramontana” y no se sabe cuando van a entrar en servicio los nuevos S-80, se suspende temporalmente
la compra de mas cazabombarderos Eurofighter “Typhoon”, de aviones de patrulla marítima
C-295 “Persuader”, del vehículo para transporte de infantería 8x8, de los
obligados aviones y helicópteros para la dotación del buque de proyección
estratégica “Juan Carlos I”, mientras, en fin, nuestras fragatas se dedican a
escoltar a los grandes portaviones norteamericanos y a proteger los intereses
privados en el Cuerno de África y ni siquiera España tiene un fusil de
fabricación propia, cuando fue pionera en el desarrollo del CETME, uno de los
mejores fusiles de asalto de su tiempo, se nos dice que tendremos unas FF AA,
realmente operativas, con solo 10.000 personas. La falta de preocupación social
y gubernamental por el calamitoso estado
en que se encuentran nuestros ejércitos y las nefastas e irresponsables políticas
desarrolladas en los últimos 25 años, como la eliminación del servicio militar
obligatorio, pasarán factura, porque los enemigos de España acechan.
Llama la atención que, ante lo
que está ocurriendo, no haya manifestaciones de disgusto de la cúpula militar,
seguramente porque tiene una especie de complejo, por razones históricas evidentes,
de que sus palabras puedan ser interpretadas como una intromisión en las
decisiones políticas. Sin embargo, hay ocasiones excepcionales donde el deber
y, sobre todo, el compromiso inequívocamente democrático y de servicio con los
españoles obligan a estar a la altura de las circunstancias.
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