La Historia se repite. Otra vez,
como en las protestas masivas de mayo y junio de 1.968, el pueblo francés se ha
echado a la calle y las huelgas y manifestaciones se extienden por todo el
país. En aquel famoso mayo del 68 colectivos de estudiantes de izquierda,
contrarios a la sociedad de consumo, a los que luego se unirían los sindicatos,
el Partido Comunista Francés y el movimiento hippie, iniciaron unas movilizaciones
que obligaron al general De Gaulle a convocar nuevas elecciones. Ahora, los
estudiantes y, en general, los jóvenes, se encuadran en un nuevo colectivo que,
como Podemos, ha nacido de la indignación, al que llaman La Noche en Pie y que
se ha unido a las protestas de siete sindicatos liderados por la potente formación
comunista Confederación General de Trabajadores (CGT).
Francia ya era un polvorín
social, como vimos durante el Gobierno derechista de Sarkozy, y solo necesitaba
un detonante para iniciar la reacción. Este se lo ha proporcionado el Gobierno
socialista del primer ministro, Manuel Valls, y del presidente François Hollande
que, con una reforma laboral similar a la que hizo en España Mariano Rajoy,
pretende ajustar los desequilibrios presupuestarios no metiendo en cintura a
los ricos o abandonando el carísimo y ridículo arsenal nuclear, sino a costa de
los mas débiles.
Las modas vienen de París, pero,
ojo, allí también se forjan las revoluciones. El Partido Socialista Francés,
que ya estaba bajo mínimos en todas las encuestas, ha mostrado, como su
homónimo español, su verdadera condición intentando implementar las mismas
políticas económicas de la derecha. Pero, no ha sido, naturalmente, el Frente Nacional
de la ultraderechista Marine Le Pen el que se ha levantado contra las
intenciones del Gobierno francés, ha sido la izquierda. Sería una paradoja, no
del todo descartable, que socialistas y ultraderechistas acabaran siendo en
Francia aliados objetivos, pero es mas probable que la derecha mas presentable
y el PSF se unan en una Gran Coalición, tácita o explícita, si la insurrección
prospera, “por responsabilidad”. Esa película ya la hemos visto en otras partes
y es la que algunos quieren proyectar en España.
Lo que está pasando en Francia
debe servir de aviso a los españoles sobre lo que sucederá en España una vez
pasadas las elecciones del 26 de junio. La Comisión Europea, formada por
burócratas derechistas a los que no han elegido los ciudadanos, ya ha
manifestado que serán necesarias mas medidas de ajuste y mas recortes para
equilibrar el déficit y todos sabemos por dónde vendrán, castigando a los de
siempre. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ya ha dicho a los
empresarios que no habrá unas terceras elecciones y que permitirá gobernar al
partido mas votado. Todo el mundo piensa que el partido mas votado va a ser el
PP, y es lo mas probable, pero ¿los que vienen diciendo con insistencia, desde hace tiempo, que debe gobernar el partido mas votado lo mantendrían si ganara las elecciones Unidos Podemos? Es decir,
el Partido Socialista acabará permitiendo que la derecha haga sus políticas
antisociales y siga metiendo tijera a los servicios públicos esenciales, Educación,
Sanidad y Justicia, que siga vaciando la hucha de las pensiones y que cree un
nuevo impuesto para financiarlas, en vez de obligar a los ricos a pagar los
suyos. Exactamente lo contrario a lo que Pedro Sánchez y los suyos nos venían
contando. ¿O es que no hemos leído lo que venía al final del acuerdo de 66
páginas que el PSOE firmó con Ciudadanos?
Es posible que los franceses sean
unos fanfarrones, pero la Historia nos dice que es un pueblo que no se deja avasallar
y que cuando se cabrea hace temblar a Europa entera.
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