Estamos observando algunos
fenómenos singulares asociados a las medidas tomadas por el Gobierno de España
para vencer la pandemia del coronavirus. Uno de ellos es que mucha gente, ahora
recluida en sus casas y muy enfadada porque no puede hacer las cosas que
habitualmente hacía, busca un culpable, alguien a quien echar la culpa de todo
esto, la responsabilidad de lo que está pasando, y para una buena parte de
ellos, los que no votaron a los partidos que forman este Gobierno, el culpable
de todo es Pedro Sánchez y, naturalmente, la culpabilidad la extienden a todo
el Gobierno. Si ya eran culpables desde el minuto uno, desde que echaron al PP
del Ejecutivo por la corrupción, cómo no iban a serlo ahora que los han
encerrado en casa. Para argumentar esa culpabilidad esgrimen la imprudencia de las
manifestaciones feministas del 8M, a las que también acudió el PP y Ciudadanos
(se puede ser más hipócritas) y soslayan que los de Vox se reunieron, 9.000 de
ellos, en Vistalegre, entre besos y abrazos, contagiándose toda su dirección.
El Gobierno y los partidos que lo forman fueron unos imprudentes no
suspendiendo esa manifestación, vale, pero ni el Gobierno ni los partidos que
lo forman obligaron a nadie a ir ni a la manifestación ni a otros eventos ¿por
qué fueron los que, al parecer, sabían que no era prudente? ¿desde cuándo
siguen a pies juntillas lo que dicen los “socialcomunistas”? Pues bien, exactamente
los mismos que mentan estas cosas y que repiten como loros en las redes
sociales que Pedro Sánchez, al que califican con epítetos a cual más grosero,
es el culpable de todo por ir detrás de los acontecimientos y por no hacer lo
que ellos hubieran hecho, no dicen absolutamente nada de, por ejemplo, que el
Gobierno Francés llevó el domingo 15 de marzo a la población a unas elecciones
municipales o que los gobiernos de Alemania y Reino Unido, cuando escribo estas
líneas, aún no han confinado a la población en casa. Casualmente, gobiernos de
derechas. También los de Vox, los insultadores mayores del Reino, callan que
donde más infectados y más muertos hay del mundo es en Lombardía, precisamente
donde gobiernan sus amigos, los neofascistas de la Liga Norte, que permitieron
a la población de La Padania extender el virus por toda Italia. En fin, esta
crisis nos va a enseñar muchas cosas, entre ellas que no son más patriotas y,
por supuesto, más solidarios, los que llevan la bandera de España hasta en los
calzoncillos. Pero, si la derecha y la ultraderecha están enfadadas, no le digo
nada lo enfadados que están los facinerosos y otros grupos poblacionales, como
los independentistas, que desde que escuchan la palabra unión a todas horas y
ven al Ejército en la calle les ha subido la bilis a la garganta. En su
comparecencia del sábado día 21 de marzo, el presidente del Gobierno dio un
dato llamativo: “Los delitos han disminuido un 50%”. Yo creo que, en verdad,
han descendido mucho más. Los
delincuentes habituales tienen muy difícil ahora delinquir, con las calles
desiertas y con Policía, Guardia civil y el Ejército por todas partes ¿Qué carteras
van a robar ahora en el Metro de Madrid las carteristas bosnias, que ya habían
sido detenidas en más de cuatrocientas ocasiones? ¿cómo van a transportar ahora la
droga los clanes, si no se puede circular? ¿cómo van a vender la heroína y la cocaína
en las Cañadas Reales y en las Tres mil Viviendas si los drogodependientes no
pueden salir a la calle y van a tener que pasar el “mono” en casa? ¿cómo las
mafias de la prostitución van a explotar ahora a miles de mujeres si los puteros
están encerradas en casa, desesperados, dándole a la “alemanita”? Los
facinerosos están en un sin vivir, y ni me imagino las cosas que dirán de Pedro
Sánchez. Pero, hay otros delincuentes, de guante más blanco, los que tenían
empleadas del hogar extranjeras indocumentadas trabajando en su casa, los
negreros que empleaban esa mano de obra sin darla de alta en la Seguridad
Social y sin que se pagaran impuestos por esos ingresos, para que el resto de
los españoles sufragaran, gentilmente, la cara sanidad, por ejemplo. Los miles de
autónomos que trabajaban en negro, todos los que, en fin, vivían en la economía
sumergida y que ahora no van a tener ingresos porque no pueden justificar los
anteriores. Mucha de esa gente nos chuleaba de forma descarada y otros desgraciados
no tenían alternativa. Toda esa gente lo va a pasar peor que nosotros y, mire
usted, de la existencia de esa sociedad paralela sí le echo la culpa al Gobierno,
a este y a los anteriores, pero, sin insultar.
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