martes, 16 de enero de 2018

EL PAPA FRANCISCO Y EL HOLOCAUSTO NUCLEAR

Yo, lo confieso, no soy creyente, soy un ateo empedernido, y tengo suerte de no vivir en la Europa de la Inquisición ni en Arabia Saudí para poder decirlo, pero, ni hago apología de ello, permítame usted hoy la excepción, ni por ello dejo de respetar y hasta comprender a los que creen en Dios, con cualquiera de los nombres que le dan según la religión. Pero, que piense que el Universo, el Espacio y el Tiempo no han necesitado un hacedor, un creador, para existir y que no crea en Dios no quiere, para nada, decir que no crea en el mensaje del Evangelio y en lo que el cristianismo significa, más para bien que para mal, en nuestra cultura. Por eso, entre otras cosas, celebro la Nochebuena sin caer en ninguna contradicción.
A mí el Papa Francisco me cae bien, y no porque yo haya estudiado con jesuitas y sepa que son lo más progresista de la Iglesia, me cae bien por cosas tan aparentemente banales como que tiene cara de buena persona, no como los inmediatamente anteriores, beatificados o no. Pero, sobre todo me gusta Francisco desde que vi una fotografía suya, vestido con un jersey roído, repartiendo platos de comida en Buenos Aires a la gente cuando en Argentina, su país natal, mas azotaba la crisis e ibas por la tarde a tomar un café y había subido 10.000 pesos desde el que tomaste por la mañana. Hiperinflación, dicen que llaman a eso. Francisco no me defraudó y una vez que hubo fumata blanca y lo nombraron Papa lo primero que hizo fue pedir perdón, pero con mueca de sincero, por todas las fechorías de la Iglesia, en particular por los múltiples casos de pederastia, y obrar en consecuencia, incluso enviando cartas manuscritas suyas a algunos de los afectados. Pero, si este Papa es sin duda el más valiente y justo que yo recuerdo, algunas decisiones y manifestaciones suyas recientes no hacen más que confirmarlo. Una de ellas ha sido que el Vaticano  ha reconocido a Palestina como Estado y que ha dejado muy clara su postura sobre el estatus jurídico, político y confesional de Jerusalen, exactamente con el mismo criterio que todos los organismos de la ONU. Pero, donde Francisco está dando ahora la batalla es denunciando el peligro que suponen los arsenales nucleares y sus sistemas de control cada vez más robotizados, hasta el punto que entes de inteligencia artificial podrían seguir disparando misiles nucleares aun cuando los centros de mando y control y los Gobiernos hubieran sido aniquilados. El desarrollo y despliegue de misiles nucleares hipersónicos supone un peligro añadido, pues el tiempo para analizar un posible error se reduce dramáticamente. El Vaticano, con muchísimos menos medios técnicos que las grandes potencias, está, sin embargo, muy bien informado y cuando el Papa Francisco dice que tiene mucho miedo porque cada vez es más posible un holocausto nuclear sabe perfectamente de lo que habla. En menos de quince días Francisco ha hablado varias veces de este asunto pidiendo, sin ambages, el desarme nuclear a los países que cuentan con estos arsenales. La última vez que lo ha hecho ha sido en el vuelo que le llevaba a Iberoamérica para visitar varios países donde, injustamente, preparaban manifestaciones contra su visita ¡Pero, si hasta Raúl Castro que, como su hermano Fidel, también había estudiado con los jesuitas, manifestó después de entrevistarse con Francisco que iba a tener que volver a misa!


No hay comentarios:

Publicar un comentario