lunes, 29 de abril de 2019

VICTORIA INAPELABLE DEL PSOE


Lo que le ha pasado a Pedro Sánchez y al PSOE en los últimos años es una historia épica. Un personaje, al que los propios barones socialistas y los poderes fácticos capitaneados por el hasta hacía poco intocable Felipe González dan un golpe y lo apean de la secretaría general, regresa gracias a la responsabilidad de la militancia, gana una moción de censura con solo 84 diputados y el PSOE vuelve a ser, con diferencia, el partido más votado de España. Lo nunca visto. Pues bien, son precisamente los medios donde le decían de todo a Sánchez, desde okupa a enemigo de España, con el único pensamiento de barrerlo del mapa y enviarlo a él y a su partido a las catacumbas de la Historia, son esas derechas que en esta campaña electoral se han quitado la careta y nos han enseñado su verdadera cara, los/las que apelan ahora a su sentido de Estado para que pacte con Ciudadanos. Pablo Iglesias ya había advertido que eso pasaría, pero ahora Sánchez, desde que Iglesias le dijo “Pedro, no te fíes del de la cal viva” hace caso de los consejos de Iglesias. Ayer los gritos de la militancia socialista en la celebración de la victoria electoral en la sede central del PSOE en la calle Ferraz eran inequívocos: “con Rivera, no”, “si se puede”, “no pasarán” y “presidente, presidente”. El PSOE no solo ha ganado las elecciones en España, recupera la hegemonía en muchas importantes ciudades y en la mayoría de comunidades autónomas y estamos a menos de un mes de las elecciones municipales, autonómicas y europeas. Al contrario que otros partidos socialdemócratas europeos, el PSOE ha seguido la vía portuguesa y ha acertado. Todos los partidos socialistas europeos han desaparecido o se han reducido a la mínima expresión menos en la Península Ibérica ¿hay alguien ahora, en su sano juicio, que se atreva a discutir que se ha seguido el camino adecuado?
Ciudadanos, el partido de Albert Rivera, ha conseguido un magnífico resultado, con casi un 80 % más de escaños, pero durante la campaña electoral e incluso antes, cuando se metieron en la misma cama de Vox para gobernar en Andalucía, quemó sus naves, ahora no podrá estar en el Gobierno de España con los socialistas por mucho que lloren como plañideras los poderes fácticos ¿Cómo va a pactar el PSOE con Ciudadanos después de escuchar las cosas que le dijo Rivera a la cara a Sánchez en los dos debates televisados y después del ménage á trois con el PP y con Vox?
A pesar del buen papel de Pablo Iglesias en los dos debates televisados eso no ha sido suficiente para evitar una fuerte derrota de Unidos Podemos. Era una debacle anunciada. No se hizo un análisis adecuado de lo que había sucedido en las elecciones catalanas y andaluzas y como no se rectificó en algunas de sus tradicionales bobadas algunos ya les dijimos que esto mismo les pasaría en las generales. Ahora, con una participación muy alta, ni siquiera sirve la coartada de echar la culpa a los electores por quedarse en casa. Eso sí, si Podemos e IU hubieran acudido a las elecciones generales por separado, como querían algunos, el resultado hubiera sido muchísimo peor. La división penaliza mucho, como UP han podido ver en Galicia y en Valencia. Por cierto ¿qué han obtenido Llamazares y Actúa? Pero, a pesar de todo, Unidos Podemos van a ser decisivos para gobernar y el clima de responsable entendimiento con los socialistas desde la moción de censura contra Rajoy dará ahora sus frutos, incluso con algún ministro.
La derrota del PP es tremenda, la mayor de su historia, el partido de Casado ha perdido más diputados de los que ha obtenido. Me recuerda mucho a la desintegración de la UCD. Las purgas internas a los que apoyaron a Soraya, la derechización bajo la batuta de Aznar y echarse en brazos de la ultraderecha han sido su perdición. También se lo habíamos advertido, pero, cuando alguien está empeñado en suicidarse, no puedes hacer nada. Rivera y Vox se los comerán si no echan a Casado y rectifican de inmediato.
La ultraderecha entra con fuerza en el Congreso de los Diputados pero obtiene muchos menos escaños de los que tenían como expectativa. Ahora no se podrán esconder en las plazas de toros y tendrán que enseñar el trasero con una política económica ultraliberal y sin ninguna política exterior.
ERC aplasta al partido de Puigdemont y Junqueras se convierte en el líder de los independentistas. Su éxito se debe fundamentalmente a que los republicanos todavía creen en una salida cabal para Cataluña en el seno del Estado y a que no se han tirado del todo al monte. De su responsabilidad dependerán muchas cosas, incluido el futuro político y personal de Junqueras.

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