AYUSO SE SUBLIMA

 

En esto de la política, como sucede en el fútbol, hay mucho hooligan, ese anglicismo que se utiliza para calificar a los que van más allá de ser forofos. Así que es una tontería perder el tiempo intentando convencer a uno del Madrid que fue penalti el patadón que le dio en el área su defensa al delantero del Barça, o viceversa. Afortunadamente, en las opiniones políticas, como en el fútbol, todavía hay personas que no se han convertido en unos fanáticos y que, dentro de su subjetividad (no hay opiniones objetivas) son capaces de razonar. Cuando escribo estas líneas aún no se sabe cuál va a ser la decisión del Tribunal Supremo de Justicia de Madrid, pero yo creo que va a dar por válida la convocatoria de elecciones, aunque no se hubiera publicado, y no las mociones de censura presentadas por el PSOE y por Más Madrid. A mí no me cae bien la presidenta madrileña porque sea del PP, sino porque me repele la gente a la que le gusta tanto el protagonismo y que hablen de ella que son capaces de cualquier cosa para satisfacer su ego. Es con este tipo de personas donde la descalificación personal está justificada, porque su persona es la parte central de su política. Si Dña Isabel ya había dado sobradas muestras de su talante personal para todo el que quisiera verlo, con la convocatoria de elecciones en la Comunidad Autónoma de Madrid se ha sublimado. Convocar elecciones es una prerrogativa de la presidenta, es algo impecablemente democrático, así que nada que objetar al respecto, si acaso apuntar que, con la que está cayendo, llamar a los madrileños a votar no es lo más aconsejable. Naturalmente, eso lo podemos decir los mismos que lo dijimos para las elecciones catalanas. Pero ¡ojo! igual de democrático es convocar elecciones que presentar una moción de censura y ni en la Comunidad Autónoma de Madrid ni en la de Murcia ganó el PP las elecciones. Como todo el mundo sabe, Ayuso gobernaba con el apoyo de Ciudadanos, que también estaba en el ejecutivo regional, y con el apoyo de Vox en la Asamblea de Madrid. Esto viene a cuento de que todavía algunos siguen repitiendo que el gobierno de Sánchez, aunque ni siquiera es ya el que salió de una moción de censura contra Rajoy, es un gobierno ilegítimo y viene a cuento de que el líder de Vox no ha perdido ni un minuto en ir a Murcia a denunciar la moción de censura y a pedir que la gente salga a la calle para evitar que ésta salga adelante. En fin, ni puedes pedir peras al olmo ni a los fascistas que sean demócratas. Pues bien, Ayuso se ha cargado a sus aliados de Ciudadanos, que ni de coña pensaban presentar ni apoyar ninguna moción de censura en la Asamblea de Madrid, y digo que se los ha cargado no porque haya cesado de forma fulminante a los consejeros del partido de Inés Arrimadas, que también, sobre todo porque si no obtiene mayoría absoluta, y en Madrid es muy difícil obtener mayoría absoluta, se tendrá que meter en la misma cama con Vox y gobernar con la ultraderecha. La verdad es que la presidenta madrileña no está ideológicamente nada lejos de Vox, pero gobernar con la ultraderecha en esa comunidad autónoma es exactamente lo contrario de la estrategia centrista de Casado y la dirección del PP. El líder popular no aprendió con lo que le pasó con Cayetana y tiene a otra enemiga en casa. Tampoco aprendió Casado de los opas hostiles de Vox. Por supuesto que convocar elecciones en plena pandemia y gastar 20 millones de euros en unas elecciones a las que tienes que volver a acudir dentro de dos años requiere justificación, por eso Miguel Ángel Rodríguez, el asesor de Ayuso, muy próximo a Aznar, le preparó un discurso chusco que no convenció a nadie, o, mejor, dicho, solo a los incondicionales. Los argumentos esgrimidos por Ayuso de que las elecciones son una forma de impedir una moción de censura como la de Murcia y que Madrid “cayera en manos del socialismo”, son una patraña, porque para Ciudadanos el asunto de Murcia era un asunto puntual y no había ningún acuerdo con Ábalos ni ninguna estrategia global para hacer eso mismo en otras CC AA, de hecho Ciudadanos ya ha anunciado que no apoyará ninguna moción de censura contra el PP ni en Andalucía ni en Castilla-León, donde también gobiernan juntos. Ayuso miente, miente cada vez que habla, pero, lo peor es que, aunque ella dice poner el interés de los madrileños por delante, miente por interés personal. La pregunta ahora no es si los hooligans la votarán, sino si Ayuso tendrá suficientes hooligans.