
Las coartadas que esgrimió el
Gobierno de Netanyahu para iniciar la operación “Margen protector” ya no se las
cree nadie. La verdad es que a Israel no le gustó nada el acuerdo de la OLP y
Hamás para formar un Gobierno de concentración, pero yo cada vez estoy mas
convencido que la razón última de esta loca ofensiva no es otra que hacerse con
una parte del territorio palestino de Gaza, fechoría que continuará en
Cisjordania, exactamente lo mismo que los sionistas vienen haciendo en
Palestina desde 1.947, a pesar de que en la Franja viven mas de 1.800.000
personas hacinadas. Recordemos que mucho antes de la creación de Hamás Israel
ya había matado, directa o indirectamente, a decenas de miles de palestinos,
incluidas las masacres de los campos de refugiados de Sabra y Chatila,
perpetrada por las falanges libanesas que, durante tres días y tres noches
violaron, torturaron y asesinaron a hombres, mujeres y niños, mientras el
ejército de Israel, siendo ministro de defensa Ariel Sharón, ya tenía
preparadas las bolsas de plástico unos días antes para los cadáveres. Este
crimen mereció la calificación de acto de genocidio por la Asamblea General de
la ONU, en su resolución 37/123.
Si no tienen disculpa ni perdón
posibles los bombardeos israelíes, desde tierra, mar y aire, de los civiles de
Gaza, donde no se libran ni hospitales ni escuelas custodiadas por la ONU, que
ya han provocado 1.500 muertos y decenas de miles de heridos, aún causa mayor
irritación la inacción de los pusilánimes y las declaraciones hipócritas, cual
lágrimas de cocodrilo, de algunas cancillerías de la UE. Otras ni siquiera eso.
La hidalguía española, por
ejemplo, hace agua por todas partes en política
internacional, por eso las palabras de nuestro ministro de exteriores, García-Margallo,
escandalizado por la masacre de palestinos, no son mas que un brindis al Sol
que no tiene utilidad alguna. Llame nuestro Gobierno a nuestro embajador en
Israel a consultas y amenace con la ruptura de relaciones diplomáticas y con
hacer público todo lo que saben nuestros servicios secretos sobre la implicación
de Israel en el golpe de Estado contra el presidente Adolfo Suárez, si queremos
ser serios.
El Ghetto de Gaza cada vez se
parece mas al Ghetto de Varsovia, pero ahora las víctimas se han metamorfoseado
en verdugos, los inocentes judíos se han convertido en criminales nazis que vuelven
a utilizar la “solución final” y a buscar el “espacio vital”.
Otra vez se ha alimentado un
monstruo.
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