
Aunque para nosotros, ciudadanos de a pie, la crisis económica es la principal preocupación, para los políticos hay otras prioridades. Las elecciones autonómicas y municipales están a la vuelta de la esquina y quien sabe si incluso las generales, es por eso que los nervios de muchos miembros y "miembras" de lo que se ha dado en llamar "clase política", empiezan a estar alterados. Todo el mundo quiere estar bien situado en esas listas cerradas y bloqueadas que se expondrán a los electores para que voten entre Guatemala o guatepeor. Miles de personas que han hecho de la política su modus vivendi no se van a andar con miramientos a la hora de desplazar a codazos a los compañeros del alma del partido. Algunos, los mas sinvergüenzas, incluso recurren a los navajazos traperos, ya saben, una forma poco noble de luchar común a los individuos de baja calaña, el mismo significado le damos si se utiliza como metáfora.
En Asturias la reaparición de Francisco Alvarez-Cascos en la arena política ha traído sentimientos encontrados. A la opinión de la mayoría de militantes y votantes del PP, que parecen estar a favor del regreso del ex-ministro de Fomento, se enfrentan otros que están buscando un mirlo blanco capaz de encandilar sin riesgos. Proliferan los manifiestos y las adhesiones, a favor y en contra, mientras algunos trabajan en la sombra. Todo el mundo sabe que Dña. Pilar Fernández Pardo y los suyos tienen la esperanza de que Cascos, al final, no sea el candidato a la presidencia del Principado, pero no son, ni mucho menos, los únicos en el PP que rezan todos los días para que D. Francisco no pase de criticar la problemática del salmón.
Algo similar está pasando en la FSA y en IU. Los socialistas no quieren desvelar todavía su candidato y juegan a la ambigüedad, pero los arecistas bien informados ya se están convirtiendo al fernandismo, porque D. Javier será a buen seguro el nuevo padrino. Jesús Iglesias, Noemí Martín y compañía hacen encajes de bolillos y desojan la margarita de PSOE sí PSOE no, mientras siguen enfrentados al PCA y les crecen los enanos por su tibieza con el asunto de la incineradora de Serín. Ante los errores cometidos y una coyuntura económica y laboral desfavorable es previsible que la pseudoizquierda asturiana tenga menos concejales, menos alcaldes, menos consejeros, etc, habrá que ser muy listo para mantenerse en el puesto a pesar de esos inconvenientes.
Pero a nivel nacional las traiciones y zancadillas todavía tienen mayor entidad. Estos días nos toca "divertirnos" viendo el espectáculo que nos proporcionan algunos jerarcas socialistas que esperan suceder al quemado Zapatero. Bono ha sido de los primeros contra el que se ha disparado desde las alcantarillas del propio partido. Han sacado a relucir su patrimonio, las permutas de pisos y hasta la decoradora pagada por la Junta de Castilla-la Mancha. Otro episodio patético en la lucha por la poltrona es el que enfrenta al Secretario General de la Federación Socialista Madrileña Tomás Gómez y al Vicesecretario general del PSOE y ministro de Fomento José Blanco. Lo mismo ocurre en el PP cuando Aznar, desde su plataforma de FAES, mueve a sus marionetas o vemos a Aguirre y Gallardón continuamente preocupados, es un decir, por lo que pueda pasar con Rajoy.
Desgraciadamente, es lo que tenemos.
En Asturias la reaparición de Francisco Alvarez-Cascos en la arena política ha traído sentimientos encontrados. A la opinión de la mayoría de militantes y votantes del PP, que parecen estar a favor del regreso del ex-ministro de Fomento, se enfrentan otros que están buscando un mirlo blanco capaz de encandilar sin riesgos. Proliferan los manifiestos y las adhesiones, a favor y en contra, mientras algunos trabajan en la sombra. Todo el mundo sabe que Dña. Pilar Fernández Pardo y los suyos tienen la esperanza de que Cascos, al final, no sea el candidato a la presidencia del Principado, pero no son, ni mucho menos, los únicos en el PP que rezan todos los días para que D. Francisco no pase de criticar la problemática del salmón.
Algo similar está pasando en la FSA y en IU. Los socialistas no quieren desvelar todavía su candidato y juegan a la ambigüedad, pero los arecistas bien informados ya se están convirtiendo al fernandismo, porque D. Javier será a buen seguro el nuevo padrino. Jesús Iglesias, Noemí Martín y compañía hacen encajes de bolillos y desojan la margarita de PSOE sí PSOE no, mientras siguen enfrentados al PCA y les crecen los enanos por su tibieza con el asunto de la incineradora de Serín. Ante los errores cometidos y una coyuntura económica y laboral desfavorable es previsible que la pseudoizquierda asturiana tenga menos concejales, menos alcaldes, menos consejeros, etc, habrá que ser muy listo para mantenerse en el puesto a pesar de esos inconvenientes.
Pero a nivel nacional las traiciones y zancadillas todavía tienen mayor entidad. Estos días nos toca "divertirnos" viendo el espectáculo que nos proporcionan algunos jerarcas socialistas que esperan suceder al quemado Zapatero. Bono ha sido de los primeros contra el que se ha disparado desde las alcantarillas del propio partido. Han sacado a relucir su patrimonio, las permutas de pisos y hasta la decoradora pagada por la Junta de Castilla-la Mancha. Otro episodio patético en la lucha por la poltrona es el que enfrenta al Secretario General de la Federación Socialista Madrileña Tomás Gómez y al Vicesecretario general del PSOE y ministro de Fomento José Blanco. Lo mismo ocurre en el PP cuando Aznar, desde su plataforma de FAES, mueve a sus marionetas o vemos a Aguirre y Gallardón continuamente preocupados, es un decir, por lo que pueda pasar con Rajoy.
Desgraciadamente, es lo que tenemos.
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