
En este país la mayor parte de
las fechorías salen gratis y los delincuentes, tanto el de poca monta como el
de guante blanco, campan a sus anchas. No se trata de que las leyes y el Código
Penal españoles sean demasiado blandos, que también, sino que lo normal es que
el que la hace no la paga. La impunidad no tiene raíz política, sino social, y
está instalada en todos los ámbitos donde desarrollamos nuestra actividad.
Pero, acabar con la impunidad y
forzar un punto de inflexión educacional sí necesita de una voluntad política,
con actuaciones ejemplares, de arriba abajo, que dejen muy claro a todo el
mundo que no se sale indemne de pasarse por la entrepierna las normas sociales
y de convivencia, la Ley y la Constitución.
Algunos de los asuntos que hoy
nos preocupan son producto de actuaciones que quedaron impunes en su momento,
que no se cortaron cuando había que hacerlo, y que han dado alas a los que no
han encontrado freno alguno a sus desmanes.
Es obvio que la corrupción
generalizada es producto de la impunidad de que gozan los corruptos, o que los
problemas secesionistas son una consecuencia de la impunidad de declaraciones y
actos inconstitucionales de los independentistas. Por supuesto que el “Rafita”
seguirá cometiendo graves delitos mientras no sea puesto definitivamente a la
sombra.
No es que en España delinquir
salga barato, es que casi siempre sale gratis. Uno puede incumplir las
resoluciones judiciales (lo hemos visto en el balcón del Ayuntamiento de Bilbao)
o mofarse de la Policía o de la Guardia Civil y salir biemparado.
Pero, no solo nosotros nos hemos
dado cuenta que en nuestro país se puede sobornar, robar, malversar, traficar con
drogas, quemar montes, contaminar, romper mobiliario urbano, agredir, etc, impunemente, los de afuera
también se han apercibido de ello. Miles de extranjeros se saltan la Ley a
diario en España o se ríen de nuestras normas buenistas. Son famosas las
carteristas bosnias que acumulan mas de 400 detenciones en el Metro de Madrid, y
los cientos de vehículos sustraídos a diario, pero aún son mucho mas graves los
asaltos a chalets y a comercios perpetrados
por bandas organizadas que, en contraste con sus países de origen, han llegado
al reino de jauja. Los gibraltareños también han visto que nos pueden tomar el
pelo sin problema alguno, seguir con sus negocios y actividades ilegales,
usurpar aguas españolas, etc, que el buque insignia de la Royal Navy entrará igualmente
en Rota y las medidas de nuestro Gobierno se quedarán solo en palabras. Picardo
ya ha dicho que se helará el infierno antes de que saque los bloques de
hormigón del mar.
Bien, yo creo que ha llegado la
hora de ir preparando el nitrógeno líquido.
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