lunes, 1 de marzo de 2021

DE LA LEGIÓN A LA FUERZA ESPACIAL

 


En este encantador país que es España casi todo el mundo se toma a pitorreo la Ley y la Constitución, empezando por el rey emérito y acabando por quién usted quiera. Parece que en la próxima Semana Santa no va a haber ni procesiones ni otros eventos a los que ya nos tienen acostumbrados (ya veremos, porque el próximo 8M podría animar mucho) entre ellos volver a ver a los soldados de la legión escoltando vírgenes y portando cristos, como si los españoles pagáramos los impuestos destinados a las FF AA para eso ¿en qué parte del Artículo 8, párrafo 1, de la Constitución dice que las FF AA tengan que hacer ese tipo de cosas? La Legión, va siendo hora de que alguien se atreva a decirlo, es un cuerpo militar con génesis colonialista y con una historia muy apegada al fascismo, solo hace falta saber quién era y las cosas que decía Millán Astray y dónde hizo Franco su carrera militar, pero, lo verdaderamente importante es que, aunque se han hecho tímidos esfuerzos, la Legión no se ha convertido en una fuerza de intervención rápida, sino más bien, como una buena parte de las FF AA españolas, en una fuerza colaboradora de misiones imperiales, salvo, eso sí, ahí todo mi reconocimiento, misiones como la de Líbano, bajo la bandera de la ONU. Así que bien haría la ministra de Defensa, Margarita Robles, a la que tanto le gusta meter las narices en otros ministerios, en barrer su casa, reconvirtiendo a la Legión en otra cosa, empezando por el nombre y siguiendo por sus misiones y por dotarla del personal y material adecuado y suficiente, para cumplir con el mandato constitucional. Al tiempo que nuestras FF AA están en un estado lamentable, se dedican a cosas pintorescas y que no parece que una ministra, que no tiene ni idea de estos asuntos, vaya a hacer nada al respecto, en otros países van muy por delante nuestro: El 20 de diciembre de 2019 el entonces presidente de los EE UU, Donald Trump, anunció la creación de la Fuerza Espacial, algo que para muchos pasó desapercibido y que la gente poco informada de estos asuntos asoció con lo que vio en la saga cinematográfica de la “Guerra de las galaxias”. La verdad es que los EE UU hacía mucho tiempo que venían desarrollando operaciones militares en el Espacio, o en la Tierra, pero relacionadas con el Espacio, y ni de lejos eran los únicos. Aunque su actividad primigenia ya se remonta a los años 50 del siglo pasado, Rusia ya había creado el 1 de junio de 2001 sus Fuerzas Espaciales, que el 3-8 de 2015 pasaron a integrarse, como una tercera sub-rama, en la Fuerza Aeroespacial Rusa. China, por supuesto, también tiene la suya. Pero, también la tienen otros países que no son grandes potencias y que lo son de menor rango: Japón creó una Fuerza Espacial “minimalista” para proteger sus satélites en octubre de 2020 y en julio de 2019 el presidente Macron anunció la creación de “un gran comando del espacio” integrado en el Ejército del Aire. Podríamos seguir, con Reino Unido, Israel, etc. Pues bien, España solo posee una unidad muy modesta dedicada a vigilar las amenazas que provienen del Espacio, que son más y distintas de las que piensa la generalidad de los mortales. El Centro de Operaciones de Vigilancia Espacial (COVE), que es como se llama la unidad de nueva creación, ejerce el control operativo del primer radar español de vigilancia del Espacio (S3TSR) en Morón de la frontera (Servilla), pero, ni de lejos España posee una fuerza espacial capaz de hacerse cargo de las misiones que unas FF AA modernas necesitan. Recuerde usted que en la Base de Morón tienen desplegado los americanos un potente cañón láser capaz de abatir hasta satélites en órbitas bajas, y digo bien, los americanos, no España. En los conflictos actuales y futuros la tecnología decide y decidirá el desenlace, misiles, robots y sistemas de detección por amplio barrido visual que detectarán aviones “indetectables”, se operarán desde el Espacio. Los buques y submarinos de nuestra Armada no disponen de misiles de crucero, pero, si los tuvieran, tendrían que pedir a otros permiso para guiarlos con sus satélites o que suministraran el software necesario para otro tipo de guiado. Prefiero no entrar en más detalles. Así que podemos seguir paseando cristos, como novios de la muerte, o enterarnos de que ya estamos en el siglo XXI ¿Vale, señora ministra?

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