miércoles, 31 de enero de 2018

EN BRUSELAS HACE MUCHO FRÍO

Los independentistas catalanes protagonizaron el martes 30 de enero la última parte de su sainete. Las caretas que portaban con el rostro de Puigdemont ante el Parlament se parecían mucho a las que representan a la tragedia y a la comedia del teatro, más que a las de Anonimus. Toda Europa vio por la televisión que no era la Guardia Civil la violenta, sino esos manifestantes “pacíficos” que querían asaltar la sede del poder del pueblo catalán arroyando a los Mossos, eso sí, con los brazos en alto la mayoría de ellos, aunque también los había que insultaban y tiraban piedras a la policía autonómica. Los Mossos tuvieron que dar unos cuantos toletazos y le aseguro que duelen exactamente igual que los de la Guardia Civil, por muy masoquista que sea uno si el que te los da lleva la senyera en la pechera. Puigdemont no se presentó a la investidura, ni en el maletero del coche, ni en parapente, ni en submarino, y el presidente del Parlament, Roger Torrent, ha aplazado, sine díe, una nueva sesión para elegir president, en un flagrante fraude de Ley y una tomadura de pelo a los catalanes y a todos los españoles, la enésima, porque los independentistas tienen mayoría y pueden presentar a quien quieran menos a un prófugo de la Justicia.
Mientras todo esto acontecía, parece que, como apunté tras conocer los resultados de las elecciones autonómicas catalanas, hay conversaciones, que no me atrevo a llamar negociaciones, aunque bien podría, entre bambalinas. Soraya Sáenz de Santamaría se ha puesto las pilas y que tenga bajo su mando al CNI, arrebatando el control de los servicios de inteligencia a Defensa y a su competidora, María Dolores de Cospedal, para nada es, en este asunto, una cuestión baladí. Si controlas los trabajos en las alcantarillas tienes mucho poder y puedes conseguir muchas cosas.

Tanto los dirigentes de ERC como Puigdemont se ha dado cuenta que el “plan de Moncloa” es el único plan viable para formar Gobierno en Cataluña, suspender la aplicación del artículo 155 y que, una vez puestos todos, incluidos los prófugos, en poder de la Justicia y que haya sentencia el Gobierno de España podría ejercer el derecho de gracia e indultar a los que seguro van a ser condenados. Que los dirigentes separatistas purguen largos años de cárcel no interesa a nadie, pero, eso sí, el imperio de la Ley y la Constitución tienen que prevalecer. Puigdemont ha sido el último en enterarse, pero ya se lo ha comunicado a los suyos, incluido al exconseller Toni Comín. Puigdemont, como le sugirió Tardá, tendrá que apartarse a un lado y podrá volver a España para ser detenido. En Bruselas, a pesar del calor de los fascistas flamencos, hace mucho frío.

sábado, 27 de enero de 2018

EL CONFLICTO DIPLOMÁTICO CON VENEZUELA

Venezuela ha expulsado al embajador de España en Caracas y España, en reciprocidad, ha hecho lo mismo con el embajador de Venezuela en Madrid. Se llega a esta situación por la grosera intromisión en los asuntos internos de Venezuela de los Gobiernos del PP, los que presidía Aznar y los que ha presidido y preside Rajoy. Hagamos memoria ¿Se acuerda usted de aquella Cumbre Iberoamericana que se celebró en Chile y donde el entonces rey, D. Juan Carlos, le espetó al entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, la famosa frase de “porqué no te callas”? no es que D. Juan Carlos se erigiera en moderador de la reunión, para eso estaba la presidenta de Chile, era que Chávez estaba diciendo cosas muy fuertes, que Aznar había colaborado con los que lo secuestraron y casi lo asesinan. Tras la tregua de los Gobiernos de Zapatero, donde las relaciones entre España y Venezuela mejoraron mucho, hasta el punto de cerrar acuerdos tan importantes para NAVANTIA como la construcción de varios patrulleros oceánicos para el país caribeño (no se pudieron vender a Venezuela varios aviones de patrulla marítima C-290 “Persuader” por presiones de los EE UU) volvió a llegar el PP al Gobierno y sus ministros y sus conspicuos volvieron a las andadas, dando cobertura y asilo a los opositores venezolanos, presionando a la UE para que pusieran sanciones económicas a Venezuela y poniendo en peligro no solo las relaciones diplomáticas, también los intereses de empresas españolas afincadas en Venezuela. Todos sabemos que cuando hablas con los del PP de las pensiones, de la corrupción y del tiempo que va a hacer mañana siempre te sacan, aunque no venga a cuento, el tema de Venezuela. A la actual derecha española le pueden las vísceras y si alguien piensa que la falta de sentido de Estado es algo exclusivo de la izquierda está completamente equivocado.
Por encima de credos y regímenes políticos, España siempre ha tenido buenas relaciones con las repúblicas hermanas de América y yo aconsejaría a la derecha española, tan desnortada o más que la izquierda, que rebusque en las hemerotecas, encontrará periódicos sepia, no porque sean de información económica sino por el paso del tiempo, que harán que muchos vean la luz.  Descubrirán, por ejemplo, la tragedia del “Sierra Aránzazu”, un mercante español de casi 3.000 toneladas que, en su cuarto viaje a Cuba burlando el bloqueo estadounidense, fue atacado, en septiembre de 1.964, y en cuya agresión perdieron la vida su capitán, su segundo oficial y el tercer maquinista, cuando en España gobernaba el general Franco, que no era precisamente comunista. Más reciente tenemos la Guerra de las Malvinas y también conviene recordar que el Gobierno de la UCD, que presidía D. Leopoldo Calvo-Sotelo, se alineó con las tesis argentinas en el Consejo de Seguridad de la ONU. Pero, hay otro episodio, que muy poca gente conoce, que demuestra hasta qué punto España y los españoles apoyamos a Argentina en aquel conflicto, a pesar de que sabíamos perfectamente que la dictadura criminal que presidía el general Galtieri había torturado detenidos políticos en la Escuela de Mecánica de la Armada que eran arrojados de noche, en aviones Hércules C-130, vivos  al océano en los tristemente conocidos como “vuelos de la muerte” y que robaba los bebés a las víctimas. Desde España se hizo todo lo posible, doy fe, para salvar al portaaviones argentino ARA “25 DE MAYO”, no tanto porque era el buque insignia de la Armada Argentina, que también, como por lo que significa el 25 de mayo para los argentinos. Sabíamos que era una guerra imposible de ganar, pero no podía ser una humillación total para Argentina.

Es decir, las relaciones fraternales con las repúblicas de Iberoamérica y con aquellos pueblos hermanos trascienden a regímenes políticos y a cualquier otra circunstancia y se equivocan mucho los que ponen por delante de los intereses de España sus mezquinos intereses.

viernes, 26 de enero de 2018

GITANOS

El episodio tragicómico del gitano preso en Villabona, que habían dado por muerto y que “resucitó” y todo lo que ha venido después, y el brutal asesinato de un matrimonio de ancianos en un barrio de Bilbao por unos menores gitanos, han vuelto a poner de actualidad en los periódicos, en las redes sociales, en los hogares y en los bares un debate que aparece de vez en cuando pero que nadie se atreve a abordar en serio. En España hay problemas gravísimos que son tabú y que nadie, y mucho menos los políticos, quiere abordar por miedo a quemarse. En buena medida se ha logrado que escurrir el bulto y mirar para otro lado se haya trasladado a la ciudadanía, así que los problemas verdaderamente más graves que tenemos nunca van a aparecer en las encuestas del CIS, no preocupan a la gente. En un mundo cabal nadie entendería, por ejemplo, que algo que mata a casi tantas personas al año en España como todos los soldados estadounidenses muertos durante toda la Guerra de Vietnam no salga nunca como una de las principales preocupaciones de los españoles en las encuestas del CIS, me estoy refiriendo al tabaquismo, pero eso mismo pasa con asuntos como la economía sumergida y el fraude fiscal (que no es lo mismo que la corrupción, mucho más mediática, de los políticos) la prostitución y el problema gitano.
El colectivo gitano no es fácil de cuantificar porque en España, como es lógico, la gente perteneciente a esa etnia no figura, como tal, en ningún registro, sería una medida racista intolerable, y porque, además de los gitanos españoles, sobre los que había algunas estadísticas aproximativas, han llegado a nuestro país en los últimos años muchos procedentes de otros países, sobre todo de Portugal y de Rumanía. Pero, sin temor a equivocarme mucho, yo estimo que ese colectivo lo forman en España aproximadamente un millón de personas, y, como su tasa de natalidad es muy superior a la media, va en aumento, también en proporción al resto de la población. Desde que los gitanos llegaron a Europa hace siglos, dicen que desde la India, esta etnia no ha logrado o no ha querido adaptarse a las sociedades de los distintos países donde se han establecido y ningún Gobierno ni ningún régimen ha sido capaz de lograr esa integración, ni Franco ni Ceausescu. Los nazis quisieron, en su delirio criminal, acabar con el problema gitano de la misma forma que con el que habían calificado de problema judío, exterminándolos en cámaras de gas o con fusilamientos, pero, evidentemente, una cosa es ser consciente del problema y otra muy distinta ser un asesino al que guste la solución final.

Prácticamente la totalidad del colectivo gitano vive de las ayudas sociales (vivienda, muebles, alimentos, etc) goza de sanidad y educación gratuita y también de pensiones no contributivas. Esos ingresos los suelen complementar con actividades al margen de la ley por las que no pagan impuestos. Los gitanos viven en su propia legalidad y mundo paralelo y solo quieren algún contacto con el resto de la sociedad para parasitarla. Tienen sus propia ley, la del ojo por ojo y diente por diente, no escolarizan a sus niños o los sacan de la escuela sin acabar los estudios primarios, casan a infantes con 14 ó 15 años, e incluso tienen costumbres tan aberrantes como la “ceremonia del pañuelo”, de lo que nadie, feministas incluidas, dice absolutamente nada. En los últimos años los gitanos se han hecho en España con la mayor parte del tráfico de drogas y forman clanes tan temidos que ni las mafias del Este de Europa se atreven a cuestionar, por eso vemos en la televisión como gente que no tiene ninguna actividad conocida gasta millonadas en bodas y banquetes. Barrios como las Cañadas Reales, en Madrid, o las 3.000 viviendas, en Sevilla, son sus feudos más importantes. Allí hasta apedrean e insultan a la Policía y la Guardia Civil. Que nadie se atreva a colgarme el sambenito de racista y xenófobo, porque no lo soy, sí lo son los gitanos, que prohíben a sus mujeres casarse con los payos a los que, aunque son los que los mantienen, desprecian. Eso sí, luego van a purgar sus pecados “al culto”, porque todos ellos se han convertido, también para diferenciarse del resto de la sociedad, a la Iglesia Evangelista.

jueves, 25 de enero de 2018

¿CHANTAJE NACIONALISTA O SOMOS PARDILLOS?

A mí lo que más me preocupa del futuro de España y de su supervivencia como Estado es exactamente lo mismo que preocupaba al abuelo del actual Rey, D. Juan de Borbón, como así se lo recordó el Conde de Barcelona a su hijo, D. Juan Carlos, en su lecho de muerte: la unidad de España. En eso, aunque yo sea republicano convencido, no me importa coincidir con la Monarquía.
El problema que ahora tenemos en Cataluña se lleva incubando desde hace mucho tiempo y yo creo que se agudizó con la Constitución vigente y con todo lo que ha venido después. Y no solo en Cataluña. Vías distintas para acceder a la autonomía según fuera una región “nacionalidad histórica” o no, artículos 151 ó 143, reconocimiento de “entidades forales” con tratamiento fiscal diferenciado, etc  ¿Qué en aquellos momentos eso era lo que se podía hacer, con ETA matando militares y guardia civiles un día sí y otro también? Quizá, yo solo lo constato. Pero, además de una Carta Magna como pecado originar, que algunos quieren reformar a peor, durante 40 años se ha estado dando a los nacionalistas de todo, a cambio de su apoyo parlamentario y de cosas que son tan fuertes que prefiero no comentar aquí. Incluso algunos que ahora apoyan la aplicación del artículo 155 de la Constitución estuvieron gobernando en Cataluña con los de ERC. El que esté libre de pecado, de izquierdas, de derechas o mediopensionista, que tire la primera piedra. El chantaje nacionalista en realidad lo hemos alimentado entre todos, unos más que otros, eso sí. El monstruo ha crecido y se nos ha subido a las barbas y ahora a ver como lidiamos con él.

Para que todos nos demos cuenta de lo que ha pasado durante estos años no voy a relatar aquí las circunstancias políticas que se han vivido, y que usted conoce perfectamente, no quiero aburrirle, solo recordar dos episodios que políticamente pueden parecer banales pero que dejan perfectamente diáfano lo pardillos que hemos sido: ¿Quién no recuerda el secuestro del Alakrana, un atunero vasco que faenaba en aguas próximas a Somalia y que fue secuestrado por piratas? Pues bien, el citado atunero, como todos los barcos vascos, contraviniendo las legislaciones internacionales y española, no llevaba pabellón, es decir, no enarbolaba la bandera de España en su popa, pero, a pesar de ello, el PNV reclamó al Gobierno de España que actuara cuanto antes para salvar a los marineros vascos. Así se hizo y no voy relatar los pormenores porque no quiero hacer llorar al lector. El Gobierno de España puso entonces un avión a disposición de los familiares, el mismo que usa el Rey o el Presidente del Gobierno en sus viajes de Estado, para que se pudieran desplazar allí a recibir a sus seres queridos liberados, pero los familiares se negaron a subir a un avión que tenía rotulado en su fuselaje “Fuerza Aérea Española”. Después de todo lo que se había hecho nadie llamó a los vascos de todo menos bonitos, lo que se hizo fue cambiar posteriormente ese rótulo por “Reino de España” que es el que sigue figurando ahora. Tampoco se dio mucha publicidad (no salió en ningún telediario) a lo que sucedió en Pasajes (Guipúzcoa) con la entrega de la bandera de combate a la fragata de la Armada F-103, Blas de Lezo. Defensa había decidido que estaría bien entregar esa bandera en Pasajes, lugar de nacimiento del héroe vasco de la batalla de Cartagena de Indias, pero el buque fue recibido con pitos y silbidos y despedido de la misma forma (se puede ver en Internet). Nadie llamó imbéciles y desagradecidos a esos descerebrados. Es decir, si a un niño mal criado no le das la bicicleta, el móvil de alta gama y la videoconsola que te exige, te insulta. Pero, a ese niño mal criado lo hemos educado nosotros.

sábado, 20 de enero de 2018

RUSIA Y LA HETERODOXIA COMO PRAXIS

Que nadie intente analizar el comportamiento y las políticas de Rusia bajo el mismo prisma óptico que se utilizaba con la antigua URSS, porque se equivocará totalmente. Aunque lo que representó la URSS, para bien o para mal, sigue en el subconsciente colectivo de los rusos y en Rusia te tropiezas con esa cultura a cada paso, incluidas estatuas, monumentos, himnos, anagramas y banderas, han cambiado muchas cosas desde la desintegración de la Unión Soviética y no solo porque ahora el Partido Comunista está en la Duma en la oposición. El partido político en el poder, Rusia Unida, es un movimiento trasversal donde la ideología tiene muy poca importancia o, para decirlo de otra manera, la única ideología es Rusia, la patria, algo que en el mayor país de la Tierra (y, sin contar Siberia, el más grande y poblado de Europa) tiene muchísima importancia. Conviene recordar que cuando las nazis y sus aliados fascistas invadieron la URSS, Stalin no apeló a los valores comunistas ni a Marx, Engels y Lenin, sino a Pedro el Grande y a la Madre Rusia. Por eso Rusia Unida recibe votos de ciudadanos de todas las ideologías.

Una de las primeras cosas que dijo Vladimir Putin cuando llegó al poder fue que los países y los movimientos que se quieren emancipar o liberar de diversos yugos a lo largo y ancho del mundo no cuenten para eso con Rusia, que Rusia no es la URSS, que tendrán que hacerlo por sí mismos. En efecto, el presidente ruso no es un burócrata del Partido Comunista para el que la ideología era lo primero y donde el internacionalismo proletario y la lucha contra el imperialismo de los pueblos eran cosas sagradas, Putin es un ex agente del KGB pragmático y acostumbrado a trabajar en las alcantarillas, donde rigen otros valores y otros métodos. Mucha gente no puede entender cómo es posible que Rusia interviniera militarmente en Siria (no para salvar a al Assad sino para defender sus intereses estratégicos, como la base naval de Tartús, por ejemplo) y al mismo tiempo se lleve muy bien con Israel, que ha atacado a Siria en varias ocasiones, y Putin lo mismo se entreviste, entre sonrisas, con el presidente sirio que con Netanyahu. Otro ejemplo muy claro es que Rusia, siendo aliado estratégico de Irán, también tiene unas relaciones excelentes con Arabia Saudí, la misma que ha financiado a los grupos yihadistas y que ha agredido Yemen. Vladimir Putin no solo recibió al rey saudí en el Kremlin, también se entrevistó con el “hombre más peligroso del mundo” el príncipe heredero, viceprimer ministro, ministro de Defensa, responsable del Comité Anticorrupción (con el que hace las purgas) y un montón de cargos más, Mohamaad Bin Salmán, con el cerró nada menos que la venta de los poderosos y sofisticados sistemas interceptores S-400. Con el Rey saudí de lo que se trató fue de controlar la producción de petróleo para que subiera el precio del crudo, algo que, como todo el mundo sabe, ya está sucediendo. Esa política heterodoxa y pragmática, donde el único principio que rige es el interés de Rusia, es exactamente la misma que ha seguido Rusia con Turquía y que le está dando tan buenos resultados. Apoyar a Erdogán, a pesar del derribo siete meses antes del SU-24, cuando quisieron quitarle de en medio con un golpe de Estado, fue un acierto y eso, entre otras cosas, permitió ganar la guerra en Siria y poder tender el gigantesco gaseoducto que Gazprom (empresa estatal rusa y primera gasística mundial)  está llevando desde Azerbaiyán, a través de Turquía, pasa abastecer a varios países de Europa Occidental sin pasar por Ucrania. La nueva política de Rusia es muy peligrosa para Occidente, porque sigue muchas de las mismas pautas y los mismos criterios que potencias como EE UU, Reino Unido o Francia, han seguido desde siempre, el interés por encima de los principios.  La única diferencia que aún se puede apreciar es que Rusia confía más en la gestión diplomática y en otros métodos, que no voy a pormenorizar aquí, que en el intervencionismo militar. Por decirlo de alguna manera, Rusia es un oso pacífico que no se mete bélicamente con nadie, pero que si lo acosan saca sus zarpas y se convierte en un animal muy peligroso, como bien saben los georgianos y ucranianos y sus padrinos de la OTAN. En fin, para algunos va a resultar ahora que contra la URSS se vivía mejor.

jueves, 18 de enero de 2018

TIRAR DE LA MANTA

Tiemblan las canillas a los peces gordos del PP, la preocupación se enseñorea de Génova 13, la sede central del partido de Rajoy convertida en la 13 Rue del Percebe de Francisco Ibánez (recuerde usted al caco que vivía en el tercero izquierda) o, como diría Julio Anguita, en la cueva de Alí Baba. Hemos estado enzarzados durante casi tres meses con el problema catalán, pero hay otros asuntos también muy graves que siguen ahí y ahora están en pleno apogeo y a punto de reventar, como el grano que tenía en el culo La Tarara, sobresaliendo entre ellos el caso Gürtel.  Los abogados defensores de Pablo Crespo y Álvaro Pérez, alias “El Bigotes”, han negociado con la Fiscalía una reducción en la petición de penas para sus defendidos a cambio de que estos aporten pruebas sobre los políticos implicados en la trama, lo que cobraron, que regalos recibieron, como financiaron a su partido, etc. Y entre esos políticos del PP  los hay que han estado o están muy arriba y que o bien siguen dándonos consejos desde su púlpito de FAES o nos gobiernan.

En el caso Gürtel tenemos todos los ingredientes para una novela o una película sobre la mafia, con héroes y, sobre todo, con muchos villanos, entre ellos los padrinos. Poca gente se acuerda ya de José Luis Peñas, el exconcejal del PP de Majadahonda que levantó la liebre, y mucho menos de Manuel Morocho, inspector jefe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) y del que fuera comisario general de la Policía Judicial hasta 2.012, Juan Antonio González, cesado de forma fulminante por el entonces nuevo Gobierno del PP, que iniciaron la investigación. Policías honrados y jueces (dejémonos de tonterías) represaliados, como Baltasar Garzón, condenado a once años de inhabilitación por tomarse tan en serio este caso que pasaba los domingos en su despacho, trabajando hasta altas horas de la noche, intentando desentrañar la gigantesca madeja tejida por los impresentables. Unos levantaron una esquina de la manta y otros dicen que la van a levantar entera, pero también aquí, se lo aseguro, hay gargantas profundas, ese término acuñado no por una película pornográfica (ese cine al que ahora algunos, estúpidamente, llaman de “para adultos”) sino por lo que sucedió en los EE UU alrededor del escándalo Watergate, cuando un ex agente del FBI, Mark Felt, levantó la trama de espionaje montada por los republicanos contra el Partido Demócrata y el FBI encontró la conexión entre los ladrones de los documentos y el dinero negro utilizado por la Comisión para la Reelección del Presidente Nixon. En el caso Gürtel unos tiran de la manta para ajustar cuentas o para salvar el pellejo y otros hablan en la sombra con la navaja trapera en la mano queriendo ejercer de justicieros; los funcionarios solo han hecho y hacen su trabajo lo mejor que pueden y saben. El PP está acabado, porque hasta los incondicionales se han hartado de taparse la nariz y esta enorme mierda todavía huele caliente.

FÁTIMA BÁÑEZ Y LAS PENSIONES

La ministra de Desempleo (no es un error) y Seguridad Social, Fátima Báñez, con esa media sonrisa suya, como reprimiendo la carcajada, ha lanzado un globo sonda, el de computar toda la vida laboral de los trabajadores para establecer su pensión. No es la primera vez, ni mucho menos, que se habla de esto, y exactamente igual que socialistas y populares ya habían aumentado los años para ese cómputo, ahora se pretende aumentarlo al completo. Si las anteriores ampliaciones del cómputo para establecer la pensión tenían como único objetivo bajar la cuantía de las pensiones, ampliarlo a toda la vida laboral tiene el mismo objetivo, por mucho que la ministra nos haya dicho que se podrá escoger. Se trata de que la cosa suene, que la gente se empiece a mentalizar y luego, zas, otra vez te doy y casi no te has enterado, porque ya te he ido acostumbrando. Es la famosa teoría de la rana que ya han convertido en ley: si echas una rana a una olla con agua hirviendo da un salto y se salva, pero si la echas en una olla con agua fría y la vas calentando poco a poco la rana se cuece sin enterarse. Eso es lo que están haciendo con los pensionistas.

Zapatero, a pesar de sus muchas fechorías, entre ellas congelar las pensiones, subir la edad de jubilación hasta los 67 años y hasta 25 años el cómputo de la prestación, dejó el Fondo de Reserva de la Seguridad Social con nada menos que 67.000 millones de euros, un dinero que se ha pulido Rajoy hasta dejarla con solo 8.000 millones. Es más, el Gobierno de los populares ya ha pedido varios créditos para no agotar del todo la hucha de las pensiones ¿se imagina usted presentarse a las elecciones con ese bagaje, con el hito de haber dejado la hucha a cero? Es mucho mejor endeudarse y cargar la factura a las siguientes generaciones. Llevan mucho tiempo contándonos que el sistema de pensiones actual es insostenible y lo hacen con más énfasis los que hicieron reformas laborales para bajar los salarios. Salarios de miseria cotizan una miseria. Exactamente igual que el que fuera gobernador del Banco de España, el socialista de mentira José Ángel Fernández Ordóñez, nos decía, mientras no fiscalizaba todo lo que estaba pasando en las Cajas de Ahorro, que lo mejor era que fuéramos pensando en hacer un seguro privado de pensiones, eso es lo que nos dicen también los conspicuos del PP y los sesudos economistas de la derecha.  Unos y otros han hecho todo lo posible por cargarse el sistema público de pensiones y están a un paso de conseguirlo. Es cierto que el sistema ya no es sostenible y he explicado porque las cotizaciones ya no son suficientes para financiarlo; se abren entonces tres alternativas: subir los impuestos para pagar las pensiones, bajar las pensiones un 30% o entrar a saco contra la economía sumergida y el fraude fiscal, nada menos que entre 60.000 y 80.000 millones de euros al año, según el propio Banco de España, mucho más que suficiente para pagar las pensiones. La izquierda quiere subir los impuestos, la derecha bajar ese 30% las pensiones (con subidas anuales de solo un 0,25%, muy por debajo de la inflación, y ampliando el cómputo de la prestación a toda la vida laboral) y solo muy pocos, entre los que me encuentro, defendemos sacar ese dinero del gigantesco fraude que reina en nuestro país, del fraude del que los políticos no quieren hablar mientras nos engatusan con las corruptelas del contrario que, comparadas con este, son el chocolate del loro. Yo ya dije al Sr. Montoro que no necesito más inspectores de Hacienda, que con solo media docena para toda España tengo suficiente, pero que me deje la Ley y el Código Penal. Y le prometí acabar en quince días con la fiesta. Pero, claro, al día siguiente habría varios millones de personas más en las colas del INEM. Esa es la sociedad que han construido.

martes, 16 de enero de 2018

EL PAPA FRANCISCO Y EL HOLOCAUSTO NUCLEAR

Yo, lo confieso, no soy creyente, soy un ateo empedernido, y tengo suerte de no vivir en la Europa de la Inquisición ni en Arabia Saudí para poder decirlo, pero, ni hago apología de ello, permítame usted hoy la excepción, ni por ello dejo de respetar y hasta comprender a los que creen en Dios, con cualquiera de los nombres que le dan según la religión. Pero, que piense que el Universo, el Espacio y el Tiempo no han necesitado un hacedor, un creador, para existir y que no crea en Dios no quiere, para nada, decir que no crea en el mensaje del Evangelio y en lo que el cristianismo significa, más para bien que para mal, en nuestra cultura. Por eso, entre otras cosas, celebro la Nochebuena sin caer en ninguna contradicción.
A mí el Papa Francisco me cae bien, y no porque yo haya estudiado con jesuitas y sepa que son lo más progresista de la Iglesia, me cae bien por cosas tan aparentemente banales como que tiene cara de buena persona, no como los inmediatamente anteriores, beatificados o no. Pero, sobre todo me gusta Francisco desde que vi una fotografía suya, vestido con un jersey roído, repartiendo platos de comida en Buenos Aires a la gente cuando en Argentina, su país natal, mas azotaba la crisis e ibas por la tarde a tomar un café y había subido 10.000 pesos desde el que tomaste por la mañana. Hiperinflación, dicen que llaman a eso. Francisco no me defraudó y una vez que hubo fumata blanca y lo nombraron Papa lo primero que hizo fue pedir perdón, pero con mueca de sincero, por todas las fechorías de la Iglesia, en particular por los múltiples casos de pederastia, y obrar en consecuencia, incluso enviando cartas manuscritas suyas a algunos de los afectados. Pero, si este Papa es sin duda el más valiente y justo que yo recuerdo, algunas decisiones y manifestaciones suyas recientes no hacen más que confirmarlo. Una de ellas ha sido que el Vaticano  ha reconocido a Palestina como Estado y que ha dejado muy clara su postura sobre el estatus jurídico, político y confesional de Jerusalen, exactamente con el mismo criterio que todos los organismos de la ONU. Pero, donde Francisco está dando ahora la batalla es denunciando el peligro que suponen los arsenales nucleares y sus sistemas de control cada vez más robotizados, hasta el punto que entes de inteligencia artificial podrían seguir disparando misiles nucleares aun cuando los centros de mando y control y los Gobiernos hubieran sido aniquilados. El desarrollo y despliegue de misiles nucleares hipersónicos supone un peligro añadido, pues el tiempo para analizar un posible error se reduce dramáticamente. El Vaticano, con muchísimos menos medios técnicos que las grandes potencias, está, sin embargo, muy bien informado y cuando el Papa Francisco dice que tiene mucho miedo porque cada vez es más posible un holocausto nuclear sabe perfectamente de lo que habla. En menos de quince días Francisco ha hablado varias veces de este asunto pidiendo, sin ambages, el desarme nuclear a los países que cuentan con estos arsenales. La última vez que lo ha hecho ha sido en el vuelo que le llevaba a Iberoamérica para visitar varios países donde, injustamente, preparaban manifestaciones contra su visita ¡Pero, si hasta Raúl Castro que, como su hermano Fidel, también había estudiado con los jesuitas, manifestó después de entrevistarse con Francisco que iba a tener que volver a misa!


domingo, 14 de enero de 2018

LA AUTOCRÍTICA DE PODEMOS

Tras los desastrosos resultados de Los Comunes, la franquicia de Unidos Podemos en Cataluña, en las elecciones autonómicas catalanas, que no se ha aireado más en los medios de comunicación gracias a que los del PP fueron aún peores, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, estuvo más de tres semanas desaparecido. Los retiros espirituales suelen ser útiles para, alejados de la vorágine mundana, aclararnos las ideas y encontrar el Norte, o eso dicen. Debe ser verdad, porque hasta Jesucristo, el hijo de Dios, también se retiró al desierto cuarenta días y cuarenta noches para meditar. Yo no sé con qué habrá tentado Satanás a Pablo Iglesias durante ese retiro y si, como Jesús, habrá salido airoso del envite, pero tengo la sensación de que no ha encontrado el Norte.
En efecto, lo primero que ha dicho Pablo Iglesias en su reaparición pública ha sido “nos equivocamos” algo que ya todos sabíamos y que algunos ya habíamos advertido mucho antes de las elecciones catalanas, y no me refiero solo a este humilde francotirador del teclado, que también, ni a conspicuos o medios de la derecha, me refiero a pesos pesados de la izquierda que, aunque jubilados, siguen teniendo un gran prestigio, como Paco Frutos, por ejemplo, el que fuera secretario general del PCE, que puso muy claritos los puntos sobres las íes. En Asturias políticos como Gaspar Llamazares también tenían una visión bien distinta y muy crítica sobre la estrategia que se estaba implementando en Cataluña. Los acontecimientos y el tiempo, ese juez insobornable, nos dieron la razón. Lo segundo que ha dicho Pablo Iglesias es que hay que hacer autocrítica, algo lógico, no solo porque la autocrítica debe ser consustancial con la izquierda, también porque si las has cagado, no analizas porqué y te empecinas en el error el siguiente batacazo lo tienes asegurado. Pero, una cosa son las palabras y otra muy distinta los hechos. De momento, yo no he visto la autocrítica por ninguna parte, lo único que he visto es echar la culpa a los medios de comunicación (“se centraron en el problema de la independencia en vez de en los problemas sociales” Iglesias dixit) y al Rey, acusándole de intervenir groseramente en el problema catalán, como si Felipe VI no fuera el jefe del Estado. Una cosa es luchar por la república y otra muy distinta perder los papeles, porque cuando la desmembración del Estado y la unidad de España es lo que está en juego el debate monarquía-república no es lo prioritario. Casi todo el mundo en España estábamos a setas, porque era tiempo, pero Pablo Iglesias y la mayoría de los suyos fueron a buscar Rolex. Algunos ya habíamos advertido que en el conflicto catalán los problemas sociales y los que cotidianamente castigan a la gente habían quedado al margen y no iban a contar en las elecciones, que las vísceras habían sustituido a la razón y que no se iba a votar en clave izquierda-derecha, sino en clave Estado sí o Estado no, o, si usted quiere, España sí o España al cuerno. Por eso Ciudadanos ha obtenido unos resultados electorales que hasta Albert Rivera e Inés Arrimadas han tenido que frotarse los ojos para admitir que son ciertos. Pues bien, aunque parezca increíble, muchos de los votos de Ciudadanos fueron de catalanes que habían votado a Los Comunes en las elecciones generales, que esta formación política, no lo olvidemos, ganó en Cataluña.

Hay movida en Podemos y hay movida en IU, su aliado táctico, que no todavía estratégico. Y la hay porque en ambas formaciones políticas hubo voces que advirtieron lo que iba a pasar y no se les hizo ni puñetero caso. En concreto, en Podemos Carolina Bescansa, que de elecciones sabe algo, ya había dicho que se estaban equivocando. Alberto Garzón ha vuelto a pedir otra vez mayor visibilidad de IU en Unidos Podemos, pero no es esa ola lo que de verdad preocupa, sino la mar de fondo. Acudir con Podemos a las elecciones fue un acierto, porque a pesar de perder más de un  millón de votos se lograron mantener los 72 diputados e IU, que estaba en una situación muy delicada, por no decir crítica, pasó de dos a ocho diputados, pero, si Podemos se hunde IU no quiere acompañarla en el naufragio. Y si la autocrítica no va acompañada por un análisis de la realidad y de una verdadera voluntad de rectificación y enmienda (vamos a ver qué pasa con la formación de la mesa del Parlament) a Podemos le pasará como al Titanic en las elecciones municipales y autonómicas y en las generales, que vendrán en cascada. En hora de regresar de Orión y no seguir contando cosas que no creeríamos.

sábado, 13 de enero de 2018

LA INSTITUCIONALIZACIÓN DEL PITORREO

Por si no tuviéramos suficiente con el sainete catalán y a la espera de averiguar si va a ser posible que a Cataluña la gobiernen desde Bruselas, ha surgido también la polémica, por no decir el escándalo, en torno a la sentencia del Tribunal Constitucional, que admitió a trámite el recurso presentado por el Gobierno de España, para obligar a la Junta de Andalucía a que los funcionarios andaluces tengan que realizar 37,5 horas semanales, que son las establecidas por el Gobierno Central para los funcionarios de todo el Estado. La presidenta andaluza y sus secuaces ya nos tenían acostumbrados a todo tipo de fechorías, entre las que no podemos olvidar el golpe de mano contra su propio secretario general para intentar hacerse con el control del partido, pero ahora también pretende tomar el pelo al Tribunal Constitucional, porque el Ejecutivo andaluz y su régimen han tenido la ocurrencia de que, para completar esas dos horas y media semanales, los funcionarios, como Puigdemont, no necesitarán asistir a sus puestos de trabajo ni hacer ninguna labor presencial, basta con que se apunten, aunque luego no asistan, a variopintos cursillos o que, y esto sí que ya es muy fuerte, “las dediquen a la meditación en su casa”.

Al asunto de la jornada laboral de los funcionarios es otro de los temas tabú que pocos se atreven a debatir y a abordar ¿Cómo es posible que cuando la inmensa mayoría de los trabajadores españoles tienen que hacer las cuarenta horas semanales que marca la Ley, y muchos de ellos incluso bastantes más, los funcionarios, a los que pagan precisamente esos sacrificados trabajadores, puedan hacer solo 35? Son varias las respuestas, por un lado que los sindicatos solo están ya verdaderamente presentes en algunos colectivos, como el de los funcionarios, por otro que estos servidores públicos tienen una capacidad de presión, sin miedo a perder su trabajo, que no tienen los trabajadores del sector privado y por último que son cientos de miles de votos. El asunto no es baladí, porque aquí mismo, en Asturias, ya ha saltado la controversia entre el Ayuntamiento de Gijón y el Gobierno del Principado y porque trasciende ideologías y administraciones. Como me he propuesto para este año no ser políticamente correcto, tengo que denunciar la institucionalización del pitorreo y como no me presento a las elecciones juego con ventaja para poder hacerlo.

jueves, 11 de enero de 2018

EL CONTRATO DEL SIGLO

La crisis que todavía se ceba con la economía española se está pudiendo capear gracias en buena parte al sector exterior y al turismo, es decir, es merced al esfuerzo exportador de muchas de nuestras empresas y a que España tuvo nada menos que 82 millones de turistas el año pasado (la segunda del mundo en turistas y en ingresos por turismo) que muchos trabajadores no han perdido sus empleos y que muchas familias, aunque con serias dificultades, están saliendo adelante. Entre esas empresas no solo está el sector privado, que lo mismo se encarga de la gigantesca ampliación del Canal de Panamá que pone a circular trenes TALGO de alta velocidad por el desierto de Arabia Saudí, también empresas públicas, sobresaliendo entre ellas las del sector del armamento, donde España ocupa en estos momentos el décimo puesto mundial. Dos son las empresas españolas más importantes en este sector, Construcciones Aeronáuticas (CASA) integrada en el consorcio europeo EADS desde 1.999 y NAVANTIA con instalaciones y astilleros en Cádiz, San Fernando, Ferrol y Cartagena. Ambas empresas públicas, aunque también construyen para el sector civil, es en el sector militar donde tienen el mayor peso de su producción. Son decenas de miles los trabajadores, altamente cualificados, que emplean y por poner solo un ejemplo, son más de 4.000 los que trabajan en las gigantescas instalaciones que se hicieron, ex profeso, en Sevilla para el montaje del avión de transporte militar Airbús A-400 M. NAVANTIA exporta casi el 75% de lo que produce y en el pasado esta empresa española obtuvo suculentos contratos que permitieron vender desde un portaaviones a Tailandia, hasta dos grandes buques de proyección estratégica (similares al “Juan Carlos I”) para Australia, pasando por cinco fragatas para Noruega, ocho patrulleros oceánicos para Venezuela, etc. En estos momentos el contrato más importante que tiene NAVANTIA en el exterior es la construcción de dos buques logísticos para la Marina Australiana. Pero, había contratos casi hechos que están en el aire, entre ellos el suministro de nueve fragatas también para Australia y cinco para Arabia Saudí. No debe ser visto como una casualidad que los buques de proyección estratégica construidos para Australia (“Canberra” y “Adelaida”), que habían costado 3.000 millones de dólares, tuvieran serias averías con sus propulsores (Siemens) y que la empresa encargada de su mantenimiento sea la británica BAE Systems, que compite con España por el jugoso contrato de las fragatas y en cuyo concurso NAVANTIA era la favorita, porque ya construye tres destructores en los astilleros australianos. El contrato saudí tiene otros condicionantes, por la agresión de ese país a Yemen. Es decir, los navajazos traperos, las alcantarillas y la alta y baja política juegan mucho en estos asuntos. NAVANTIA se encuentra ahora en una situación muy delicada, con proyectos como el submarino S-80 y las fragatas F-110 para la Armada Española con pocos fondos para seguir adelante. Estos proyectos no solo son imprescindibles para nuestra Marina, deberían ser la punta de lanza exportadora destinada a unos cuantos países, sobre todo de Iberoamérica, que necesitan ya modernizar sus flotas, como Perú y Argentina, por ejemplo. Hace falta un esfuerzo inversor y hace falta que nuestro Gobierno se tome más en serio nuestras relaciones con Iberoamérica, cuyo nivel parece que ha bajado mucho desde que no está José Manuel García-Margallo en la cartera de Exteriores. Ahí está el que podría ser el contrato del siglo para NAVANTIA, un contrato que España no se puede permitir el lujo de perder.

miércoles, 10 de enero de 2018

EL ACUERDO DE PESCA CON MARRUECOS

El nuevo acuerdo de pesca con Marruecos está en peligro, el Tribunal de la Unión Europea cuestiona el acuerdo por aplicarse también a las aguas del Sáhara Occidental, eso es exactamente lo que ha dicho Melchior Wathelet, el abogado general del Tribunal de Justicia de la unión Europea, al tiempo que afirmó que “el bloque comunitario incumplió su obligación de respetar el derecho del pueblo del Sáhara Occidental a la libre determinación". El asunto es grave, especialmente para los pescadores españoles que pescan en esas aguas, porque ahora no se trata de más dinero que exige Marruecos, como venía haciendo tradicionalmente y que acababa pagando España a través de la UE, ahora se trata de un dictamen judicial, que lo es también político, de un organismo que no suele ser soslayado por las autoridades comunitarias.
El conflicto del Sáhara, que para muchos ya estaba olvidado, sigue ahí y lo que está sucediendo con el acuerdo de pesca con Marruecos nos lo vuelve a recordar. A nadie parece importar, salvo a las familias que acogen niños en España todos los años y a las asociaciones  de amigos del pueblo saharaui, que los españoles no solo dejamos a esa gente a merced de Marruecos y muchos de ellos, los que no fueron masacrados con bombas de napalm por los F-5 marroquíes, viven desde entonces en los campamentos de Tinduf, en pleno desierto, tampoco que esquilmemos la riqueza pesquera de sus aguas a cambio de pagar a Marruecos. Mucha gente no es consciente que el pueblo saharaui, de poco más de cien mil habitantes, tendría una de las rentas per cápita más altas del mundo si, entre unos y otros, no les hubieran robado sus tierras, sus fosfatos, su petróleo y su riqueza pesquera. No vamos a contar ahora lo que sucedió desde la ignominia de 1.976, cuando España se retiró del Sáhara ante la “pacífica” Marcha Verde que organizó Hassán II, el padre del actual monarca marroquí, solo decir que la supeditación de la política y los intereses españoles a los de los EE UU nos ha reportado más perjuicios que beneficios, salvo a la dictadura franquista, claro. Porque fue en el contexto de la Guerra Fría donde hay que enmarcar el arranque de este conflicto.
Situaciones y acontecimientos aparentemente inconexos tienen repercusiones y vasos comunicantes, porque, merced al conflicto catalán y a que el Gobierno de nuestro país ha recurrido a los dirigentes de las instituciones europeas para que le ayuden a solventar un problema interno que no ha sido capaz de solucionar, nuestro país ha perdido prestigio y peso específico en la UE. Es inimaginable, por ejemplo, que el tribunal de la UE dictamine algo contra los intereses franceses en África apelando a los derechos de ningún pueblo.

Los argumentos jurídicos son demoledores, porque se sustentan en resoluciones de la ONU.  Las aguas del Sáhara son de los saharauis, no son ni de España ni de Marruecos, pero aquí se llamó terroristas a los polisarios que las defendieron y ahora se pedirán cuentas al maestro armero y se culpará a la UE por cebarse en los pescadores andaluces. No tenemos remedio.

martes, 9 de enero de 2018

CATALUÑA Y EL DESASTRE DEL 98

El sainete catalán continúa y ahora estamos a la espera de ver si será posible, o no, una investidura telemática y, ya metidos en harina, es decir, en estupideces, si los golpistas podrán gobernar con parte de su Ejecutivo en la Generalitat y el resto, incluido su presidente, en Bruselas o en la cárcel.
El conflicto en Cataluña está afectando gravemente a la convivencia en esa comunidad autónoma, donde los derechos de los no independentistas ya llevaban siendo pisoteados desde hacía mucho tiempo ante la comprensión de los que hablaban catalán en la intimidad, aceptaban todo los que saliera del Parlament o gobernaban con los secesionistas. También está afectando muy seriamente a la economía catalana y española, pues no debemos olvidar que Cataluña representa aproximadamente un 20% del total del PIB del Estado. Pero, sin duda, el conflicto catalán lo que más está perjudicando es al prestigio internacional de España que, también es verdad, ya no era muy grande. Algunos piensan, ingenuamente, que los toletazos del 1-O, que fueron aprovechados muy bien propagandísticamente por Puigdemont y sus secuaces, dejaron una pésima imagen de España en el mundo, apareciendo nuestro país como un Estado antidemocrático y represivo, nada más lejos de la realidad, aunque eso fue lo que intentaron los independentistas. Lo que ha dejado y está dejando una mala imagen internacional de España es que está quedando diáfano para todo el mundo que éste es un Estado débil al que cualquiera chantajea y del que cualquiera se ríe y cuyos políticos se pelean entre sí mientras se va al cuerno. Procesos y amenazas independentistas se han producido en otros Estados no hace mucho tiempo y si bien en algunos países, como Canadá o Reino Unido, se capeó el temporal por las buenas, en otros, como Rusia y China, eso no fue posible y hubo una gran represión para salvaguardar la unidad. Pero, no solo en países donde la democracia deja mucho que desear o brilla por su ausencia hubo mucho más que toletazos, en los EE UU, por ejemplo, cuando seis Estados del Sur decretaron la secesión, fueron a una terrible guerra para evitarla y durante muchos años independentistas puertorriqueños han vivido en las cárceles estadounidenses.

Yo creo, aunque aparentemente parezca que no tiene nada que ver y que son acontecimientos separados en el tiempo por muchos años, que lo que sucede en Cataluña tiene bastante relación con el espíritu acomplejado y de derrota que se instaló en España tras el desastre del 98 y que sobrevive en el subconsciente colectivo. En 1.898 España ya había dejado de ser una potencia colonial y había perdido casi todas sus posesiones en ultramar, pero eso había sido después de guerras y conflictos coloniales y fue un proceso normal que ya habían padecido otros imperios a la largo de la Historia. El desastre del 98 fue muy distinto porque en él una potencia fabricó una coartada, la explosión del acorazado “Maine” en la Bahía de La Habana, que mató a las tres cuartas partes de su tripulación, para arrebatar a España, por la cara, Cuba, Filipinas, Puerto Rico y Guam. La humillación y el complejo no lo provocó tanto la derrota militar contra la que ya era una gran potencia marítima, los EE UU, como que, desde las tradicionales chulerías británicas, alguien se mofara de nuestro país impunemente. Paradojas de la Historia, aquellos acontecimientos de finales del siglo XIX también sucedieron en una España podrida por la corrupción y la pérdida de valores. Ese espíritu perdedor y acomplejado no es el que anima a muchos españoles que luchan como jabatos todos los días, pero sigue anidando en el cerebro y en el corazón de nuestros políticos y por eso Marruecos se quedó, también por la cara, con el Sáhara Occidental y Obama y Merkel llamaron a nuestro presidente del Gobierno, Zapatero, entre amenazas, para decirle lo que tenía que hacer. Puigdemont y los suyos saben perfectamente con quien tratan.

domingo, 7 de enero de 2018

EL REPARTO

Es muy típico que cuando empieza el nuevo año la gente se proponga metas, unos dicen que van a dejar de fumar, otros que van a empezar a ir al gimnasio para bajar tripa, etc. Pues bien, yo me he propuesto para este año no ser políticamente correcto. La verdad es que ya no lo era mucho, así que no va a significar para mí un gran esfuerzo.

Si hay un tema tabú donde la nueva dictadura del “pensamiento únicamente estúpido” se ejerce de forma inmisericorde este es el de la inmigración. Como en otros asuntos muy queridos por los nuevos dictadorzuelos, si alguien se atreve a discrepar de sus opiniones y sus mantras lo mínimo que le puede pasar es que le cuelguen los Sambenitos de xenófobo y racista, y eso porque ahora no disponen de la Inquisición y no pueden arrojarte al fuego eterno.  Ya puede ser usted más rojo y más revolucionario que Ernesto “Che” Guevara que como se salga de la línea de opinión marcada lo llamarán facha y neonazi y se quedarán tan anchos. Son esos progresistas de pacotilla, y la derecha que les hace el caldo gordo, los que, en nombre de los derechos humanos, nos toman el pelo a todos. Fíjese usted, por ejemplo, en quienes son los más compungidos por el drama humanitario de los que quieren cruzar a Europa desde África a través del Mediterráneo ¿no son exactamente los mismos que aprobaron en el Congreso de los Diputados ir a la Guerra de Libia “para poner allí la democracia”? ¿no son exactamente los mismos que desde editoriales y tertulias nos decían que había que acabar con el dictador Muamar el Gadafi? Naturalmente que a esos rojuelos de mentira y a la derecha con la que colaboran lo que menos les importaba era que Gadafi fuera un sátrapa y un dictador, porque también esos son los mismos que se besan y lamen las babuchas a las monarquías feudales árabes, donde la democracia, los derechos humanos y los derechos de las mujeres brillan por su ausencia, pero, eso fue lo que nos quisieron vender. Si la inmigración desde África a Europa no es un fenómeno nuevo (que se lo pregunten a los franceses) y a España ya llegaban pateras a montones durante los Gobiernos de Aznar, la Guerra de Libia y la desastrosa situación actual en aquel país, con varios Gobiernos y en poder de tribus, señores de la guerra y el Estado Islámico, la ha acentuado extraordinariamente. En Libia, que era el segundo país de África en renta per cápita, solo superado por las Islas Canarias y las ciudades españolas de Ceuta y Melilla (espero que nadie se sorprenda al descubrir que España, además de país europeo, también lo es africano) trabajaban casi dos millones de negros, ahora también llamados subsaharianos o, como en Estados Unidos, afroamericanos o de color (debe ser que los llamados blancos son incoloros). Si somos conscientes que dos cosas son las que más odian los yihadistas, a los ateos y a los comunistas, y una la que más desprecian, a los negros, nos daremos cuenta de la situación que viven en Libia estas personas y que por eso ese país ya no es el punto de salida hacia Europa, ni de los que habían emigrado allí para trabajar ni de los que atravesaban media África para partir desde Libia hacia la isla italiana de Lampedusa. Marruecos y Argelia son ahora los puntos de partida y España el destino. Nuestro país es el que más inmigrantes ha recibido del mundo en los últimos diez años, pero, aún no hemos visto nada.  A la inmigración del Este de Europa y de Iberoamérica y al colectivo marroquí , que suma medio millón de personas en España, se está uniendo ahora la inmigración del África Subsahariana en un número que nos va  a desbordar. Habrá observado usted que cada vez se cruza más por la calle con personas negras, normalmente jóvenes, que suelen ir solas o como mucho en parejas, pues tienen instrucciones para no hacerse notar demasiado.  Estas personas corresponden al reparto que se ha asignado a nuestra comunidad autónoma y de la que los políticos que nos gobiernan no nos han informado. Su estancia entre nosotros, pues no trabaja casi ninguno, la sufragan las nuevas ONG´s, que han surgido como hongos, cuyos dirigentes no tienen otro modus vivendi y que se nutren de los Presupuestos del Estado, de las CC AA y los Ayuntamientos, ONG´s a las que nadie controla ni fiscaliza. Reparten inmigrantes y reparten nuestro dinero, pero de forma muy discreta. Estos inmigrantes que han llegado a España no se pueden creer durante los primeros días de estancia que sea verdad lo que ven sus ojos, casa gratis, muebles gratis, comida gratis, salario social, sanidad gratis total, ningún español disfruta de esas cosas, y no pierden el tiempo en llamar a sus familiares en África para contarles que han llegado el Reino de Jauja, que vengan como sea. Hay cosas que mejor no comentarlas demasiado, salvo que no seas políticamente correcto.

miércoles, 3 de enero de 2018

DIANA QUER Y EL "ÉXITO" POLICIAL

El caso Diana Quer se ha convertido, como no podía ser de otra forma, en un tema mediático al que cadenas de radio y televisión y periódicos llevan días dedicando muchos minutos y mucho espacio. Todo el mundo parece estar bien informado del asunto, porque si no fueran suficientes las opiniones de tertulianos y “expertos”, hasta el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, y dos coroneles de la Guardia Civil nos han ilustrado convenientemente sobre los pormenores en sendas ruedas de prensa. Al margen de las circunstancias del caso en sí, a mí lo que más me ha llamado la atención es que se pretenda utilizar la resolución del crimen para ponerse medallas, para hacerse autobombo y para, en resumen, hacer ver a los ciudadanos de que se han hecho las cosas bien y que nada deben temer porque hay gente que vela por ellos, por nosotros. Nada más lejos de la realidad y son las propias declaraciones de la Guardia Civil las que lo ponen de manifiesto. Según los mandos de la Benemérita, desde noviembre tenían la convicción de que “El Chicle” era el asesino, pero, eso no evitó que el individuo, que ni había sido detenido ni estaba sujeto a ningún tipo de vigilancia, intentara subir a su coche a tres chicas el día de Nochebuena e intentara secuestrar a otra el día de Navidad. Fue esta última víctima, que se salvó por los pelos de acabar igual que Diana Quer, la que apuntó la matrícula del coche del asesino y la que, junto con dos testigos del suceso, denunció los hechos ante la Guardia Civil ¿Ese es el éxito Policial?

La Guardia Civil ya se ha dado cuenta de que ha sido instrumentalizada por los políticos y ya empieza a hablar de que no ha podido actuar antes, cuando ya tenían clarísima la identidad del asesino, por falta de medios y de las medidas legales adecuadas. Esa es la madre del cordero, porque “El Chicle” no solo ha matado a Diana Quer, tenía una larga carrera delictiva que incluía violaciones, robos, delitos con violencia, tráfico de drogas, etc, quien sabe si incluso más asesinatos en la zona cuya investigación ahora se ha vuelto a reabrir. Es decir, que nadie se eche ahora las manos a la cabeza, ni los vecinos que lloran compungidos y que dicen no saber a quién tenían al lado, ni las autoridades policiales. Todos conocían perfectamente quién era “El Chicle”, a qué se dedicaba y de qué vivía, empezando por su esposa, que participaba de algunos de los delitos y encubría otros y que, inexplicablemente, ha quedado en libertad sin cargos. La resolución de este caso no es ningún éxito, ha sido una suerte, y lo peor es que hay otros muchos individuos, como este criminal, en circunstancias vitales parecidas haciendo de las suyas impunemente por toda España

COMO HACER EL IDIOTA EN NAVIDAD

La Navidad era una época del año entrañable para las familias y de ilusión para los niños, que esperaban que los Reyes Magos de Oriente les trajeran regalos por haber sido buenos, e independientemente de si uno era o no creyente se respetaba la tradición, una tradición que no hacía mal a nadie, al contrario. Pero, hace muchos años que la Navidad se convirtió en otra cosa, unas fechas para los mejores negocios, para los excesos y para hacer el imbécil. Desde que en 1.932 la compañía Coca Cola vistiera a Papá Noel de rojo y blanco, sus colores corporativos, para hacer una macrocampaña de publicidad, apelando al corazón y a los sentimientos, como suele hacer esta multinacional de los refrescos, el pobre Santa Claus ya no se ha vuelto a vestir con su ropa verde y blanca y mucho menos los zoquetes que lo quieren imitar. Pero, en España, las fechorías navideñas al servicio de intereses espurios ya hacía tiempo que cabalgaban a sus anchas. A principios del siglo XIX se denominó a la noche anterior a la Epifanía como la “noche de Reyes” y se introdujo la costumbre de hacer regalos a los niños, exactamente igual que se hacía en otros países el día de Navidad, en honor al santo oriental Nicolás. Fue en 1.866 cuando se celebró la primera cabalgata de Navidad en Alcoy, localidad muy dada a las fiestas con disfraces, como las de moros y cristianos, y la costumbre se extendería luego por toda España y por algunos países iberoamericanos. A nadie pareció importarle, y mucho menos a la Iglesia, que la conmemoración de la matanza de los Santos Inocentes, donde los niños menores de dos años fueron asesinados por el Rey Herodes para acabar con Jesús, se mantuviera el 28 de diciembre ¿cómo era posible que los Reyes Magos llevaran oro, incienso y mirra al nuevo Mesías el 6 de enero a Belén si en esa fecha, según el Evangelio de San Mateo, la Sagrada Familia se encontraba en Egipto, adonde había huido avisada por un ángel? Pelillos a la mar. Pero, de una u otra manera, bobadas incluidas, las fiestas navideñas forman parte de nuestra cultura o eso hacían hasta que el gordinflón foráneo irrumpió en los grandes almacenes y en las casas, la gente empezó a salir en Nochebuena, no a misa del gallo, sino de borrachera y a los Magos ya no los reconocía ni la padre que los parió. Este año, como ya ha sucedido en algunos anteriores, ha surgido la polémica en torno a la cabalgata de Reyes en Madrid, donde, al parecer, saldrá una carroza con Draq Queen (un término anglosajón que el país de los tontos enseguida ha hecho suyo) vestidas de magos. Las críticas que la iniciativa ha generado se han intentado acallar bajo la coartada de que también hay otras carrozas con otras propagandas, no solo LGTB, incluida la “patrulla canina”. A mí no me importa que cada cual haga el idiota en Navidad como le parezca, pero, por favor, no me toquen a los niños, ya harán el idiota a su debido tiempo.

lunes, 1 de enero de 2018

AÑO NUEVO, DEUDA NUEVA

A pesar de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sobre todo desde el batacazo de su partido en las elecciones autonómicas catalanas, lleva semanas diciendo a todo el que le quiera oír que la economía española crece más que ninguna otra en Occidente  y, en definitiva, que España va bien, igual que decía Aznar mientras allanaba el camino a las políticas del pelotazo que desembocarían en  la crisis financiero-inmobiliaria, la verdad es que no se ha despejado, ni de lejos, el conflicto político en Cataluña ni las cifras macroeconómicas son buenas, por mucho que el crecimiento económico esté en torno al 3% y se cambie un contrato de trabajo fijo por dos en precario. Y no lo son porque España sigue gastando mucho más de lo que ingresa y porque la Deuda Pública Española, a falta de los datos del cuarto trimestre, ha vuelto a aumentar el año pasado y vuelve a batir todas las marcas históricas desde la Guerra de Cuba. Si mentamos las cifras globales de la Deuda, aunque estratosféricas, la gente no tendrá percepción exacta del problema, pero si decimos lo que debe cada español es otra cosa: En 1.980 la Deuda per cápita en España era de 425 euros, en 1.990 de 3.518 euros, en el año 2.000 de 9.211 euros, en 2.010 de 13.913 euros, en 2.016 de 23.796 euros y en octubre de 2.017 ya había llegado a 24.367 euros. Es decir, nuestros gobernantes nos han endeudado hasta las cejas y piensan seguir incrementando lo que debemos a pesar de que todo parece indicar que los bajos intereses a los que se amortizaba el pufo van a subir en breve. Se acabó la fiesta, pero aún no nos hemos enterado. Aunque la derecha política siempre achaca a la izquierda la responsabilidad en el incremento de la Deuda Pública, tenemos ejemplos evidentes de que no siempre es así y no solo porque ahora gobierna el PP. Si vamos al detalle nos podemos encontrar que las administraciones territoriales más endeudadas de España no han estado gobernadas precisamente por la izquierda, me refiero, por ejemplo, al Ayuntamiento de Madrid o a la Comunidad Autónoma de Valencia. Valencia es la comunidad autónoma más endeuda en relación a su PIB, aunque la que más debe es Cataluña, 75.000 millones de euros, unos 50.000 millones obtenidos de créditos estatales con un precio del dinero que ya quisieran otras CC AA. En efecto, la amortización de la Deuda ya es el segundo de los gastos presupuestarios de algunas CC AA, como Asturias, que “solo” debe 4.100 millones de euros, un 18,8% de su PIB y 3.958 euros por habitante, pero donde los intereses de la Deuda ya suponen el segundo gasto más importante después de la Sanidad.
Los EE UU son el país que más debe del mundo, con una Deuda Pública de más de 17 billones de dólares, pero la cosa cambia si vamos al porcentaje sobre su PIB, porque entonces bajan hasta el puesto 33 de la lista. Ahí vemos que Japón (1) es el que se encuentra en una situación más delicada  y que países como Francia (18), España (20) y Reino Unido (21) están también en situación de riesgo. Llama la atención que Estados muy potentes, alejados de los comportamientos y políticas occidentales, como China y Rusia, se encuentren en las posiciones 98 y 128 de Deuda Pública con respecto a su PIB.

Viviríamos en el reino de Jauja si pudiéramos endeudarnos cada vez más e indefinidamente, pero, no es así. No solo hay que pagar los intereses de la Deuda, y estos van a subir mucho con el incremento de los tipos de interés, también hay que pagar la propia Deuda y cuando esta empieza a ser tan gigantesca los prestamistas también encarecen los créditos y cuesta más financiarse. La burbuja explotará cuando la Deuda sea tan grande en porcentaje al PIB que surjan serias dudas sobre si esta se va a poder devolver y si se van a poder pagar los intereses. Entonces todo se vendrá abajo como un castillo de naipes. Los prestamistas se van a resistir, porque para no perder todo su dinero tendrán que intervenir groseramente los Estados y nadie sabe en qué puede desembocar eso. La pregunta ya no es si ocurrirá, es cuando y lo sabremos en el momento que los bancos centrales paren la máquina de hacer billetes y ya no haya papel moneda, con dudoso respaldo de valor, para comprar Deuda.