Mientras Asturias mantiene como
slogan “Paraíso natural”, no solo es la comunidad autónoma de España con
el aire mas contaminado, también, merced a las fechorías de los políticos y las
Administraciones, tiene un grave problema con los vertidos de residuos
industriales a los cauces de sus ríos y rías y de aguas fecales que van a parar
directamente al mar sin tratamiento alguno. Especialmente indignante es lo que está
sucediendo en Gijón. Si la villa de Jovellanos ya sufría desde hace años una
contaminación atmosférica brutal en su zona Oeste, donde una cementera, la de
Tudela Veguin-Aboño, que quema neumáticos (como en Seseña, pero con
autorización), una central electrotérmica de carbón, HC Aboño, que vierte aguas
ponzoñosas e hirvientes al rio, ha tenido escapes de fuel con un fuerte impacto
ambiental y no hace ningún esfuerzo por utilizar los filtros adecuados, o una
siderurgia, Arcelor, que no cumple con la normativa medioambiental de la EU,
ahora se ha añadido la paralización judicial, por el Tribunal Supremo, de la
depuradora de la zona Este, con la consecuencia inmediata de que las aguas del
alcantarillado van directamente al mar contaminando una gran parte de la costa
y poniendo en serio peligro la vida marina y la salud de las personas. Pero, cosas
parecidas ocurren en Avilés, Navia y Villaviciosa, por ejemplo, desde hace
años.
No solo en este “Paraíso natural”
hay un gran problema medioambiental por una actividad industrial que se pasa
por la entrepierna el cuidado del entorno y la legislación vigente, últimamente
ha surgido con fuerza un grupo de presión, que se llaman a sí mismos ganaderos,
pero que suelen tener también otras actividades y otros ingresos, que atenta contra nuestros bosques y nuestra fauna, incluso poniendo en peligro también la
vida de las personas. Todos hemos visto los gigantescos incendios de diciembre
pasado y a quién acusó directamente el grupo de investigación de la Guardia
Civil que se desplazó a Asturias, ex profeso, para averiguar quienes habían
sido los responsables. Esas gentes sin escrúpulos, que nada tienen que ver con
los verdaderos ganaderos profesionales que sufren, por ejemplo, los ridículos
precios de la leche en origen y que aman a Asturias como el que mas, no se
detienen ante nada. Simulan ataques de lobos al ganado muerto por otras causas
para cobrar indemnizaciones, utilizan terrenos públicos y parques naturales como
su fueran de su exclusiva propiedad y dejan el ganado abandonado en el monte, a
veces durante semanas, sin vigilancia alguna. Estos individuos no solo se han
organizado para defender sus intereses, que chocan frontalmente con los de la
mayoría, a las quemas ilegales han añadido una nueva actividad delictiva, la
masacre de los últimos lobos que sobreviven a duras penas en Asturias y que si
hace un siglo se contaban por miles ahora no pasan de 150. No contentos con sus
crímenes, exhiben los pobres animales muertos o sus restos a la entrada de los
pueblos donde, como en un nuevo OK Corral, proliferan los bandidos.
Esta situación, naturalmente,
tiene unos responsables políticos, los que llevan gobernando esta región desde
hace mas de 30 años y han consentido todas estas cosas. Pero, una buena parte
de la oposición también participa y es cómplice de los atentados ecológicos en
Asturias.
La FSA-PSOE y la consejera de
Infraestructuras, Ordenación del territorio y Medio Ambiente, Belén Fernández,
parecen no ser conscientes de que están en un Gobierno cogido con alfileres,
pues solo cuenta con 14 diputados de un total de 45. Si Izquierda Unida mueve
un solo dedo caerán irremediablemente y deberían saber que hay cosas que para
la Coalición son casus belli. Están jugando con fuego y si no corrigen de
inmediato lo que está pasando van a tener problemas.