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Hacía mucho, muchísimo tiempo,
que no veíamos a los españoles unidos como una piña en algo que no fueran los
triunfos de la selección española de fútbol y de algunos otros de nuestros
deportistas. Parece increíble, y hay que frotarse los ojos y pellizcarse para
ver que no estamos soñando, ver a todos los dirigentes de los distintos partidos
políticos, a los medios de comunicación, a los intelectuales y creadores de
opinión, etc, coincidir en alabar la figura y la labor del que fuera primer
presidente de nuestra democracia, D. Adolfo Suárez González. Desde el Rey al
último ciudadano de este país, hoy todos los españoles estamos tristes. Quien
se podía imaginar hace treinta y tantos años que un día aquel ejército fascista
escoltaría el féretro del que tanto hizo por la democracia, en un baño de
multitudes que, mas que ninguna otra actuación, mas incluso que la valentía del
teniente general Gutiérrez Mellado, dignifica y hermana con el pueblo a
nuestras FF AA.
Cuando, a pesar de los graves
problemas a que nos enfrentamos, los españoles perdemos el tiempo en
discusiones y enfrentamientos cainitas, cuando nuestro país se cae a pedazos y
las libertades y la justicia social ya empiezan a estar otra vez en peligro, se
nos ha muerto el que ha sido nuestro mejor líder, el que supo, mejor que nadie,
conseguir que, en medio de un mar tenebroso, todos remáramos en la misma
dirección.
Quien sabe si Adolfo Suárez, como
un nuevo Cid Campeador, aún no ha ganado su última batalla y consiga con su
ejemplo y su recuerdo que recapacitemos.
Descanse en paz, señor
presidente.
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