
Por encima de credos y regímenes
políticos, España siempre ha tenido buenas relaciones con las repúblicas
hermanas de América y yo aconsejaría a la derecha española, tan desnortada o
más que la izquierda, que rebusque en las hemerotecas, encontrará periódicos
sepia, no porque sean de información económica sino por el paso del tiempo, que
harán que muchos vean la luz.
Descubrirán, por ejemplo, la tragedia del “Sierra Aránzazu”, un mercante
español de casi 3.000 toneladas que, en su cuarto viaje a Cuba burlando el
bloqueo estadounidense, fue atacado, en septiembre de 1.964, y en cuya agresión perdieron la
vida su capitán, su segundo oficial y el tercer maquinista, cuando en España gobernaba
el general Franco, que no era precisamente comunista. Más reciente tenemos la
Guerra de las Malvinas y también conviene recordar que el Gobierno de la UCD,
que presidía D. Leopoldo Calvo-Sotelo, se alineó con las tesis argentinas en el
Consejo de Seguridad de la ONU. Pero, hay otro episodio, que muy poca gente
conoce, que demuestra hasta qué punto España y los españoles apoyamos a
Argentina en aquel conflicto, a pesar de que sabíamos perfectamente que la
dictadura criminal que presidía el general Galtieri había torturado detenidos
políticos en la Escuela de Mecánica de la Armada que eran arrojados de noche, en
aviones Hércules C-130, vivos al océano en los tristemente conocidos como “vuelos de
la muerte” y que robaba los bebés a las víctimas. Desde España se hizo todo lo
posible, doy fe, para salvar al portaaviones argentino ARA “25 DE MAYO”, no
tanto porque era el buque insignia de la Armada Argentina, que también, como
por lo que significa el 25 de mayo para los argentinos. Sabíamos que era una
guerra imposible de ganar, pero no podía ser una humillación total para
Argentina.
Es decir, las relaciones
fraternales con las repúblicas de Iberoamérica y con aquellos pueblos hermanos
trascienden a regímenes políticos y a cualquier otra circunstancia y se equivocan
mucho los que ponen por delante de los intereses de España sus mezquinos
intereses.
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