El Gobierno de España, ante la grave situación sanitaria que
vive el país provocada por la pandemia del coronavirus, ha tomado la decisión
de paralizar toda actividad económica no relacionada con el abastecimiento
vital de la población ¿toda? pues, no toda, digamos la verdad, hay una
actividad que va a seguir funcionando y no tiene nada que ver ni con la
alimentación, ni con los medicamentos, van a seguir abiertos los estancos.
Cuando escribo estas líneas en España llevamos unos 6.000 muertos por
coronavirus y en todo el mundo unos 30.000 y ya ve usted la que se ha liado, no
voy a entrar ahora en los detalles. Sin embargo, el año pasado murieron en
España casi 60.000 personas por tabaquismo, y en el mundo más de ocho millones,
unos siete millones de fumadores y más de 1,2 millones de personas no fumadoras
expuestas al humo de los cigarrillos, y no se ha hecho nada para acabar con
este drama. Hay gente que piensa que los estancos van a seguir abiertos porque
Hacienda recauda mucho por los impuestos al tabaco, sin embargo, los gastos
sanitarios por tabaquismo, con tremendos cánceres y graves enfermedades
respiratorias que requieren caros y largos tratamientos, ya están muy cerca de
lo que se recauda y, una vez que toda la economía se va a ir al cuerno, qué
importaría que se fuera un poco más. La verdadera razón por la que los estancos
van a seguir abiertos es porque el tabaquismo, en este caso el síndrome de abstinencia
que podría provocar la falta de cigarrillos a una gran parte de la población si
se cerraran, provocaría un estado de ansiedad en mucha gente que no se sabe en
qué podría desembocar. Dicho sea de paso, el Gobierno debería explicarnos qué
se está haciendo con los adictos a otras drogas más fuertes, adicciones que
provocan patologías y síndromes de abstinencia aún más graves producto de un
tráfico ilegal que se lleva permitiendo desde hace mucho tiempo ¿los
traficantes de cocaína y heroína, por ejemplo, podrán seguir con sus
actividades en Las Cañadas Reales y en Las Tres Mil Viviendas y los yonquis
saliendo de sus casas a comprar drogas, o las drogas se las llevarán a casa los
empleados de Correos, que van a seguir trabajando? El bicho ha venido a poner
muchas cosas patas arriba, muchas cosas que se estaban haciendo mal, y a dejar
a algunos ahora con la cara colorada. El coronavirus mata al contado y sin que
tú lo desees, pero los fumadores, de motu proprio y con la ayuda del Gobierno,
han decidido hacerlo en cómodos plazos. Vale, pero, por favor, no me tiren
ustedes las colillas por las ventanas, sé de qué hablo.
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